J. C. Chinchilla
Ciudad Real
45 médicos de la provincia sufrieron agresiones físicas o verbales en 2016 durante el ejercicio de su actividad, según recoge la encuesta sobre esta materia que el Colegio de Médicos de Ciudad Real remitió a sus más de 2.400 colegiados.
Con motivo de la conmemoración del Día contra las Agresiones en el Ámbito Sanitario, el 16 de marzo, el presidente de la institución colegial, José Molina, informó de que el Colegio ciudarrealeño registró el año pasado directamente en sus oficinas once denuncias de profesionales médicos, casi el doble que en 2015, cuando fueron seis.
En concreto fueron siete por insultos y cuatro por amenazas, no produciendose lesiones en ninguna de ellas.
Estas once denuncias registradas por el Colegio ciudarrealeño se elevaron al Observatorio de Agresiones en el Ámbito Sanitario, creado hace seis años, que recoge que en Castilla-La Mancha tuvieron lugar en los colegios de médicos 22 agresiones (seis más que en 2015), mientras que en toda España fueron 495 (134 más).
Desde 2010, el Colegio de Ciudad Real ha tenido conocimiento directo de un total de 28 agresiones hasta el año pasado.
Encuesta interna
José Molina manifestó que estas cifras son “la punta del iceberg” de un problema que puede arrojar cifras “aterradoras”.
Por este motivo, para conocer en profundidad la situación de la provincia, el Colegio de Médicos de Ciudad Real ha remitido por segundo año consecutivo una encuesta a sus colegiados para que fuera contestada por aquellos que se sintieran agredidos en 2016, recibiendo un total de 45 contestaciones (el año pasado fueron 58): 23 hombres y 22 mujeres.
Contestada de forma anónima, de la encuesta se extrae que hubo tres agresiones físicas y verbales, una sólo física y 41 sólo verbales.
La principales causas del origen de la agresión fueron: discrepancias en la atención médica (18 casos), que no se recetara el medicamento propuesto por el paciente (12), el tiempo en ser atendido (17), la emisión de un informe médico no acorde con lo exigido por el paciente (8), malestar por el funcionamiento del centro (10), en relación a la incapacidad laboral (5), discrepancias personasles (4) y otros motivos (8 casos).
En 14 casos el causante de la agresión fue un paciente no programado, en otros 14 un familiar, en 9 un paciente programado y en 14 un familiar.
En ocho de los 45 casos, el facultativo agredido tuvo que recibir asistencia y dos requirieron baja laboral. Sólo 8 profesionales denunciaron los hechos. Además 17 profesionales presentaron denuncia y seis casos irán a juicio.
Respecto al lugar en el que se produjeron las agresiones, 24 fueron en Atención Primaria, 7 en hospitales, 6 en Urgencias Extrahospitalarias y 6 en Urgencias Hospitalarias. Todas en la Sanidad Pública.
Trabajo conjunto
El presidente del Colegio de Médicos de Ciudad Real, José Molina, consideró que la sociedad, la Administración y los colegios profesionales deben ir de la mano para erradicar las agresiones al personal sanitario. Afirmó que fue un éxito la reforma de 2015 del Código Penal para considerar estos actos como delito de atentado a la autoridad, sin embargo añade que todavía se están consiguiendo resultados desiguales en la aplicación de la nueva norma, surgiendo interpretaciones distintas según cada fiscal.
En este sentido Molina reclamó que haya una unificación de criterios ante las agresiones, sean del tipo que sean.
Además pidió que esta violencia social tenga la misma consideración tanto si la agresión se produce en el ámbito público, como en el privado.
Molina explicó que los desencadenantes de la violencia son varios, como puede ser el propio dolor de los pacientes, el estrés al que está sometido el personal, la presión asistencial o la falta de recursos. Por este motivo reclamó medidas que palíen estas situaciones y consideró clave que la base para acabar con la violencia es la educación. Así apuntó que hay otras vías por la que los pacientes pueden resolver sus problemas sin llegar a la violencia, como las quejas, reclamaciones o denuncias.
Por último el presidente del Colegio de Médicos de Ciudad Real abogó por la elaboración de un plan conjunto entre los profesionales y la Administración, que haya protocolos claros y que se crucen los datos sobre esta materia entre ambos para avanzar en soluciones.