Templo que no fue el primero que tuvo la localidad; pues cuando el vecindario abandonó, por ser lugar insalubre y enfermo, Santa María de Alba, se utilizó para celebrar los oficios religiosos una pequeña ermita, posteriormente titulada de la Concepción de Nuestra Señora. Edificio que, según las Relaciones Topográficas de Felipe II, en 1544: “con las aguas crecientes del Guadiana que vinieron por esta villa se derribó y se comenzó a edificar la iglesia de señor San Juan, que ahora se tiene y es parroquia y se va edificando”. En cuanto a las obras de recuperación de la antigua capilla de la Concepción se realizaron en 1560 con cargo a las cofradías locales de la Vera Cruz y del Santo Sacramento: esta capilla fue finalmente derruida a principios del s. XX.
Construcción de la Parroquia
Fue don Diego Álvarez de Toledo, Prior de la Orden Militar de San Juan, en una de sus visitas a Argamasilla, estando presente el escribano de la villa don Luis de Córdoba, y en su presencia, que “tres representantes elegidos por los vecinos”, le solicitan firmar una Obligación que anteriormente ya se había negociado con los sanjuanistas (24 de enero de 1542), para llevar a cabo la edificación de la iglesia “lo más presto que se pudiera”.
Fiel a su promesa don Diego se compromete por escrito a pagar el costo de dicha obra, entregando anualmente y hasta que se concluyera, 500 ducados. Pero si bien acepta pagar tan considerable suma, también ordena que los primeros 500 ducados se habían de sufragar de la venta de la cosecha de cereales recogidos en Argamasilla y que le correspondían a la Dignidad Prioral en 1542. Pero no fue la única cláusula que el Gran Prior añade al anterior acuerdo; pues a cambio de satisfacer la mencionada cantidad, exige a los vecinos, que aunque no aporten cantidad alguna en metálico: “con sus carros, y personas, hijos y criados, traigan los materiales que fueren necesarios y los pongan al pie de la obra”. En la misma fecha, don Diego se obliga a dotar a la iglesia de ornamentos “para que los sacerdotes puedan cumplir y celebrar los Divinos Oficios” y, asimismo, costear las campanas.
Pero tan ambicioso proyecto, según diversas fuentes diseñado por el maestro Juan de Ornedo, no llega a concluirse; porque los sucesores de don Diego, concretamente don Antonio de Toledo, en 1563, varía sustancialmente el apoyo que a la fundación del templo había realizado su antecesor, considerando que, después de 21 años, la población tenía ya la vecindad suficiente para hacerse cargo de los mencionados gastos, restringiendo por ello el monto de las cantidades entregadas anualmente para terminar la que iba a ser parroquia de Argamasilla. En realidad, la falta de dinero y las malas o nulas cosechas, quizá fueran el motivo por el que la tercera parte de la iglesia quedara inconclusa: espacio que se conoce popularmente como “el descubierto”.
Otras obras y reparaciones en el s. XIX
Posteriormente varias han sido las intervenciones que, a lo largo de los siglos, se han tenido que llevar a cabo en un edificio que tiene hechuras de catedral.
La primera está documentalmente comprobada y tuvo lugar en 1781-1785, que es cuando se enlosa con piedra el pavimento. En épocas posteriores el edificio sufre graves deterioros; sobre todo en la Guerra de la Independencia así como en las contiendas carlistas; pues incidieron muy negativamente en su conservación; ya que no sólo se verifica el deterioro en la estructura, sino la desaparición de numerosos objetos de valor conservados en el templo.
Una muestra de su deterioro estructural se puede observar en la imagen que el periodista, José Giménez Serrano, realiza en su visita a Argamasilla de Alba en 1848 publicada por él mismo en el SEMANARIO PINTORESCO ESPAÑOL (1848/30/01) revista que había fundado en Madrid, Ramón de Mesonero Romanos, titulando su crónica: Un paseo a la Patria de don Quijote.
Otro proyecto importante para salvaguardar el edificio fue realizado en 1861. Obras que, al igual que en el s. XVII, eran necesario llevarlas a cabo “debido a inundaciones”, las cuales resultaron tan devastadoras que la capilla nobiliaria, situada enfrente del coro, prácticamente en los pies de la iglesia, titulada de san Ildefonso, estaba “totalmente arruinada”. En este caso fue el arquitecto provincial, don Cirilo Vara y Soria, el que última el proyecto de su reparación, incluyendo la escalera que conducía a la torre de la iglesia y la misma torre.
Obras en la Parroquia en el s. XX y XXI
A principios del s. XX, 1913, la revista Vida Manchega (6/11/1913) informa, aportando fotografías, que se han realizado obras importantes en el interior y exterior del templo.
Las mencionadas reformas fueron: construcción de una sacristía en el muro norte y arriba de dicha sacristía edificación de una sala que, en principio, se utilizó de biblioteca; también se diseña una nueva torre y en las capillas nobiliarias se hacen mejoras en los altares por medio de retablos.
Incidencia hacemos en el tema de la torre parroquial; porque ya había recibido la crítica popular con una copla cantada por rondallas en bodas y celebraciones que decía: Voy para el Lugar Nuevo/ no me detengo/ que en pueblo que no hay torre/ no me entretengo. (Argamasilla de Alba fue también conocida como Lugar Nuevo, cuando se traslada la vecindad desde Santa María de Alba al sitio actual).
Posteriormente, después de la Guerra Civil de 1936, dado que la iglesia había sufrido un gran menoscabo durante la contienda, tiene que ser pintada totalmente, reconstruyendo el cancel de la puerta sur, que casi había desaparecido, haciéndolo en parte de mampostería; asimismo se instala un suelo hidráulico: éste último pagado por el sacerdote de la localidad don Eustaquio Gómez-Salazar.
Obviando las obras realizadas en el altar mayor en 1957: colocación de un retablo y recubrimiento de las escaleras que conducían al mencionado altar con mármol blanco; asimismo retocar la torre, elevándola en su altura y rematándola con una pequeña linterna coronada por chapitel piramidal, llegamos a 1988, año en que se restaura la techumbre y el interior del templo, retirando el recubrimiento del mármol, las modernas pinturas y poniendo un nuevo embaldosado de piedra artificial: en esa fecha se abre un arco en la antigua o primera sacristía (lado sur) y en ese espacio se instala la Capilla del Santísimo; desapareciendo con las obras las rejas de tres capillas nobiliarias.
En 1992 (el proyecto es de 1988) son reparados los pórticos: una obra muy criticada por la sociedad argamasillera. Entre otros personajes, públicamente por el escultor local Cayetano Hilario Abellán que, aprovechando la reforma que en ese tiempo se realizaba también en la famosa Cueva de Medrano, en el diario Lanza (25/07/1992) dice: Es aberrante el pórtico que se diseñó en su día para la restauración de la iglesia. El arquitecto no pensó mucho ya que copió las columnas de las del templo de Karnok en Egipto; también en este caso, a la opinión pública no le gusta, se critica de modo particular, todos dicen es feísimo, pero nadie ha dicho nada. No me meto en absoluto con la obra, que al igual que la realizada en la Casa de Medrano a mi juicio está ejecutada a la perfección, sino con el proyecto que no es el adecuado.
Habrían de pasar ocho años de los anteriores comentarios (año 2000) cuando se empieza a trabajar en el estudio de la recuperación del cancel destruido en la Guerra Civil, instalado en la puerta norte, así como arreglar el de la puerta sur; restauración que terminó el año 2003 (estos canceles habían sido donados en 1733 por el Príncipe Enmanuel Filiberto de Saboya, Gran Prior de san Juan en Castilla y León). También en esas fechas se consolida la parte de la iglesia que estaba inconclusa, es decir, “el descubierto”; asimismo y dado el deterioro que sufría la fábrica exterior del templo también se restaura.
En la primavera de 2019, dado el nuevo problema suscitado por humedades en el techo del arco del Altar Mayor, se realizan obras de importancia en el templo. En este caso, la arquitecta, Gloria Ciudad, que lleva a cabo el proyecto: ya había intervenido en pequeños reparos de las mencionadas humedades en los muros, es la que se ocupa de evitar las del tejado, llevando a cabo otros importantes reparos para soslayar su deterioro en el futuro.
También se contemplaba en el proyecto anterior, que la misma arquitecta, realizara el ornato de las puertas. Obra, que, después de los dos años de pandemia, por fin se han podido llevar a cabo.
Pero si bien se acordó reformar la entrada de la parroquia, el proyecto de ornamentación actual se ha hecho teniendo en cuenta portadas de iglesias del s. XVI, (a su vez se ha procurado no realizar una simple imitación: falso histórico). Asimismo, se ha pedido la opinión de varios Licenciados en Arte, la de sacerdotes expertos en el tema y la de otros especialistas; también se ha consultado con vecinos de la localidad. Todos ellos han aportado su opinión y a partir de ahí, se ha ido realizando el proyecto con el beneplácito de la Comisión Provincial de Cultura y el Obispado.
Obra que, según se evidencia y voz popular, es acertada; porque además de haberse realizado en piedra caliza similar a la existente en el resto de la iglesia, al diseño también ha contribuido la ayuda de una fotografía del templo de primera mitad del siglo XX, en la que se observa que existían unas portadas con medias columnas adosadas, anteriores a la construcción de la cubierta protectora y del cierre de este espacio. Remataran los dos arcos, en la parte norte, la enseña de la Orden de san Juan y, en la parte Sur, el emblema de la Parroquia.
Ahora sólo queda esperar que las obras estén finiquitadas para la Feria y Fiestas Patronales de Argamasilla de Alba, dedicadas a Nuestra Señora de Peñarroya, que comienzan en el primer sábado de septiembre; aunque en realidad los cultos a la Patrona empezarán el día 24 de agosto con las novenas y otros actos religiosos.