Los hechos que motivaron el apagón eléctrico en todo el país el pasado 28 de abril, siguen siendo un misterio una semana después de haberse producido. Aunque haya muchas teorías, habría que evitar especulaciones y que la información sobre la causa concreta que produjo esta situación se base en datos reales, fiables y demostrables.
Es evidente que habrá que valorar lo ocurrido a partir de las conclusiones que se obtengan sobre todo de las “cajas negras”, —aportadas a Red Eléctrica Española por las empresas eléctricas que operan en España—, para determinar la causa concreta que lo ha producido y, en su caso, exigir las responsabilidades que correspondan.
En una primera aproximación al problema que ha planteado este incidente, conviene recordar que los técnicos y expertos sobre esta materia, coinciden en que la inestabilidad de la red se venía denunciando desde hacía varios meses y que el mismo día del apagón, esa anomalía se manifestó dos veces en la hora anterior a la caída de la red.
Por motivos que se desconocen, no se tomaron medidas y junto con un exceso de aporte de energía, se precipitó el apagón eléctrico. Pero es curioso que la salida a esta situación se produjera con el aporte de energía nuclear francesa, concretamente de las dos centrales nucleares más próximas a España, la de Burdeos y la de Toulouse.
Una segunda cuestión importante es si los distintos sistemas de producción de energía tienen algún medio que permita la estabilización de la red eléctrica. La opinión de los expertos, coincide casi unánimemente. Nos dicen que las energías tradicionales sí tienen estos medios, —sobre todo la nuclear y la hidroeléctrica—, pero no así las renovables.
Con datos obtenidos de Red Eléctrica, en el momento del apagón, las renovables aportaban el 81,50% del total de la energía, y el resto de las fuentes aportaban solo el 18,50%. Según estos expertos, era imposible que esas fuentes tradicionales pudieran estabilizar la red, porque la nuclear operaba al 50%, por una parada técnica programada.
Llama la atención que algunos responsables de las empresas renovables, digan ahora que para que haya estabilidad en la red es necesario que el MIX energético aporte un 65% de energías renovables y un 35% de no renovables. Pero dan un paso más. Piden también la potenciación del almacenamiento de la energía renovable excedente.
El Presidente del gobierno reprochó a la energía nuclear que agravara el problema al consumir energía de la red general estando en parada. En declaraciones a Cuatro, el ingeniero y operador nuclear, Alfredo García, dijo: «yo no sé si no está acertado, le han informado mal o si directamente ha mentido, pero lo que ha dicho no es correcto«.
Lo que sí dijo este experto en energía nuclear es que si estas centrales hubieran estado operativas al 100%, esta caída de la red habría sido prácticamente imposible. Ya que las nucleares y las hidroeléctricas, están sincronizadas con la red eléctrica y disponen de motores eléctricos muy potentes para reiniciar la producción, de los que carecen las renovables.
Con este apagón se ha producido otro hecho sorprendente. El Ministerio del Interior, les ha dado quince minutos a las CC. AA. para que pidan al Gobierno central la declaración de emergencia nacional. Un trámite que era innecesario realizar. No había ni razones legales, ni de eficacia en la gestión que debe realizar el Gobierno central, para exigirlo.
La Ley 17/2015 del Sistema Nacional de Protección Civil, prevé en su artículo 29 que esta declaración corresponde al Ministro del Interior, por propia iniciativa, a propuesta de las CC. AA. o de los Delegados del Gobierno de las mismas. Por ello era prescindible esta petición, máxime cuando la emergencia era general y afectaba a todos los territorios.
Pero como ya ocurriera con la DANA, el pasado mes de octubre de 2024, a este gobierno no le interesa asumir, motu proprio y en exclusiva, esta responsabilidad directa que establece la Ley 17/2015. Por lo que fuerza a las entidades regionales a intervenir para que dichas responsabilidades se exijan también a las Comunidades Autónomas.
El sostenella y no enmendalla, es la estrategia del gobierno actual que no exigió petición alguna a las CC. AA. a la hora de aplicarla durante la pandemia, pero ahora quiere eludir toda responsabilidad directa por pura estrategia electoral y, entre otras cosas, por carecer del apoyo parlamentario necesario en el Congreso de los Diputados.
Por otra parte, que nuestros gobernantes digan con insistencia que Red Eléctrica Española es una empresa privada, hace sospechar que, aunque la apoyen formalmente, se quieren desmarcar de la gestión realizada por la exministra de Zapatero, Beatriz Corredor que preside esta entidad por designación personal del presidente Pedro Sánchez.
El problema es que estas responsabilidades no las quiere asumir nuestro gobierno, no solo por cuestiones políticas, —que también—, sino porque cualquier censura a la presidenta de Red Eléctrica Española, puede desencadenar una avalancha de reclamaciones millonarias de las empresas afectadas por este grave parón energético, al Estado español.