Virginia Zaldívar Puebla (1988, Ciudad Real), periodista y jefa de prensa de la Cámara de Comercio de Ciudad Real, ha sido recientemente elegida como Dulcinea para el próximo año. Recuerda el momento en que se enteró de su elección como Dulcinea con gran emoción. “Me enteré el día de las entrevistas personales en el Mercado. Estábamos cuatro. Fui elegida Dulcinea y se eligieron las dos damas», comenta.
Zaldívar es una de las Dulcineas más jóvenes de los últimos tiempos, y también sus damas: dos chicas de 18 años. «Las dos juntas suman prácticamente mi edad, eso es curioso», dice entre risas la periodista. Además, añade que fue sola porque no sabía que ese día ya la elegirían, «si no, hubiera venido mi madre», asegura. Cuando se lo dijeron, se puso a llorar y «quizás me hubiera gustado estar acompañada”, relata Zaldívar, evidenciando la sorpresa y alegría que sintió en ese momento tan especial.

“Estoy muy orgullosa y muy emocionada. Ser Dulcinea supone representar a la mujer manchega, contagiar la ilusión que yo tengo y el arraigo al resto de Ciudad Real. Es de eso que yo siento, porque quería ser Dulcinea hace muchísimo tiempo”, expresa Zaldívar con una sonrisa. Asimismo, añade que le encantaría ver «una cola de chicas jóvenes el año que viene con ganas de ser Dulcinea».
«Hay que valorar lo nuestro»
Virginia Zaldívar, que se define a sí misma como una mujer trabajadora, madre, alegre, divertida, espontánea y muy transparente, ve en su nuevo rol una oportunidad para valorar lo propio. “Creo que hay que valorar lo nuestro, porque muchas veces valoramos más las cosas de fuera que lo que nosotros tenemos, y tenemos mucho, tanto de cultura como de tradiciones, como a nivel histórico y monumental. Entonces quiero que se valore”, señala. Su objetivo es aportar frescura y juventud a este cargo simbólico tan importante en la capital ciudarrealeña.

La periodista también enfatiza su amor por Ciudad Real y sus tradiciones. «Soy de Ciudad Real de toda la vida. Me fui a Madrid a estudiar durante un tiempo, y cuando volví, quería formar una familia. Siempre que salían las bases para la inscripción, me lo planteaba, pero nunca daba el paso», afirma. Pero, finalmente, este año ha sido. Zaldívar señala que todo esto le viene «desde toda la vida, porque desde pequeña vivo todas las fiestas, todos los eventos, con pasión y me gusta”, dice la Dulcinea.
Zaldívar muestra su deseo de promover las tradiciones locales y espera que las fiestas de Ciudad Real obtengan un reconocimiento más amplio. “Espero que la Pandorga sea declarada como Fiesta de Interés Turístico Nacional, porque es una fiesta que lo merece. Creo que el futuro pasa por intentar que se nos considere como una de las mejores fiestas que puede haber y que va más allá de lo lúdico”, asegura la Dulcinea.

Virginia Zaldívar ve posibilidades en la digitalización y en los recursos digitales
En cuanto a sus responsabilidades como Dulcinea, Zaldívar ya está llena de ideas y proyectos, aunque aún no ha propuesto nada concreto debido al poco tiempo que lleva en el cargo. “Llevo una semana exacta tras el nombramiento, entonces estoy asentándome en el cargo. Tengo bastantes ideas en mente». Señala que ahora mismo está con la organización del acto de presentación, que será próximamente, pero cree que «a través de la digitalización y los recursos digitales podamos hacer algo, algunas campañas de marketing”, comenta. Con ello muestra sus intenciones de relacionar sus capacidades profesionales con su año de Dulcinea.
Sobre la relación con el Pandorgo, la otra figura representativa de las fiestas de Ciudad Real, Zaldívar espera que haya una buena colaboración. “Son dos figuras representativas de Ciudad Real. Para mí, supone un honor ser Dulcinea este año. Creo que ahí está la base de la igualdad, que los dos tengan su espacio, pero que a la vez se complementen. Me parece algo muy bonito”, afirma.

«Ya le estoy confeccionando el traje a mi hija»
Afrontando el año con gran responsabilidad e ilusión, Virginia Zaldívar se prepara para vivir las fiestas de una manera más intensa y significativa. “Para mí no es una obligación ir a un acto u otro porque me gusta y porque realmente creo en cada acto que hay, perero ahora lo viviré de una manera muchísima más intensa». La Dulcinea tiene una hija pequeña de 3 años y comenta que para compaginar se la llevará allá donde pueda: «De hecho, ya estoy confeccionando su traje”, explica con ilusión.
Finalmente, Zaldívar agradece el apoyo de la Cámara de Comercio y su familia en este nuevo desafío. “La Cámara de Comercio me apoya y están muy orgullosos, y esto me ha ayudado mucho a presentarme». Comenta que el director está muy ilusionado y que fue clave para que se animara a buscar ser Dulcinea en este año.

Respecto a la idiosincrasia manchega, para ella «el carácter de los manchegos es ser personas muy cercanas, humildes, trabajadoras, amables y hospitalarias. Y ahora, por todas las mujeres, también trabajadoras y cada vez más formadas”, concluye. Virginia Zaldívar se presenta como una Dulcinea decidida a realzar la cultura y las tradiciones de Ciudad Real, con el compromiso de contagiar su entusiasmo, su frescura y su juventud a todos los ciudarrealeños.