Belén Rodríguez
Ciudad Real
Un grupo científico de la Facultad de Veterinarias de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) ha logrado caracterizar la garrapata castellano-manchega para controlar con eficacia su población y evitar que sea un problema, en especial en las fincas que se dedican a la actividad cinegética, muy interesadas en el proyecto.
Sonia Olmeda, la portavoz del equipo que lleva siete años investigando a este resistente parásito en la finca La Garganta, entre Brazatortas y Almodóvar del Campo, explica que en la provincia y por extensión en Castilla-La Mancha “tenemos nuestras propias especies y por fin sabemos dónde están, cuándo están y cómo están; además de qué riesgo pueden tener para los hombres [las garrapatas son una gran fuente de transmisión de patógenos]”, indica.
De entrada ya han confirmado que “a la garrapata manchega no le gustan mucho los humanos, algo positivo, otra cosa son las especies animales y para ello es posible desarrollar una serie de metodologías, difíciles y costosas pero eficaces, para conseguir el equilibrio. Nunca vamos a erradicar las garrapatas, lo que sí podemos hacer es reconducirlas”, “ellas estaban antes que nosotros en el planeta y estarán después”, señala la parasitóloga.
En esta finca, implicada en la conservación medioambiental y en la que se practica la caza, los investigadores han dispuesto de sus 14.000 hectáreas para experimentar primero con la fauna y después con las plantas para desarrollar “nuestros propios productos que sean compatibles con la ganadería y agricultura ecológica de la zona”.
“Tenemos ya algunos productos que en el laboratorio funcionan bien, aunque ahora tenemos que fabricarlos en muchísima más cantidad y pasarlos al campo”, dice la científica
No es fácil acudir al mercado. Según Olmeda lo que se comercializa ahora está pensado para las mascotas, no para conejos, jabalíes o ciervos, y para atacar un determinado tipo de garrapata que no tiene que ver con las mesomediterráneas (este parásito se adapta al medio en el que vive).
Olmeda y su equipo tuvieron este jueves la oportunidad de presentar las conclusiones de su estudio a representantes del sector cinegético, forestal y medioambiental, en un acto promovido por la asociación cinegética Aproca, interesada en dar a conocer estos avances.
En representación de La Garganta, propiedad del duque de Westminster, asistió Ignacio Landaluce, vicepresidente de la sociedad que la gestiona Villamagna SA, contentos por su aportación a una investigación que cuenta con el apoyo del Ministerio de Economía y Competitividad.
Otra conclusión interesante es cuándo tratar a las garrapatas dependiendo de la especie: “para los conejos mejor julio y agosto; en grandes ungulados, ciervo y jabalí, antes, y en los suelos en el mes de abril”, explicó la investigadora.