Lo dedico como recuerdo familiar póstumo y de justa memoria al cinematógrafo surgido entre mediados de la década de los años cincuenta y principios de la siguiente década de los años sesenta, promovido como empresa familiar dentro de una localidad castellano- manchega de “cuyo nombre no quiero acordarme” (frase que tomo de la obra cervantina “Don Quijote de La Mancha”). Sé cómo recuperarlo, tal vez entre carpetillas, agendas viejas que de vez en cuando estoy desempolvando, y pudiera tomarlo de esta cita de una publicación aparecida durante el último tercio del siglo veinte:
“”El cine Gran Vía se inauguró el día 7 de agosto de 1954, sábado, a las siete de la tarde, con la película ´La Guerra de Dios`. Asistieron todas las autoridades invitadas por su propietaria…””
(TOMADO DE TIRADO, M., 1984: “PEDRO MUÑOZ… UNA HISTORIA”, PÁGINA 192. EDICIÓN DE LA COMISIÓN DE CULTURA DEL EXCMO. AYUNTAMIENTO DE ESTA VILLA)
No busco pasmarme como espectadora anónima, desde una convencional butaca, y para encontrar el hilo de lo que me toca vivir, o que me entienda cómo me está ocurriendo en tiempo real, no doy quizá con la película idéntica a mi persona y pensamiento. La busco de todas formas, para rescatar la auténtica identidad, o bien que la equidad circule según recibas por lo que aspiras y te mereces, y no por las apariencias igualitarias respecto de segundos, terceros ¡y la multitud que se apunta por si acaso!, aunque ayer mismo no sabía si lo que a una le interesaba, también a los recién llegados les reporta beneficio, revierte el estado de gracia.
ALGUNAS EJEMPLIFICACIONES DE PELÍCULAS CONTEMPORÁNEAS
En relación al valor de largometraje de drama social de época y muestra española frente a la vocación religiosa comprometida, hay que completar los detalles técnicos del film citado en el encabezamiento de este artículo: La guerra de Dios, dirigida en 1953 por Rafael Gil. Se rueda en Torre del Bierzo (León) y Seminario de Salamanca; banda sonora compuesta por Joaquín Rodrigo. Siguiendo sobre este mismo género cinematográfico hay que dar mención especial a Marcelino pan y vino, que se integra en una línea de actuaciones con niños prodigio; dirigida en 1954 por Ladislao Vajda; se rueda en la ermita del Cristo de Caloco (El Espinar, Segovia).
Mudando de tercio, pero rebobinando todavía el cine español cuajado de censura autotárquica, pero en pleno momento dorado del séptimo arte, también es interesante mencionar Ella, él y sus millones, de 1944, película dirigida por Juan de Orduña (especialista en melodrama y de época histórica), que asoma una comedia impregnada de crítica social.
Espulgamos ahora sobre producción cinematográfica de influencia anglosajona y europea del último tercio del siglo veinte, sobre aquel filme de cierto sabor a comedia ácida con tono sibarita, de “Un par de seductores” (Dirty rotten scounders, EE.UU., dirigida por Franz Oz, 1988, rodada en paisajes de Francia). Pero, no es lo mismo hacerse finos expertos que diseñan plan para embaucar a señoras de elegante posición económica, aunque luego resulten a su vez engañados, digo que no es lo mismo que hacerse mercenarios de la sinvergozonería, por si acaso surge una evidente oportunidad lucrativa.
Concurren gentes que se las dan de muy despabiladas y revuelven el escenario, enredan las casualidades, enturbian los destinos, porque les divierte retar a las pasiones humanas como en un juego patológico de poderío y toma ficha, tira porque te toca, como en la película tan famosa Las amistades peligrosas (Dangerous Liaisons, Reino Unido, Estados Unidos); dirigida por Stephen Frears, 1988, adaptación de novela de Pièrre Choderlos de Lacios, que se desarrolla en Francia durante el siglo dieciocho. No tiene desperdicio eso de retar a la debilidad humana como si todo se explicara por lo de la supervivencia de los más fuertes, hasta que tropiezan con la solidez de la voluntad, el hambre de reconquistar una migaja de libertad y la sorpresa del enamoramiento que no se cuenta en el plan ni con letra pequeña.
¡Qué ironía, nos refrescan la memoria aquellos ingenuos atrevimientos de la juventud! ¿Es que acaso pueden ensombrecer el itinerario vital de una evolución personal? Un bien labrado yunque a golpe de carácter y toma de decisiones cotidianas. Pero, están todavía voraces esas gentes que orquestaron encerronas, para presionar hacia un ritual de iniciación, en medio de dictados de tribu manipuladora y festines agonizantes. Ahora tienen la sartén por el mango un coro de alcahuetas insidiosas y aficionados al donjuanismo consentido; que no temen se les acabe el contrato, nombramiento, y se regocijan para romper su aburrimiento, acechando la candidez de mujer universitaria que sólo pretende rescatar el puesto de trabajo tan escaso: ¿qué se ha creído la mujer de profesión universitaria y vocación de ser competente, qué se ha creído si está confiando en otra categoría moral, distinta a la reaccionaria y subterfugia falacia para estorbar ilusiones, los disimulados chismes contra mujer de edad madura con titulación, experiencia profesional, cuando aún no haya tenido tiempo de labrarse un prestigio entre la comunidad de ese mundo laboral, educativo, sanitario, administrativo, comercial, industrial, agropecuario, etcétera?
Es interesante enfocar nuestro ángulo de observación de nuevo hacia el cine español de principios del siglo veintiuno, que le toma el pulso a la cotidianidad del mundo laboral, según esta cinta el peso está en el emprendimiento de valor masculino, hay que referirse al largometraje dirigido por Fernando León de Aranoa en 2021, El buen patrón. El rodaje se realiza en varios barrios de Madrid (Móstoles, Alcobendas). Resulta una autorréplica artística del mismo director y siguiendo este género de comedia negra y mundo laboral, resiliencia ante el paro en zonas de provincias; es decir por Los lunes al sol, dirigida en 2002, por F. León de Aranoa, que se rueda en este caso en Vigo (Pontevedra).
No me dejo en el tintero un breve comentario sobre el cine actual procedente de otras latitudes, que se le ha reconocido en festivales internacionales (Festival de Cannes, Festival de San Sebastián). En concreto hay que referirse a la película del director colombiano Ciro Guerra, presentada al público en el año 2015, nominada al oscar a la mejor película de habla no inglesa; aborda el género de aventura y reivindicación del patrimonio indígena (rodada en la selva de Amazonía de Colombia). Ciertos hechos coinciden, la expedición de científicos (alemán y norteamericano, 1900 y 1940), la fiebre del caucho (Sierra, G.P., 2021) y su consecuente explotación industrial de potencias extranjeras, asimismo el surgimiento de la investigación etnográfica desde el método antropológico en Colombia (Tapias y Pérez, 2018).
¿CUÁL ES EL VALOR DE UNA ANTIGUA MÁQUINA DE PROYECCIÓN DE CINE?
Atrás queda allende casi ciento cincuenta años, el invento de proyector de cine por los hermanos Lumière (Auguste y Louis), de nacionalidad francesa, que vivieron entre la segunda mitad del siglo XIX y la primera mitad del siglo XX, que presentaron su primera película en un círculo cultural, con el título La sortie des ouvriers des usines Lumière à Lyon Monplaisir (La salida de los obreros de la fábrica Lumière en Lyon Monplaisir, 1895), que acudían con este invento a la exposición de París de 1900.
Durante aquel transcurso de mitad del siglo veinte ya se avanzaba con la utilización de proyectores de cine más evolucionados, que técnicamente se identifican como “cine Victoria 5”, de 35 mm, original de una marca italiana (Cinemeccanica); se trata del tipo de máquina que todavía sigue usándose en algunas salas de cine actuales.
No obstante, aparecía el otro tipo de proyector digital de cine durante las décadas de los años 40 y 50 (siglo veinte), precisamente en otro más novedoso y de introducción social contemporánea, nos referimos a que el cine tenía que prevalecer compitiendo con la moderna televisión. El proyector digital presenta la ventaja de un cine analógico de mejor calidad, posibilidad de proyectar contenidos de TV, DVD, y de 3 dimensiones. Sin embargo, no le pertenece el valor cultural histórico y de soporte sólido de la imagen que se guardaría desde un viejo proyector, que contemplado desde los avances recientes se nos representa como un objeto de evolución artesanal- versus industrial, que sobrevive con la tenacidad y la gallardía reclamando su identidad cultural, de alcance a todos los públicos del tejido cosmopolita.
Hay que otorgarle un discreto homenaje a esos proyectores de cine de intenso uso entre las décadas de mediados del siglo veinte (entre los años 40 y 60); que iluminaba las suculentas y diversas imaginaciones de aquellos espectadores, los vecinos de algún que otro pueblo manchego, instalados en las alineadas butacas de bonito tono, viviendo sus ratos festivos desde bien construidas salas de cine con el diseño arquitectónico de época. Pues, las gentes del momento aquel (rememorando a nuestras abuelas y abuelos…), lo disfrutaban como un cómodo desarrollo, tal vez por haber conocido desde hace años más atrás, durante las primeras décadas del siglo veinte, montajes de cine precarios acoplados entre armazones de aquellas barracas de feria, pero a su sazón y como infantes bulliciosos de los años diez o veinte se carcajeaban al contemplar las correrías de películas mudas, con Charles Chaplin (Charlot trasnochador, A night out – en inglés el título-, de 1915; La quimera del oro, The gold rush– en inglés el título-, 1925).
Quién lo iba a decir, quién se atrevería a rescatar el viejo proyector de cine como testigo silencioso de un tiempo histórico que hacía vibrar ilusiones a través de una pantalla grande de sala con medida media de 21 x 29 metros, que se lo recuerde como objeto de la memoria cultural de un pueblo manchego. Las exposiciones de museo local le tendrían que reservar su escenario para que las siguientes generaciones aprendan cómo es este crisol de invento tecnológico, símbolo cultural de patria chica.
BIBLIOGRAFÍA. INFOGRAFÍA
Gispert, E. (2008). “Cine, Ficción y Educación”. Editorial Laertes, Barcelona.
https://www.banrepcultural.org/biblioteca-virtual/credencial-historia/numero-262/la-fiebre-del-caucho-en-colombia
https://www.cineyvalores.apoclam.org
https://catedradoctoral.files.wordpress.com/2018/04/cc3a9sar_tapias.pdf
*Licenciada en Psicología. Master en Antropología Aplicada