Desde este momento y hora, la Moción siguió por unos derroteros así mismo poco serios. De menos a más, la actitud mantenida por algunas ministras durante la intervención de Abascal, entregadas a mirar de manera permanente sus móviles de manera ostensible en un acto de desprecio manifiesto a un diputado en el uso de la palabra cuyo partido obtuvo medio millón votos más, extremo que evidencia por enésima vez su soberbia política.
Luego vendría la prolongada intervención del Presidente, que aprovechó esta ocasión, generoso ofrecimiento de VOX, para decir lo que consideró oportuno viniera o no viniera a cuento con el tema que allí los convocaba, aprovechando que ese tema en el fondo no existía. Y ante la ausencia de algo que tratar, consideró que era el momento para seguir vendiendo las bondades de su política gubernamental en un mitin electoral televisado, regalo de quienes querían defenestrarlo.
Una intervención en la que creo, cometió un error, atizar al Partido Popular como éste fuera quien hubiera promovido la Moción y su obstinada idea de que ambos partidos son casi una misma cosa. Algo que además de ser incierto, lo dice quién ha hecho lo propio gobernando gracias a la extrema izquierda, simetría política, pero añadiendo a filoetarras y separatistas a los que como le recordó Tamames, ha indultado para poder seguir gobernando.
Una Moción de Censura poco sería, de la que VOX creo que estará arrepentido, aunque no lo exprese de manera pública, Sánchez ha salido confirmado… y el P.P. como el partido más beneficiado. Una Moción que dada su falta de contenido real, fue aprovechada para Tamames para ofrecer una conferencia y lanzar cada cual su mitin de precampaña.
