El final de 2021, que acaba en medio de la frustración por el crecimiento de los contagios covid, será suave en lo meteorológico, primaveral ha llegado a decir la Agencia Estatal de Meteorología en zonas de Andalucía y la Comunidad Valenciana. En Ciudad Real no llegaremos a experimentar la sensación de primavera, por las mínimas frías, pero las máximas ascenderán hasta los 17-18 grados en Nochevieja y Año Nuevo en la capital, e incluso hasta los 20 en Puertollano y Valdepeñas.
El responsable es un anticiclón “estable y seco”, en palabras de la delegada de la Aemet en Castilla-La Mancha, Paloma Castro, con la suficiente potencia como para bloquear las borrascas atlánticas y que no entren en la península.
Contaminación en Puertollano y niebla en el Guadiana
El ambiente seco, sin apenas viento, favorecerá la contaminación, que se vigila de cerca en Puertollano por el efecto de la refinería de petróleo (se podrían superar los 200 microgramos de concentración de ozono por metro cúbico), y también la formación de las peligrosas nieblas en el Valle del Guadiana, al menos hasta el 4 de enero, cuando cambia de nuevo el tiempo.
“Las temperaturas máximas estarán unos diez grados por encima de lo normal para este época del año”, apostilla Castro, lo que significa que la Nochevieja del segundo año de la pandemia será de las más suaves del siglo XXI en Ciudad Real.
Lluvias, persistentes y suaves en Navidad
Las lluvias “persistentes y suaves” de la semana de Navidad dejan el mes de diciembre con 20 litros de precipitación acumulada por metro cuadrado recogidos en el observatorio de Ciudad Real, la mayoría (17) entre el 21 y el 27. Ha llovido más en el suroeste. En Fuencaliente el lunes se recogieron 11,2 litros metro cuadrado y también llovió en Almódovar del Campo (7 l/m2) y Viso del Marqués.
El tiempo cambia el 4 pero no viene otra Filomena
El tiempo anticiclónico se mantendrá hasta el 4 de enero, cuando según los pronósticos de la Aemet se esperan cambios, nada que ver con la borrasca Filomena que azotó a toda España de forma excepcional entre el 6 y el 10 de enero del año pasado, para dar paso a una ola de frío igual de excepcional que mantuvo la nieve en las calles durante semanas en ciudades como Madrid o Toledo.