Pepe Raya, una persona muy reconocida y querida en los ambientes vitivinícolas de Castilla La Mancha –y de toda España en general- acaba de dejarnos. Quienes hemos tenido la enorme suerte de ser sus amigos estamos desolados y llenos de dolor en estos tristes momentos pero también, y al propio tiempo, muy orgullosos de haber tenido el privilegio de conocerle, de tratarle y, como es mi caso, de haber podido trabajar con él durante muchos años y disfrutar de su profesionalidad y enorme calidad humana.
Una gran persona y, por tanto, sencillo, humilde, discreto pero muy firme en la defensa de lo que él creía que era bueno y justo. Recorrió durante muchos años todos los pueblos de Castilla La Mancha dejando centenares de amigos y conocidos en el mundo de las cooperativas y en el sector viticultor. Fue siempre un interlocutor privilegiado del sector ante las Administraciones Públicas -nacional y autonómica-, cualquiera que fuera el color político de quienes la dirigieran. Todo el mundo le respetaba y apreciaba, a pesar de lo “cabezota” que podía llegar a ser. Una persona profesionalmente muy competente y trabajadora, que se indignaba ante tantos cuentistas y caraduras como le fueron saliendo al paso en su camino y a los que tuvo que tratar en su vida profesional.
Pepe Raya fue, durante muchos años, el mayor comprador de vinos de mesa de Castilla La Mancha. O lo que es lo mismo: el mayor comprador de vinos de mesa de España. Vinos aptos para la destilación que, desde hace más de cien años y con soberbias instalaciones industriales y grandes maestros destiladores, hicieron a esta región la primera de Europa en tan noble actividad. Precisamente por ese saber hacer en la destilación, en la obtención de holandas, aguardientes y destilados de vino de calidad -extrayendo el espíritu del vino para aprovechar sus mejores componentes, desechando los demás-, las Bodegas del Marco de Jerez empezaron a adquirirlos hace más de cien años -llegando incluso varias de ellas a implantarse en Tomelloso y otros municipios de la región- para la producción de sus magníficos y prestigiosos brandies.
Desconocimiento de los viticultores
El amigo Pepe me transmitió muchas muchas veces su disgusto y enorme pesar por el desconocimiento que él estaba convencido tenían los propios viticultores de la mayor región vitivinícola del mundo acerca del destino real de las uvas que con tanto esfuerzo cultivan y de los vinos que con ellas se producen en esta región. “Si los miles de viticultores y bodegueros de La Mancha supieran que el brandy se hace con sus uvas y sus vinos, seguramente tomarían menos cerveza, menos güisquis y consumirían más Brandy de Jerez”, repetía incansable… Fiel a ello y consecuente con su forma de pensar fue Pepe un entusiasta consumidor de Brandy de Jerez (¡solo o combinado con alguna bebida refrescante!) y un privilegiado embajador del Consejo Regulador del Brandy de Jerez por toda España.
Uno de los valores que más hablan de la calidad de una persona es una virtud que no abunda mucho, desgraciadamente en estos tiempos: la lealtad. Pepe fue toda su vida una persona leal. Leal a sus principios, leal a su familia –a la que adoraba-, a su empresa, a Castilla La Mancha, a los viticultores y cooperativas, a su entorno (¡qué orgulloso se sentía de su Montilla natal, de su Tomelloso adoptivo, de sus Lagunas de Ruidera, de su Jerez de la Frontera y de su Puerto de Santa María…!). He repetido conscientemente el posesivo “su” porque todo lo hacía suyo, todo lo vivía con pasión, con entusiasmo, con lealtad.
Aficionado a la cocina
Aficionado a la cocina y a cocinar para su familia y amigos, fue también un fiel seguidor del Real Madrid, disfrutando de sus victorias y sufriendo con sus contadas derrotas… Pero como, por encima de todo, Pepe fue siempre leal a sus amigos (¡incluso aunque fueran del Barça o del Atlético de Madrid!) quiero, en nombre de tantos como tenemos / hemos tenido la suerte de tener en común, agradecerle con estas breves líneas emocionadas que nos haya honrado durante tantos años con su afecto y con su amistad.
Pepe Raya, un ejemplo de lealtad.
Evaristo Babé es presidente del Consejo Regulador del Brandy de Jerez
