Las respuestas a la pregunta han arrojado dos datos; un nivel de participación en torno al sesenta y cuatro por ciento de la militancia, y el “sí” de un ochenta y siete; el cómputo final del resultado nos dice que han respondido afirmativamente de manera explícita noventa y cinco militantes, o sea el cincuenta y cinco por ciento de los cientos setenta y tres mil afiliados a nivel nacional. La implícita como en todas las demás ocasiones resulta imposible conocer ya que se ignoran tanto las razones como la intención de voto de quienes no han ejercido su derecho.
Sacando conclusiones no parece descabellado decir que casi la mitad de la militancia socialista no ha secundado de manera fehaciente el apoyo a una pregunta que contiene dos partes, la primera, el apoyo concreto de Sumar y…una segunda mucho más indeterminada, que aun sabiendo a quienes refiere, no habla del contenido, del límite ni del precio, no sólo económico, a pagar más allá de una amnistía.
Porque la ausencia de la palabra amnistía tiene su razón. De incluirse, quedarían fuera las demás concesiones que Puigdemont y Junqueras siguen pidiendo, entre ellas la condonación de quince mil millones de euros, la amnistía total…la cesión de Cercanías…y un rosario de peticiones que van desgranando y que empiezan a generar preocupación en La Moncloa. Una serie de concesiones que, en el momento de la pregunta, la militancia no conocía y es de suponer que Sánchez tampoco, ni siquiera Santos Cerdán, mano derecha del secretario general, quien, haciendo un uso particularísimo de la aplicación anticipada de la amnistía, osó llamar a Puigdemont president, en un ejercicio temerario de sumisión a quien aún sigue siendo uno de los responsables del intento de Golpe de Estado.
¡Pedro, haz lo que tengas que hacer…para que la derecha no gobierne este país. Lo demás…lo dejamos en tus manos, que tú sabrás cómo conseguirlo y luego ya iremos viendo. Es la letra del cheque en blanco que han firmado esos noventa y cinco mil militantes socialistas diciendo sí.
