¿Qué símil podemos encontrar entre un parche de esos que ponen a las bicis y a los coches con los parches que echan los peones camineros a las carreteras?
Que son más negros que la pez, que generalmente son para tapar agujeros, que cuantos más ponemos o echamos, la situación empeora. Es decir, una solución provisional que a la larga es poco satisfactoria.
Esta fotografía fue realizada en la carretera de Albaladejo a Villanueva de la Fuente, antes de llegar al cortijo del coco (El Haza el Roble ).
Corrían los años 60, concretamente el verano de 1961, y esta cuadrilla de humildes trabajadores con sus manos desnudas y sus ojos desiertos de pan, fueron los primeros en arreglar y asfaltar la carretera que hoy nos conduce a Vi la nueva de la Fuente. Afanoso trabajo entonces, teniendo en cuenta las dificultades que existían. Los dos trabajadores más jóvenes tenían 13 y 16 años, había dos mujeres, su cometido era el de recebar, que consistía en cribar arena y piedra muy menuda para después extender el recebo sobre el firme de la carretera para igualarlo. Los tres de las botas katiuskas, eran los que regaban el firme con alquitrán. Por cierto, a los regadores se les ponía la cara negra como el cerote, y su remedio casero para limpiarlas era restregarse con aceite de oliva. Los más ingeniosos eran los canteros y rastrilladores, que para protegerse las espinillas del salpique de las piedra, cubrían sus espinillas con tablas de madera. Y para sus ojos desiertos de pan, los más mañosos se hacían gafas con alambre.
Antes, según la ley Romana, toda persona tenía derecho a usar las calzadas. Pero los responsables del mantenimiento eran los habitantes del distrito por el que pasaba. Ahora, por lo general, las mantiene la autoridad gubernamental o regional.
A no ser que en el congreso, los girasoles ciegos que se orientan hacia el sol que más calienta, con sus ojos llenos de pan, retornen en el tiempo y aprueben esa antigua ley romana. Y entonces tengamos que reunir a toda esta cuadrilla de trabajadores: pinches, oficiales, peones, canteros, rastrilladores, regadores, maquinistas, etc.… Y con el rodar de los carros primero, coches y camiones después, el desgaste de la carretera es evidente. No pedimos autopistas con estructuras de trébol, solo una carretera decente y segura. Creo que los habitantes del Campo de Montiel que pasamos a diario, no lo merezcamos. Alcaldes, asociaciones y personas de a pie, vaciemos los ojos de pan y no seamos cosecha de girasoles ciegos y en homenaje a estos humildes trabajadores y por la seguridad de nuestros paisanos, removamos cielo y tierra, y aceleremos en lo posible el arreglo y asfaltado de estas carreteras, Albaladejo a Villanueva de la Fuente, de Montiel a Villanueva, a Santa Cruz y a Almedina, etc….