De las declaraciones que realizaba hace unos días la presidenta de la junta rectora del parque natural de las Lagunas de Ruidera, Carmen Delgado, podríamos deducir que algo comienza a moverse en este espacio natural, uno de los más visitados de Castilla-La Mancha, para lograr que el turismo que se acerque a la zona durante todo el año, no solo en verano como viene sucediendo hasta ahora y, fundamentalmente, para bañarse en estos lagos.
La nueva presidenta apostaría más por una linea de trabajo encaminada a cambiar los hábitos y la percepción que tenemos de Ruidera y vayamos interiorizando que las Lagunas son un espacio natural, no una piscina pública como las visitas pudieran dar a entender. Indudablemente estos cambios pasarían por adoptar medidas que busquen la protección medioambiental de este espacio, aunque desde el órgano tutelar son partidarios, además, de buscar el equilibrio entre la naturaleza y disfrute veraniego.
El Plan de Mejora Integral puesto en marcha el Gobierno regional, gestor del parque, trata precisamente de impulsar medidas que garanticen su conservación y también el uso público de la zona, contando con el apoyo de instituciones como las diputaciones de Ciudad Real y Albacete. En este contexto, se situarían esas medidas que buscan un enfoque ambiental del plan en el que prime la mayor presencia de peatones y ciclistas y menos la de los automovilistas.
La construcción de un carril bici (de ida y vuelta) en la carretera que une las Lagunas con Ciudad Real por un lado y con Ossa por otro, que obligaría a los conductores a circular con más precaución; la puesta en marcha de una senda peatonal y un nuevo centro de interpretación del parque, además de un mirador sobre la laguna Salvadora, son algunas de esas propuestas que tratarían de invertir la tendencia y las prácticas y visitas habituales para que este paraíso natural pueda ser visitado, bien paseando o en bicicleta, en otros meses distintos a los de verano para y poder disfrutar mejor de ese entorno único.
Aparcamiento de coches y visitas
Capítulo aparte merece el aparcamiento de coches en la zona, uno de los problemas más importantes a los que se enfrentan los gestores del parque . Tras la puesta en marcha de uno para 400 vehículos en la Salvadora, gestionado por el ayuntamiento de Ossa, se siguen buscando opciones que eviten que se siga estacionando en los arcenes y hacerlo antes de llegar a las primeras lagunas, por ejemplo, favoreciendo con ello el acceso al parque a pie o en bicicleta y lograr una mejor preservación.
Especialmente llamativo es el número de visitas que recibe el parque y la finalidad de éstas. De las aproximadamente 500.000 personas que lo hacen al año -la mayoría en julio y agosto como decíamos- sólo un 5 por ciento muestra algún interés por los atractivos naturales de un enclave tan singular como éste en el que, además, nace el río Guadiana y que pide más que nunca su salvaguarda como espacio natural único. “Las Lagunas de Ruidera son un conjunto de lagos cuya alimentación compleja se debe al acuífero subterráneo y a las aguas superficiales. En el mundo hay lagos de este tipo en Croacia, en la tierra de los Lagos de Wisconsin, en el estado de Nueva York y en Tallahassee en Florida. Su estudio es fascinante”.
Así describen las Lagunas los científicos Miguel Álvarez, Santos Cirujano y otros investigadores del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en el estudio “Ecología acuática y sociedad de las Lagunas de Ruidera” publicado en 2007. “La conservación y recuperación de este ecosistema singular depende en gran parte de la sociedad castellano-manchega”, advertían los científicos entonces.
Sin embargo hoy, once años después, esta sociedad es más consciente de la necesidad de tomar medidas valientes y rápidas que impidan el deterioro de nuestro patrimonio ambiental, pero también de que es urgente cambiar hábitos y costumbres para que esa mayor sensibilidad hacia la protección de nuestros espacios naturales revierta en una mejor conservación del entorno evitando atropellos irreversibles. Hoy todos hemos ido aprendido que defender la tierra es defendernos a nosotros mismos.