Miles de personas se han echado a la calle en la calurosa tarde del 31 de agosto para dar las gracias y rendir homenaje un año más a la Virgen del Prado. Desde antes de las 20.30 ya eran mucho los ciudarealeños que se agolpaban en la plaza Mayor para seguir el desfile de las más de 65 asociaciones, peñas y hermandades hacia la Catedral para llenar de ofrendas el altar.
Más de dos horas ininterrumpidas de desfile de ciudadanos de la capital, así como representantes de numerosos pueblos de la provincia que no quisieron faltar a esta cita, ante la atenta mirada de miles de vecinos. Una ciudad entera volcada en las calles para presenciar el reguero constante de personas, entre ellas muchos niños y gente joven que, como es costumbre cada 31 de agosto, acuden a ver a su Virgen y ofrecerle lo mejor.

Las mejores frutas, hortalizas, verduras, y flores, en definitiva, los mejores frutos de la tierra fueron poco a poco llenando el altar de la Catedral demostrando el fervor y devoción de todo un pueblo hacia su patrona. Emoción, lágrimas, sonrisas, todo un torrente de emociones de una ciudad enraizada a la tierra y a sus tradiciones.

Pasadas las 22.30 horas, fueron los representantes institucionales, tras los pandorgos, los que entraron para depositar sus ofrendas dando por concluido este acto principal en torno al que gira la tradicional fiesta de la Pandorga, la fiesta más popular de la capital y de la provincia.
Y es que la ofrenda es la base de toda la tradición, una tradición que persiste en el tiempo, aunque la comitiva que realiza la ofrenda ya no está formada por los trabajadores del campo, sino que la forman las asociaciones de la ciudad. En la actualidad, concretamente son más de 65 asociaciones, peñas, hermandades de la capital, y de muchos rincones de la provincia, las que participan en este sentido sencillo y emotivo acto.

El sacerdote, Dean de la Catedral, Don Bernardo Torres, pidió a las autoridades que presten siempre especial atención a los más pobres, «a los que más necesitan de vuestra ayuda», además de llevar a la Virgen en el corazón todos los días del año.
El Pandorgo 2024, Juan Luis Huertas, concluía el acto dedicando unas más que sentidas palabras en forma de oración poética a la Reina de Ciudad Real despertando los intensos aplausos de las decenas de personas que abarrotaban la Catedral.
Una noche que llenó de luz y olor a tierra pura no sólo la catedral, sino cada rincón de Ciudad Real.