La sección primera de la Audiencia Provincial de Ciudad Real ha absuelto de los delitos de estafa y apropiación indebida a los socios de la Inmobiliaria San Juan de Argamasilla de Calatrava, L.G.A. y A.G.G, denunciados por un matrimonio que pactaron con ello la compra venta de una vivienda, entregaron dinero a cuenta, pero no recibieron nada.
El tribunal considera que los responsables, que han entregado un piso familiar a cuenta de la deuda valorado en 55.000 euros, están intentando solucionar la reclamación de los 144.000 euros a estas personas, y entienden que no hay estafa ni apropiación.
Los acusados se enfrentaron a condenas de entre cuatro y tres años de prisión. Además la acusación particular sentó en el banquillo a los padres de uno de ellos como supuestos partícipes en la estafa. La fiscalía acusó a los dos promotores por apropiación indebida.
Firmaron el primer contrato en marzo de 2004
La odisea del matrimonio formado por J.L.M. y A.B.H.A. empezó en el año 2004, cuando optaron a la compra de una vivienda, en principio con piscina, en una zona de las afueras de Argamasilla de Calatrava en la que San Juan de Argamasilla Inmobiliaria había iniciado la promoción. Tenían amistad con L.G.A., entonces administrador único de la empresa familiar en la que luego participó su primo, el otro acusado.
«Sin hipoteca»
El matrimonio pactó la compra de una casa por 134.626 euros más IVA, y firmaron un contrato de compraventa, dieron una señal, y acordaron la entrega del resto a la entrega de llaves. No querían hipoteca y fijaron una cláusula que fijaba que los gastos hipotecarios para financiar la construcción correrían a cuenta del vendedor.
Las circunstancias cambiaron dos años después. Por problemas urbanísticos la vivienda no podía ser la que ellos querían y modificaron el contrato para adquirir otra, también en construcción, de menos metros cuadrados, pero con el mismo condicionante: que no estuviera gravada por hipoteca.
Hipoteca de los promotores en 2006
Sin embargo los promotores la gravaron con hipoteca en Unicaja en 2006 y la construcción siguió su curso. En medio estalló la burbuja inmobiliaria. Los acusados siguieron entregando ciertas cantidades para asegurarse de tener su casa hasta que en 2011 entregaron los 102.000 euros convenidos para comprar esta vivienda “libre de cargas”.
Escritura de la vivienda ante notario en 2012
La escritura a su nombre no se formalizó hasta un año después, en 2012, en una notaría. A la firma fue el primo de su amigo. Se les informó que existía una hipoteca sobre la vivienda, pero el coacusado, como él mismo ha reconocido hoy en el juicio, les dijo que no existía tal carga, y firmaron.
Casa con hipoteca
Cuando por fin tuvieron las llaves de la casa de sus sueños (en la que no han llegado a entrar a vivir) se encontraron con que existía una hipoteca a su nombre y el de la inmobiliaria, que como no han pagado en este 2021 se ejecutará a favor del banco.
Hasta poner el pleito en el año 2014, los perjudicados han intentado negociar con su, en principio amigo, pero según se quejan ellos no ha habido manera. En 2014 se les ofreció otra vivienda “a medio construir”, a cambió de encontrar un comprador para la suya inicial y librarse de la hipoteca. Dieron más dinero, según ellos “12.000 euros para supuestas mejoras”, pero siguieron sin recibir ni el dinero inicial ni la vivienda libre de cargas que habían pactado, y hasta ahora.