Las muertes en accidente de tráfico llevan tres años consecutivos subiendo en Ciudad Real, como en toda España, pero el balance no es tan malo como podría parecer si se analizan los datos de los doce años de implantación del carné por puntos. Además en este último año se ha puesto en evidencia algo que confirma la directora provincial Raquel García: “Bajar de entre 25-30 víctimas mortales anuales con la población que tenemos es muy difícil, aunque nuestro objetivo sigue siendo cero víctimas y cero accidentes”.
A 31 de diciembre 29 personas habían perdido la vida en accidentes de circulación en la provincia, una más supuestamente que en 2016 –a veinticuatro horas del accidente-, sin embargo el balance final es ligeramente mejor. Resulta que en 2016, con los datos completamente cerrados (se incluyen víctimas que mueren en los treinta días posteriores al siniestro), la cifra fue de 30 fallecidos, una más que en 2017.
Por ahora el último balance de tráfico sólo es peor que el de los años 2014 (19) y 2015 (27) y notablemente menos duro de digerir que los 72 muertos con los que se cerró el año 2006 en el que la Dirección General de Tráfico puso en marcha el carné por puntos que ha marcado un antes y un después en las políticas de tráfico, con la retirada de la circulación de los malos conductores (quienes acumulan infracciones y pierden el crédito para conducir).
En torno a 60 muertes por año hace sólo una década
El punto de inflexión es el año 2009. Se pasa de 61 víctimas mortales en 2008 a casi la mitad un año después, 36. A partir de ahí se han ido produciendo ligeras variaciones pero la cifra no baja de los treinta fallecidos hasta el año 2014, un año en el que “sólo” murieron 19 personas, un dato tan bajo que según los expertos es engañoso y difícil que se vuelva a repetir porque se considera totalmente excepcional. De hecho en estos tres últimos años la siniestralidad vuelve a rondar las 30 muertes anuales, se queda en esa horquilla de las 25-30 víctimas de la que habla la jefa provincial, “pero no porque hayamos bajado la guardia en políticas de prevención”, insiste.
García también hace hincapié en la fiabilidad de los datos, “ahora colaboran con nosotros todas las policías locales y nuestras estadísticas son cada vez más exactas”.
La misma vigilancia en la N-430
En este 2018 en el que la DGT anuncia nuevas medidas para mejorar la seguridad la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil mantendrá el mismo nivel de vigilancia en la N-430, la carretera más peligrosa de la provincia, que en el último año. Es el plan Invitra o de Intensificación de la Vigilancia de Tráfico, que se puso en marcha el 19 de enero e implica más controles de velocidad y de los vehículos pesados. La presencia de agentes de la Guardia Civil en la zona más peligrosa de la N-430 (los cien kilómetros que seperan Ciudad Real capital del límite con Badajoz por el noroeste) se nota en todas las franjas horarias, y todos los días, dependiendo de los niveles de circulación, además de en las operaciones especiales, “y seguiremos un año más porque la vigilancia está dando resultados”, asegura la jefa de Tráfico.
El número de accidentes en el último año en esa carretera ha subido pero las víctimas mortales se han reducido a la mitad. Se ha pasado de cuatro fallecidos en 2016 a dos en 2017.