En el medio rural, “hay un mayor silencio” ante la violencia de género. “Las denuncias son mucho menores, importa mucho el qué dirán, no dar un disjusto a la familia” y las mujeres se agarran más a decir que “el agresor va a cambiar”, así como “el miedo a saber qué va a ser de su vida, cómo se va a hacer una orden de alejamiento en un pueblo de 500 habitantes y cómo va a vivir la familia si depende económicamente del maltratador. Son muchos condicionamientos y circunstancias” y, sobre todo, influye “la lejanía de los servicios sociales”, destacó la presidenta de Afammer, Carmen Quintanilla, que confía en extender el convenio que su asociación ha alcanzado con el Colegio de Farmacéuticos de Madrid para que las boticas sirvan de lugar de atención y ‘refugio’ de las víctimas en los pueblos pequeños.
“Las mujeres víctimas de violencia de género en los pueblos pequeños no tienen una asistencia inmediata porque no hay cuartel de la Guardia Civil, juzgado, a veces Policía Local y otras muchas centro de salud”, por lo que Afammer ha impulsado, en colaboración con las farmacias rurales de Madrid con el propósito de extenderlo a toda España, la iniciativa ‘Tu farmacia es tu refugio’, al ser las boticas el único, además del más cercano, servicio sanitario que “se presenta para salvar vidas en los pequeños municipios”, siendo los farmacéuticos los que se ponen en contacto con la Oficina de Asistencia de Afammer para hacer el seguimiento y ayuda de la víctima.
Más de cien actuaciones ha realizado este año la Oficina de Asistencia de Afammer que proporciona asesoramiento, respaldo jurídico gratuito a través de los colegios de abogados y un seguimiento integral de las víctimas de violencia de género, expuso Quintanilla, que presentó el manifiesto de Afammer con motivo del Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, en el que se reclama una mayor protección a los hijos e hijas que son “víctimas invisibles de la violencia”, que “se dote a las mujeres de los pueblos del país de mayores servicios para que estén mucho más protegidas” con el propósito de “romper el silencio que sufren”, y la realización de programas específicos para garantizar el pleno desarrollo de las mujeres rurales. En este sentido, subrayó que “debemos seguir avanzando” en un modelo social basado en la igualdad de oportunidades, que posibilite que “las mujeres seamos libres y se termine la violencia contra las mujeres”.
De las 41 mujeres asesinadas por sus maltratadores en lo que va de año en el país, once de ellas son del mundo rural, indicó Quintanilla, que resaltó que, “cuanto más pequeño es el pueblo, menos denuncias hay”. A este respecto, la última macroencuesta de violencia contra la mujer realizada por Afammer refleja que el porcentaje de mujeres que verbalizan el maltrato que reciben de sus parejas o ex parejas disminuye en función el tamaño del municipio en el que viven: el 83,3 por ciento en los de más de 100.000 habitantes, el 78,5 en los de entre 10.000 y 2.000 habitantes, y el 66,9 en los de menos de 2.000 personas.
Denuncias
Así mismo, de las 41 víctimas este año de la violencia de género en España solamente cinco denunciaron, agregó Quintanilla, que aludió, en relación con este escaso porcentaje, al estudio realizado por Afammer en el mundo rural que indica que “el 45 por ciento de las mujeres que sufren la violencia creen que el maltratador va a cambiar, al 29 por ciento les da pena el agresor y el 36 por ciento piensa que sus familias no las va a entender y en muchas ocasiones no se reconocen como víctimas”.
“Una vida de maltrato es una vida perdida”, destacó Quintanilla, que resaltó las cinco apuestas de su asociación, empezando por ‘Empléate’, “asiste a los cursos de formación de Afammer para tener un empleo y conseguir independencia económica con la que romper el círculo de la violencia; ‘Confía en el personal sanitario’, “acude al centro de salud y pide ayuda”; ‘Déjate asesorar’ por la oficina de Afammer y la asistencia jurídica gratuita de los colegios de abogados; ‘Denuncia’ y, por último, ‘Protégete’, porque en muchos casos cuando la mujer “le dice al maltratador te voy a denunciar, estoy harta, me voy a ir de la casa o a separar, es cuando empieza a correr peligro su vida”, señaló la responsable de Afammer, que recordó que, “durante el confinamiento, 4.000 maltratadores fueron detenidos y las denuncias aumentaron en un 60 por ciento”.