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Respuesta al catedrático y portavoz de PP, Martín-Miguel Rubio, sobre la Guía del Cerro de las Cabezas

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Estimado y respetado Sr. Catedrático D. Martín-Miguel Rubio Esteban, portavoz del PP en el Ayuntamiento de Valdepeñas:

No es nuestra intención entrar a debate de los comentarios vertidos por políticos en la prensa, salvo, como en este caso que leemos incrédulos en los medios de comunicación sus palabras sobre la Guía que hemos realizado de forma totalmente altruista, gratuita y sobre todo con mucho trabajo (más del que usted cabría presuponer) y rigor (aunque usted lo dude) y no salimos de nuestro asombro. La verdad es que ante una eminencia como usted, catedrático de Instituto, con una labor encomiable de cientos y cientos de artículos publicados en prensa, y algunos artículos más científicos, es evidente que uno debería verse bastante “mediocre”, por esgrimir algún símil que a usted le gusta utilizar para denigrar el trabajo de los demás.

Sin embargo, creemos que la experiencia en numerosas intervenciones arqueológicas avaladas y autorizadas por la Consejería de Cultura de la JCCM y la participación activa desde hace décadas en excavaciones y otras tareas arqueológicas, así como en congresos y reuniones científicas y con algún que otro premio de investigación, nos permiten tener “ciertos” conocimientos que usted pone en duda, posiblemente por su propio desconocimiento de estas materias. Por tanto, desde el respeto a su opinión crítica sobre nuestro trabajo, nos vemos en la necesidad de responderle a las que usted ha vertido en la prensa.

La verdad es que ha sido todo un honor y un lujo que una persona de su nivel haya leído la Guía, aunque con sus conocimientos de la cultura clásica y del mundo ibérico ya vemos que le resulta “pecata minuta”; no al resto de mortales, que van agradeciendo esta contribución, en todo caso, divulgativa, como guía que es.

Mire Sr. Martín, hace unos días leíamos unas declaraciones suyas en las que se hacía eco de “…una auténtica y pavorosa exhibición de cadáveres reales…”, al referirse a los trabajos que se llevan a cabo en la Iglesia de la Asunción. Nos sorprendieron sus comentarios, sobre todo porque estamos en el año 2018, en pleno siglo XXI, y usted sabe bien que los trabajos que se llevan a cabo en dicho lugar reúnen todas las condiciones de rigurosidad científica, arquitectónica y administrativa: avalados por la Administración y técnicos pertinentes (Consejería de Cultura de la JCCM) y controlados por arqueólogos, arquitectos y antropólogos forenses; trabajos que deben revertir también en la sociedad, porque forman parte de nuestro patrimonio cultural e histórico y por ello muy acertadamente se organizó esa Jornada de Puertas Abiertas… Pero había algo que no cuadraba en su trasnochado discurso, aunque lo dejamos pasar ignorando que era el preludio de una crítica destructiva hacia un trabajo que lo único que pretendía (y pretende) es difundir el yacimiento del Cerro de las Cabezas.

Es verdad que cuando se hace algo, uno se expone a las críticas, unas veces constructivas y otras destructivas… En este nuestro país aún es evidente que el “Duelo a garrotazos” que pintó nuestro insigne Goya es siempre una realidad, sobre todo en política…Una pena. Afortunadamente, seguiremos en el empeño de aportar cosas interesantes a nuestra sociedad, no lo dude. En su caso, Sr. Martín-Miguel, se nos ocurren dos frases para aplicárselas visto lo visto últimamente. Una es de Teresa de Jesús: “Vivo sin vivir en mí…”; y otra la frase de un famoso entrenador de futbol: “Siempre negativo, nunca positivo”. Ambas, con el debido respeto, le van bien a su perfil político de estos últimos días, porque parece ser que algunas personas, sobre todo del ámbito político, entienden que todo se hace mal o que hay que “dar caña” con cualquier cosa que se ponga a tiro. Craso error, Sr. Martín, aunque ya estén algunos de precampaña electoral.

Por alusiones directas nos vemos en la necesidad de contestarle, aclarándole algunas cuestiones que parece ser, usted ha intentado tergiversar (en nuestra modesta opinión) con la tinta de su soez, ligera, pícara y avezada pluma intelectual. El problema es que no sabemos si contestarle al político Martín-Miguel o al Martín-Miguel catedrático de instituto.

En primer lugar, hemos de decirle que cuando los compañeros del Grupo de Investigación del Cerro de las Cabezas decidimos hacer este trabajo fue con dos condiciones ineludibles: a) que fuera gratuito (por eso los autores no hemos percibido ni un céntimo) y b) que fuera una publicación divulgativa, sobre todo para que por ambas circunstancias estuviese al alcance tanto de los valdepeñeros y valdepeñeras, así como de todas aquellas personas que visitaran el yacimiento. Por tanto, la frase lapidaria que usted se inventa para la prensa en la que dice que este libro fue presentado como “un bien de valor científico incalculable” no sabemos de dónde la ha sacado, porque precisamente el libro no ha sido presentado oficialmente en ningún sitio aún. Y si se refiere a la rueda de prensa celebrada con motivo de la presentación del remodelado Centro de Interpretación del Cerro de las Cabezas donde se alude al libro, le rogamos la revise y aguce su oído, porque no es eso lo que se dice precisamente.

Una guía (y creo que usted y nosotros mismos habremos leído unas cuantas) debe ser fundamentalmente divulgativa, Sr. Martín-Miguel; y esta lo es, pero sin dejar de lado los resultados científicos que estamos obteniendo, avalados por distintos laboratorios de referencia (por cierto, también pagados con dinero público y a veces con el de nuestro propio bolsillo)  y publicados en diversas publicaciones científicas (se puede consultar la bibliografía al respecto). Esos resultados científicos que usted tan alegremente acaba de tirar por tierra con la ponzoña de su pluma, se recogen en parte en la guía, porque cualquier investigación arqueológica que se precie, parte siempre de unas hipótesis de trabajo. Le recuerdo, por si se le ha olvidado de su etapa de universitario, que para hacer un estudio o investigación con rigor científico y que sea objetivo hay que seguir los pasos del Método Científico, a la sazón: observación, hipótesis, experimentación, teoría y ley. Sin embargo, para publicar (y usted tiene experiencia en ello) no es lo mismo publicar los resultados de una investigación en una revista de impacto que en una publicación divulgativa. Es evidente ¿no? Usted no imparte una clase igual a sus alumnos de 1º de ESO que a los de 1º de Bachillerato, sino que tiene que adaptar su discurso…

Sr. Martín, nos duele; nos duele conocerle y que pretenda tirar por tierra la labor hecha, sobre todo si es por motivaciones políticas, ya que nuestro trabajo no tiene connotaciones políticas… Sí, efectivamente, en la página 17 hay una errata (es decir, un error involuntario al escribir que, en todo caso, no indica de por sí ignorancia; aunque usted pretenda hacer creer lo contrario): donde se cita al poeta clásico Avieno se alude al siglo IV a.C., cuando en realidad es siglo IV d.C….pero fíjese: su pluma envenenada no ha querido entender esa errata, porque donde pone una “a.” debería ser una “d.” Claro para un experto catedrático de Latín esto parece casi un sacrilegio, sobre todo si insinúa que la errata supone trasladar a este autor 800 años en la historia….pero no es eso y usted lo sabe, aunque podemos entender que sea usted un dechado de perfección, cuando redactamos, cometemos erratas (usted y nosotros también, seguro).

Pero siguiendo con su despiadada y poco consistente crítica, nos inquieta lo que comenta sobre las dudas del ritual funerario ibérico: habla de inhumaciones: ¿Está seguro de ello, Sr. Martín-Miguel? Permítanos decirle que acaba de tirar por tierra numerosas tesis doctorales de Catedráticos de universidad y muchísimas horas de investigaciones. Le recomendamos que actualice sus lecturas sobre el mundo ibérico y ya nos cuenta dónde hay necrópolis de inhumación asociadas a la cultura mundo ibérico. Es cierto que no se sabe qué ocurre con una parte de la población ibérica (esto también se dice en la guía, en la página 51), pero hasta la fecha no ha sido localizada ni una sola necrópolis de inhumación ibérica en ningún lugar de la península. Por ello, los restos humanos completos son tan excepcionales, como habrá visto también en la misma página.

Por cierto, en el yacimiento cercano de Alarcos ya han excavado parcialmente dos necrópolis recientemente…con el ritual de cremación… y hace unos años una empresa privada excavó una pequeña necrópolis frente al Cerro de las Cabezas, también con el ritual de cremación… solo que presenta una cronología posterior según sus excavadores, en torno al siglo I d.C.  (ojo, que ponemos d.C.), lo cual quiere decir que incluso ya en etapas de amplia romanización de estas zonas manchegas aún se mantenía el rito de cremación.

Si quiere, y ya que pone en duda todas estas cuestiones, y sobre todo se refiere alegremente a la ausencia de citas de fuentes, le pasamos las publicaciones que necesite; algunas nuestras, fruto del trabajo de años, de asistencia a congresos nacionales e internacionales, de colaboraciones de … no continúo, porque qué más da…. Porque para un “trabajillo mediocre y chapucero” que hemos hecho.

¿Y nos habla de filtros? Pues precisamente lo que hemos escrito está contrastado. Ya sabe (porque alguno de nosotros se lo remitimos habitualmente), que cuando publicamos en congresos u otras publicaciones científicas, precisamente no es bibliografía lo que les falta a esos trabajos, pero usted se empeña en mezclar “churras con merinas”, algo que en su tierra castellano-leonesa saben de sobra que no se debe hacer…

Por cierto, habla usted muy alegremente de “la plebe”. Le recordamos que ese término está referido a un grupo social de época romana, los que no tenían gens, según la historiografía clásica romana que usted tan bien conoce y los demás desafortunadamente tenemos “una infinita ignorancia de la cultura clásica” -en buena parte posterior al desarrollo de la cultura ibérica, como usted bien sabe-. Aunque aún no se ha demostrado que solo los “pudientes” a los que usted alude fuesen los únicos cremados, bien es verdad que muchas de estas necrópolis tienen connotaciones aristocráticas…y el resto del pueblo llano…vaya usted a saber… (hipótesis).

Pues si usted considera que con la publicación de esta pequeña guía divulgativa “hemos retrocedido en investigación en el mundo íbero” y que este “libro es un trabajillo mediocre y chapucero”, nosotros nos sentimos muy orgullosos de su publicación, y debemos decirle que no podría estar usted más equivocado. Si sus conocimientos del mundo ibérico le permiten aprender de las distintas intervenciones realizadas, le invitamos a leer y conocer aún más, e investigar en profundidad…; dado que esta publicación “no tiene rigor”, le invitamos a buscar esas fuentes primarias en alguna excavación, y verá como entre el pico, la pala, las carretillas y las ampollas que salen en las manos, se puede dar lugar, junto a los descubrimientos que se interpretan con el método arqueológico, a establecer hipótesis de trabajo (a veces erróneas…por eso son hipótesis). Nosotros llevamos años haciéndolo y aun así somos “ignorantes”.

Para terminar y no aburrirle, dado que hace referencia a cuestiones económicas porque considera esta publicación “un despilfarro”, le diremos que hace unos lustros, cuando gobernó en Valdepeñas el partido del que usted es portavoz en estos momentos, llevó a cabo varias publicaciones que se hicieron con dinero público (no las calificamos porque los trabajos ajenos merecen un respeto tremendo, incluidos los suyos)…; parece ser que para usted no es lo mismo “llamar que salir a abrir”. Mal rasero. En fin, no hace daño el que quiere, sino el que puede. No todo vale Sr. Martín-Miguel….

Lo dejamos aquí, pero como nos consta que es de “pluma fácil” y querrá responder, ya le decimos, querido y estimado profesor Martín-Miguel que no seguiremos por estos medios, que tienen cosas más relevantes que publicar.

 

Un cordial saludo

 Grupo de Investigación del Cerro de las Cabezas (GICC). Autores de la Guía “Cerro de las Cabezas, Valdepeñas”

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