Belén Rodríguez
Ciudad Real
El sacerdote apartado del seminario de Ciudad Real a mediados de febrero por “ciertos comportamientos” que podrían ser objeto de abuso sexual, cree que puede demostrar su inocencia en los nueve casos de niños que se le atribuyen esas conductas.
Lo explicó este lunes en los juzgados su abogado, Francisco Maroto, tras la declaración del cura ante la titular del juzgado de instrucción y primera instancia número 1, que ha abierto diligencias de investigación por una denuncia de la fiscalía con información facilitada por el Obispado de Ciudad Real.
La testifical duró varias horas según Maroto porque el religioso -que no salió por la puerta principal de los juzgado, para eludir a los medios-, contestó “a todas y cada una de las preguntas, tanto de su señoría como del ministerio fiscal”, y según dijo “ha aclarado todo lo que le han preguntado”.
La fiscalía no pidió ninguna medida cautelar contra él, por lo que su situación sigue siendo la de libertad, en tanto no avance la investigación cuyo contenido es de carácter reservado.
En los próximos días en relación con este caso tendrán que declarar los niños que podrían haber sido objeto de abusos, y serán escuchados más testigos antes de tomar una decisión; “estamos en una fase muy inicial”, explicó después el fiscal jefe de Ciudad Real, Luis Huete, que el único detalle que ha dado del caso es que los abusos que se atribuyen a este sacerdote natural de un pueblo de la provincia “no están en la escala más alta”.
Suspendido de su actividad docente como responsable de los alumnos de la ESO del seminario, niños de entre 12 y 14 años, y también del ejercicio del sacerdocio, su abogado explicó que el religioso se encuentra “bastante mal emocional y psicológicamente, teniendo en cuenta la tipología penal de la que le acusa”.
El abogado aseguró que hasta el viernes pasado no habían tenido acceso a la información que la fiscalía entregó en el juzgado, que a su vez es el resultado del contenido de una investigación interna abierta por el Obispado a nivel canónico.
Las familias de los chavales que cursan estudios en el seminario, once en total, que prosiguen su formación allí, no han denunciado.
Las familias no han denunciado
La historia de este presunto caso de abusos sexuales dentro de la Iglesia se conoció a finales de marzo, cuando la fiscalía ya había recibido la información que el Obispado intentó llevar con discreción, si bien han sido ellos mismos los que pusieron los hechos en conocimiento de la justicia, tras una investigación interna.
Se supone que la indagación propia, en la que se escuchó al religioso, un cura joven de la provincia responsable de la formación del grupo de chavales de la ESO, culminó el 9 de febrero, cuando se entregó el resultado del proceso canónico a la Congregación para la Doctrina de la Fe en Roma. Unos días después el 15 de febrero se informó a la fiscalía que ante la relevancia que podía tener el caso lo derivó a los juzgados de instrucción que han abierto “diligencias de investigación”.
De momento ninguna familia ha denunciado al sacerdote, y los chicos, según declaró una madre hace unas semanas, están bien. Este lunes la juez que lleva el caso, la titular del juzgado de primera instancia número 1 de la capital, había citado en calidad de “investigado” (antes imputado) al sacerdote, que fue a declarar con su abogado, el mismo que defiende a Luis Bárcenas y en su momento llevó el caso de los controladores aéreos.