Los agricultores y ganaderos de la provincia de Ciudad Real acumulan pérdidas de 400 millones de euros por la sequía.
Así lo ha estimado recientemente a El Campo la organización agraria Asaja, tras la reunión de responsables del Ministerio de Agricultura con las organizaciones profesionales agrarias y cooperativas agroalimentarias, para abordar la situación actual, el impacto de las últimas lluvias, los resultados de las medidas adoptadas, y las líneas de trabajo previstas para 2018.
Consignaron en el encuentro la caída del volumen de precipitaciones, con un 14% menos a nivel nacional entre el 1 de octubre y el 7 de enero, y un déficit de agua que ha pasado del 44,9% al 35,5%.
“La provincia no sale del todo mal parada, ha señalado Arturo Serrano, secretario técnico de Asaja, con valores algo menores en el noreste, y con 120 litros por metro cuadrado en el oeste y sur”.
Entre las medidas de 2018 por el Mapama para luchar contra la falta de agua, está el impulso de la política de modernización de regadíos; la continuación de la política de seguros agrarios; la continuación de las políticas de financiación y fiscalidad; la puesta en marcha de actuaciones para disminuir el consumo y aumentar la oferta de recursos; y el seguimiento de la situación y la colaboración constante con productores y cooperativas.
También ve positiva la reducción de los módulos en el ámbito fiscal, y “la exención de las tasas ganaderas en comarcas con sequía, la exención o reducción del IBI o del canon de riego, o una moratoria en las cuotas de la Seguridad Social en el caso de sequía extrema”.
En conjunto, las organizaciones agrarias volvieron a pedir una adaptación al consumo de la tarificación eléctrica en el gasto de energía en regadíos.
En el ámbito provincial, Serrano ha valorado el aumento del ritmo de contrataciones de seguros, como es el caso de un 25% más en la contratación de módulos de cultivos herbáceos y viñedos.
Los estragos del déficit hídrico en las distintas producciones provinciales se han dejado notar, con una caída media de más del 35%. En aceite, según Serrano, el descenso será de un 36%, en viñedo se ha cerrado con un 15% menos, y en ganadería la disminución se sitúa entre un 25 y 28%, debido al incremento de los costes de producción, por la no disponibilidad de pastos.