Lanza_logotipo_blanco
Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.
25 abril 2024
ACTUALIZADO 06:35
  • Ciudad Real
  • Resultados deportivos de Ciudad Real en directo
  • El Campo
  • Internacional
  • Nacional
  • Agenda
  • Anuncios Oficiales
    • Festival 2024 Skating Eurovision / Elena Rosa
      Manolo Ruíz Toribio mostró sus trabajos de fotografía / Elena Rosa
      Todo a punto en la Plaza Mayor para zambullirse en las páginas de un buen libro /Clara Manzano
      Inauguración de la Feria de Abril en Ciudad Real / Elena Rosa
      Presentación de la programación de la cuadragésimo séptima edición del Festival / Clara Manzano
      Aparatoso incendio de un avión para desguace en el aeropuerto de Ciudad Real /Clara Manzano
      170 aniversario del Colegio Público Santo Tomas de Villanueva / J. Jurado
      Encuentro de centurias romanas /Clara Manzano
  • Vídeos
    • Visita guiada a la renovada Plaza de Toros de Ciudad Real
      • Disfrutando del almuerzo
      • Varios toros de saca de El Cotillo
      • Juan Ortega (1)
      • Juan Ortega (2)
      • Pablo Aguado (1)
      • Pablo Aguado (2)
      • Pablo Aguado (3)
      • Roca Rey (1)
      • Roca Rey (2)
      • Roca Rey (3)
      • Roca Rey (4)
      • Ajuste y entrega en la faena de Ortega al sexto
      • El poderío de Daniel Luque
      • Trincherilla de Morante al primero
      • Verónica de Juan Ortega
      Portada Fatigas maletilla.indd
      • Andrés Palacios a la verónica frente al primero JCS
      • La corrida de Martín Lorca estuvo bien presentada JCS
      • Aspecto de parte de los tendidos ayer en Tomelloso JCS
      • Palacios pasando al cuarto con la mano derecha JCS
      • Pase cambiado por la espalda de Molina al quinto JCS
      • Sergio Felipe estuvo dispuesto toda la tarde JCS
      • Derechazo de Sergio Felipe JCS
      • A la corrida le faltó fuerza y casta JCS
      • Perera entre los pitones del primero
      • Perera comenzó de hinojos la faena al cuarto
      • Vuelta al ruedo al cuarto de El Parralejo
      • Buen natural de Paco Ureña
      • Borja Jiménez doblándose de capote
      • Ceñimiento y garra en Borja Jiménez
      • Larga cambiada a porta gayola de Garrido al primero
      • José Garrido en un derechazo al primero
      • Así metió la cara el quinto, de nombre Tabarro, número 30
      • De Miranda salió trompicado al matar al quinto
      • Leo Valadez no destacó
      • Tarde maciza de Garrido ayer en Sevilla
      • David de Miranda a hombros
      • Buena verónica de Aníbal Ruiz al primero JCS
      • Verónica de Carlos Aranda al quinto JCS
      • Ceñido natural de Carlos Aranda JCS
      • Los tendidos de Carrión de Calatrava pidiendo trofeos ayer JCS
      • Natural de buen aire de Aníbal Ruiz al primero JCS
      • Natural de Juan Robles JCS
      • Remate de capote de Juan Robles en el tercero JCS
      • Satisfacción de Juan Robles al recibir el rabo del tercero JCS
      IMG-20240407-WA0014
      Presentación del I Encuentro Internacional de Capellanes y Sacerdotes. / Europa Press Photo
      Imagen de archivo de la venta de entradas para asistir al evento taurino del 28 de abril en Ciudad Real / Elena Rosa
      Foto de grupo de los alumnos de la Escuela Taurina de Miguelturra junto a su director, Antonio Alegre
Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.

Adoquines por los olvidados de Mauthausen

Reproducir
Pilar y Loli Díaz-Pinto sostienen la fotografía de Raimundo Domínguez, que murió con 24 años en el campo de concentración de Mauthausen-Gusen / Carlos Díaz
Noemí Velasco / CIUDAD REAL
Al menos 102 ciudarrealeños republicanos que huyeron de España tras la Guerra Civil murieron en los campos de concentración y exterminio nazis. Raimundo Domínguez, de Miguelturra, Ángel Sepúlveda, de Campo de Criptana, y Wenceslao Fernández, de Arenales de San Gregorio, fueron asesinados en el campo de concentración de Mauthausen-Gusen. Sus familias rescatan sus recuerdos con motivo de la llegada del proyecto Stolpersteine a Ciudad Real, que recupera su memoria con adoquines dorados anclados en las calles que los vieron crecer

Solo tiene que subir la mirada para ver la fotografía en blanco y negro de Raimundo Domínguez desde ese sillón estampado donde pasa las horas, al lado de una mesa camilla, una ventana y la tele. Allí no están ni sus hijas, ni sus nietas, sino un joven de 18 años al que apenas conoció, del que no guarda ningún recuerdo. “Pero que tenía 9 años, qué le puedo yo decir de él”, exclama Cándida.

Era una niña cuando su hermano se subió a aquella maldita camioneta con las trompas franquistas pisándole los talones en dirección a Francia. Luego vino el terror nazi y la Segunda Guerra Mundial. No supieron nada de él hasta que recibieron aquella carta en francés donde decía que había muerto. Raimundo Domínguez forma parte de la lista de 102 ciudarrealeños asesinados en el campo de concentración de Mauthausen, solo hay dos mujeres y la mayoría no llegaban a los 30 años.

El proyecto Stolpersteine, que está presente en más de 20 países del mundo en forma de adoquines dorados con el nombre y los datos personales de las víctimas del holocausto nazi, ha llegado a Ciudad Real y con él la recuperación de la memoria. Raimundo Domínguez, de Miguelturra, Ángel Sepúlveda, de Campo de Criptana, y Wenceslao Fernández, de Arenales de San Gregorio, forman parte de la terrible lista.

Del campo a la guerra

mapas de memoria ER 9 1
Santiago Díaz-Hellín, nieto de Ángel Sepúlveda Beamud, de Campo de Criptana, que murió en septiembre de 1941 en el campo de Gusen / Elena Rosa

“Mi abuelo era jornalero, trabajaba con su hermano en la explotación de los Gachas -no sé si es un mote o se llaman así-, que tenían grandes extensiones de tierra y cultivaban vides y cereal. Eran terratenientes y siguen siéndolo”, cuenta Santiago Díaz-Hellín, nieto de Ángel Sepúlveda. El 18 de julio de 1936 estalló la sublevación militar contra la Segunda República y los historiadores locales documentan la violencia contra personas de derechas, de Falange y la Iglesia. Hasta “más de 80 personas murieron” en Campo de Criptana.

La consigna en la provincia fue controlar a los simpatizantes de la sublevación e imaginan que Ángel Sepúlveda, con 34 años, formó parte de alguna de las brigadas fieles a la Segunda República. Por entonces pertenecía a la UGT, pero “no existen testimonios directos” de que participara en ninguna ejecución. “Es raro, porque en los pueblos se sabe todo”, dice Santiago. De hecho, su hermano Domingo siguió trabajando con los terratenientes.

El tío Sabino, Wenceslao Fernández, “vino al mundo el 13 de enero de 1907 en Arenales de San Gregorio, y fue un jornalero más, preocupado por sacar a su gente adelante, a sus hermanos y a su madre que se quedó viuda”, cuenta Carmen Pilar Merino, sobrina de segundo grado. “Se lo llevaron a la guerra y no se a cuál bando, le dieron la escopeta y ya”, dice, extrañada de que tuviera militancia política en esta aldea que formaba parte de Campo de Criptana.

Muerte o exilio

Hermana Sobrina Victima Holocausto CD 3
Cándida Domínguez recuerda la represión en la España franquista tras el exilio de su hermano Raimundo / Carlos Díaz

“Como veamos a tu hermano que sepas que le vamos a matar”, esas palabras que escuchó Cándida Domínguez tantas veces, por la calle, al hacer la compra, resumen los motivos que condujeron a los tres ciudarrealeños al exilio al finalizar la Guerra Civil. De poco sirvieron las palabras desesperadas de una madre que decía a su único hijo “Raimundo no te vayas a ningún sitio”, al volver del frente. En España su futuro estaba escrito como el de los casi 4.000 represaliados asesinados por el Franquismo en la posguerra en Ciudad Real.

En aquellos días, Vicen Díaz-Pinto, sobrina de Raimundo, cuenta que los franquistas registraron la casa de sus abuelos para ver si estaba. Su madre siempre contaba que “tenían una escopeta guardada y que su abuelo la tuvo que echar al pozo para que no le pillasen, por si había represalias”. Raimundo, del que no hay constancia de militancia política, aunque sí de sus inquietudes por el arte, la cultura y la música, pues tocaba la guitarra, combatió en el frente republicano, y dejó atrás a sus padres y a tres hermanas.

La espera silenciosa de las familias en la España franquista

Hermana Sobrina Victima Holocausto CD 4
Fotografía de Raimundo Domínguez, que nació en junio de 1918 en Miguelturra, tan solo unos meses antes de partir para el exilio / Lanza

La ausencia invadió las vidas de estas tres familias, condenadas a la espera silenciosa en una España aislada del mundo donde a sus habitantes no les quedó más que sobrevivir. Santiago Díaz-Hellín cuenta que su abuela quedó abandonada a su suerte con cinco hijos muy pequeños y embarazada, “absolutamente pobres”, por lo que no les quedó otra que pedir, fueron los vecinos los que les surtieron durante años de los alimentos básicos.

“Mi madre contaba anécdotas, como que se repartían las calles del pueblo para pedir y se hacían competencia entre los hermanos. A veces se cruzaban y se peleaban porque otro había invadido su zona. ¡Qué infancia!”, cuenta el criptanense. Otra vez su abuela encontró una cartilla de racionamiento con la que tenía derecho a 3 o 4 hogazas de pan, y fue a la panadería y la delataron. Cuando la guardia civil pidió explicaciones dijo “que la podían llevar a la cárcel, que por lo menos así podría comer”.

Gusen, el campo de exterminio de los “rojos españoles”

campos nazis 2
Presos en el campo de concentración de Mauthausen / Lanza

En el exilio, la fortuna de estos tres ciudarrealeños no fue mejor, en una Europa acosada por la Alemania de Adolf Hitler y que acabó inmersa en la Segunda Guerra Mundial. El padre de Raimundo Domínguez contaba que “su hijo sabía que tenía la espada de Damocles encima y que se tenía que marchar, pero se iba para seguir luchando por la libertad, para su familia”.

Medio millón de personas, la mayoría militares, milicianos o trabajadores partidarios del bando republicano, cruzaron la frontera por el sur de Francia y acabaron en campos de refugiados del sur, donde fueron obligados a trabajos forzados y a alistarse en el Ejército para luchar contra el avance de la Alemania nazi. Tras la derrota de París el 14 de junio de 1940, los españoles fueron deportados a stalag (campos de prisioneros) y después a los campos de concentración del régimen nazi de Hitler, la mayoría a Mauthausen (Austria), por donde pasaron casi 200.000 personas.

El registro de los republicanos deportados a los campos de concentración del régimen nazi de Hitler incluye los nombres de 9.161 personas. La mayor parte de rotspanier, “rojos españoles”, acabaron en Gusen, un subcampo que formaba parte del gran complejo industrial ideado para el exterminio de seres humanos de Mauthausen. Probablemente ocuparon las barracas 11, 12 y 13, a 5 kilómetros de la central y muy cerca de la ciudad de Linz. Llevaron el triángulo azul, que les clasificaba como “apátridas”, pues ningún Estado los reclamaba como propios.

EuropaPress 1614891 exposicion republicanos espanoles campos nazis centro educacion adultos
Exposición de fotografías sobre los españoles republicanos que acabaron en los campos de concentración nazis / Europa Press

En el interior de la fortaleza de Gusen murieron al menos 3.900 españoles, sobre todo en los meses de invierno de 1941 y 1942. El Ministerio de Justicia tiene constancia documental de la muerte de 4.400 españoles en total a partir de los ‘Avisos oficiales de decesos de los fallecidos españoles en los campos de concentración nazis’ enviados por el Gobierno francés en los años 50. A la lista se puede acceder a través de la base de datos de la asociación Amical de Mauthausen y otros campos.

Subir la larga escalera de 186 escalones a ninguna parte con un bloque de 30 kilos cargado a la espalda era una obligación al final de cada jornada en Mauthausen. A diario se sucedían los azotes con látigos que tenían en la punta bolas de hierro, las congelaciones masivas y los ahorcamientos públicos. También fue muy famosa su valla electrificada, donde lanzaban a personas.

Francisco López, uno de los 50 ciudarrealeños que sobrevivieron a la barbarie nazi y a la crueldad de las SS, contó que en Gusen su dieta diaria era un cuarto de litro de caldo para desayunar, un rancho a mediodía formado por medio litro de caldo de nabos cocidos, hinojo, zanahoria y patatas sin pelar, y un trozo de pan negro con una rodaja de salchichón por la noche.

Entre los ciudarrealeños, la primera muerte documentada fue la de Andrés Sánchez Marín, que murió en diciembre de 1940 con 27 años, y la última la de Pedro Gómez Molina, que falleció en junio de 1944 con 32 años. Al menos 40 municipios de la provincia tienen una o varias personas asesinadas en los campos de exterminio nazis. Valdepeñas, Alcázar de San Juan y Ciudad Real son las localidades con más fallecidos.

Los españoles que sobrevivieron

Mauthausen1
La fotografía de la liberación del campo de concentración de Mauthausen, con la pancarta elaborada por los españoles que sobrevivieron, es un icono / Francesc Boix

Varios vecinos de Miguelturra consiguieron escapar y Raimundo Domínguez planeó la huida. “Mi tío era como el cabecilla de una cuadrilla y planeó varias fugas. En las dos primeras lo cogieron y debe de ser que recibió tanta leña que a la tercera decidió que no se iba. Si le pillaban otra vez le matarían y estaba muy flojo. Pero ese día lo consiguieron”. Su familia sabe la historia por uno de los pocos que consiguió volver a su tierra “al mucho tiempo que acabó la guerra”, el cuñado de ‘la Gaspara’.

Para la posteridad ha quedado la imagen de la liberación del campo de concentración de Mauthausen por las tropas americanas el 5 de mayo de 1945, que fueron recibidas por un cartel en castellano en el que se podía leer ‘Los españoles antifascistas saludan a las fuerzas liberadoras’. Según los registros, al menos 3.539 españoles sobrevivieron a los campos de exterminio.

Cartas con respuestas

Hermana Sobrina Victima Holocausto CD 6
Cándida Domínguez ha mantenido vivo el recuerdo de su hermano, tal y como siempre quiso su madre / Carlos Díaz

Las noticias del holocausto nazi y del fin de la Segunda Guerra Mundial llegaron a España, donde las familias de los republicanos exiliados temieron lo peor. Pese a todo, la madre de Raimundo Domínguez no perdió la esperanza. Loli Díaz-Pinto cuenta que su abuela “iba corre que te corre cada vez que aparecía en el pueblo alguien que sabía echar las cartas”. Una vez vino una gitana y la pagó con “medio cuarterón de pan”, y la respuesta fue, “a la buena ventura del pan blanco, tú me lo das y yo me lo zampo”.

Varios años después del fin de la guerra, una carta escrita en alemán acabó con sus dudas. “En Miguelturra no sabía nadie idiomas y tuvo que ir mi abuelo al Banco Central de Ciudad Real, donde había un señor, Don Rafael, al que mi tía servía, y que conocía el idioma”, cuenta Pilar, otra de las sobrinas. Alemania pagó a Francia indemnizaciones a las familias de los deportados fallecidos en los campos de exterminio y sus padres la recibieron hasta su muerte.

La abuela de Santiago Díaz-Hellín recibió noticias “diez años después de que desapareciera”, porque la Cruz Roja, en coordinación con el nuevo Gobierno alemán, se encargó de buscar a personas que aparecían en los registros nazis. “Tuvo suerte, porque a los nazis no les dio tiempo a destruir toda la documentación”. Así supieron que había muerto en Mauthausen en agosto de 1941.

Años después, a través de Francia, la familia de Ángel Sepúlveda supo también que antes había pasado por un campo de prisioneros de Estrasburgo, y por iniciativa propia hace unos años el mismo Santiago Díaz-Hellín escribió al Memorial de Mauthausen, donde figura el nombre de su abuelo, que le confirmaron más detalles. Su abuelo fue clasificado como ‘rojo español’ y figura que murió de pleuritis, aunque aclara que “normalmente los nazis disfrazaban las causas de los fallecimientos”.

A Campo de Criptana no llegó información y la familia de Wenceslao Fernández no supo nada hasta hace unos meses. Carmen Pilar Merino señala que “fue gracias a la universidad, a Mapas de Memoria”, el grupo de investigación que está detrás de la llegada del proyecto Stolpersteine a Ciudad Real, cuando conocieron su paradero.

Es más, cuenta que “hace unos meses, por casualidad, un amigo de la televisión de Campo de Criptana me preguntó si sabía quién era la familia de Wenceslao Fernández, un hombre que había fallecido en Mauthausen”. Arenales de San Gregorio es un pueblo pequeño, por lo que tenía que saber quién era la familia. Su madre falleció hace 9 años y en esos momentos no lo supo identificar. Fue después cuando le vino a la memoria que “el tío Sabino había muerto en la guerra de Alemania” y resulta que era él.

Stolpersteine llega con ‘adoquines de memoria’ a Ciudad Real

Hermana Sobrina Victima Holocausto CD 10
Loli y Pilar Díaz-Pinto ponen sus manos encima del adoquín de su tío / Carlos Díaz

Ochenta años después, el proyecto Stolpersteine, impulsado por el artista alemán Gunter Demning, ha llegado a Ciudad Real, a través del equipo de investigación de Mapas de Memoria, con la colaboración de la Diputación provincial y varios ayuntamientos, en forma de ‘adoquines de memoria’ en las calles. Ya están en la capital, Miguelturra, Campo de Criptana y Arenales de San Gregorio.

A las puertas del lugar donde vivieron, cada adoquín recuerda el nombre de la persona que pasó por los campos de concentración, con su fecha de nacimiento, los datos de la deportación y la fecha de fallecimiento o liberación. Más de 75.000 adoquines dorados han sido colocados en más de 20 países del mundo con los datos personales de las víctimas del holocausto nazi.

Un reconocimiento que nunca hubieran imaginado madres y hermanas

mapas de memoria ER 1 1
José Manuel Caballero y el equipo de Mapas de Memoria con los familiares de Ángel Sepúlveda, asesinado en el campo de concentración de Mauthausen / Elena Rosa

“Si alzara la cabeza y viera lo que están haciendo por su hijo, que murió con los ojos clavados en él”. Son las palabras de Cándida Domínguez, que no suelta la foto de su hermano y se emociona al hablar de él. Su madre murió recordándolo: “Raimundo, hijo, que ya me voy contigo, que ya te veo, que ya te encuentro”, decía. Cándida, cuando supo del homenaje por la colocación del adoquín en la calle Juan XXIII, “no dormía y estaba súper contenta”, porque la memoria de su hermano “no ha quedado perdida”.

Es un gesto “pequeño”, pero las sobrinas de Raimundo Domínguez consideran que es muy importante, “para que no se nos olvide, para que aprendamos de lo que pasó, eso es la memoria histórica”. Con los ojos de una persona que ha vivido cuarenta años de democracia, a Vicen no le entra en la cabeza lo que ocurrió. “Hace años estuve en Polonia, y teníamos la opción de ir al campo de concentración de Auschwitz. Era otro, pero sería más o menos igual. Lo cierto es que no me sentí capaz”, comenta.

En su casa siempre tuvieron la curiosidad de ver películas sobre el nazismo. “Mi hermano murió allí, fíjate lo que pasaría el pobre”, siempre dice su madre. Vicen no puede evitar sentir “escalofríos” al ver películas como ‘La lista de Schindler’. “Fíjate, y yo no le conocí”, comenta. Dice que no vive en el rencor, pero advierte que lo que pasó “no se olvida” y ahora que ve la invasión de Ucrania, las muertes, se pregunta “muchas cosas”. “La memoria histórica nos tiene que hacer recapacitar”, insiste.

mapas de memoria ER 10 1
Adoquines por los ciudarrealeños que fueron víctimas de la barbarie nazi en Ciudad Real / Elena Rosa

Qué impactante es el recuerdo transmitido entre generaciones marcadas por la desaparición traumática de personas sobre las que a veces ni tan siquiera conservan un retazo en su memoria. Santiago Díaz-Hellín reconoce que por su abuelo “en realidad” no alberga sentimientos, pero el recuerdo de él está marcado por los que sí tenía su madre. “Ella siempre tuvo mucho interés por averiguar qué fue de su padre y siempre vivió con miedo”, lamenta mientras intenta contener la emoción.

En los pueblos “son muy importantes los enterramientos”, dice Santiago, que recorrió media España desde La Coruña para acudir a la colocación del adoquín en la calle Ramón y Cajal, un acto que significó para la familia el cierre de un ciclo. Algo así, su madre “no se lo hubiera creído”, porque “ha cambiado mucho España desde que tuvimos democracia y pudimos hablar de todo, ella no vivió esa época y a ella le daba miedo todo lo que tenía relación con la política”.

Wenceslao Gómez marchó de su pueblo sin mujer, ni hijos. Dos sobrinas, una de 86 años que también estuvo en la colocación del adoquín, son las familiares más cercanas que siguen vivas. Tampoco conservan ningún recuerdo físico, “pues en esa época, en Arenales de San Gregorio quién iba a tener una cámara”. Su muerte fue como si lo hubieran eliminado del mapa, “ni a un animal lo tratas de esa manera”, dice Carmen Pilar Merino. Sin embargo, ahora “ha vuelto a sus raíces”.

“Algunos pensarán que se lo tenían merecido, pero la gente joven es distinta, sí se le puede explicar que estos adoquines son en honor a personas que lucharon por la democracia en España, que perdieron dos veces y que murieron en un campo de exterminio”. Para que los nombres de Raimundo Domínguez (Miguelturra 02/06/1918, Gusen 10/07/1942), Wenceslao Fernández (Arenales de San Gregorio 13/01/1907, Gusen 28/11/1907) y Ángel Sepúlveda (Campo de Criptana 24/03/1902, Gusen 12/09/1941) no caigan en el olvido son estos ‘adoquines de memoria’.

Noticias relacionadas:
Flamencos en la laguna de La Inesperada en Pozuelo de Calatrava / J. Jurado
Encarnación Medina confiesa que los proyectos dentro del área de "recuperación de toda la memoria" están por determinar / Elena Rosa
Una mujer con su hijo visualiza las fotografías de los represaliados enterrados en las fosas extramuros de Manzanares / ARMH
Fermina Cañaveras, autora de 'El barrancón de las mujeres', este jueves en Ciudad Real / J. Jurado
Fermina Cañaveras/ Editorial Espasa
Viajeros del primer Avant hacia Madrid a las 6:45 de la mañana / Clara Manzano (archivo)
Cerrar