Se trata de un mensaje de ánimo inspirado en los discípulos de Emaús, a quienes, desilusionados por la muerte de Jesús, se les presenta un desconocido que resulta ser Jesús Resucitado, lo que vuelve a hacer que arda su corazón y el deseo de comunicar su fe a todo el mundo, destacó el delegado diocesano de Misiones, Damián Díaz, que resaltó que en el marco de la celebración de este domingo misionero en la Diócesis dos padres de familia están exponiendo en parroquias, institutos y medios de comunicación su experiencia en misiones.
Uno es José Adolfo Sánchez, de Fuente el Fresno, quien trabajó hasta 2019 durante once años junto a su esposa en Bolivia en una capilla donde atendían a la población, fundamentalmente niños rodeados de múltiples problemas como la soledad –ya que sus padres y madres están toda la jornada trabajando-, el alcoholismo y la acción de las pandillas y maras. El otro es Máximo Tébar, toledano residente en Miguelturra, quien trabajó este verano junto a su mujer en la “alejada de la mano de Dios” zona ecuatoriana de Esmeraldas con “grupos humanos socialmente excluidos y marginados” como los indígenas chachis y la población negra descendiente de esclavos, quienes sufren dificultades por los escasos recursos alimenticios –la pesca, por ejemplo, está descendiendo por la contaminación-, así como la violencia relacionada con el tráfico de droga.

“Cada vez es más común que laicos y matrimonios vayamos a las misiones”, señaló Tébar, y entre las principales aportaciones está la de dar testimonio como familia en un entorno como el que vivió Sánchez en Bolivia donde los niños están acostumbrados a que les griten, peguen o carguen de responsabilidades impropias de su edad como la de cuidar de sus hermanos pequeños, de manera que procuraron que la capilla de la que se encargaban fuera un espacio donde los menores se sintieran como tales e hicieran cosas de niños.

Dentro de esta cooperación personal con las misiones, hay actualmente 1.689 voluntarios en España animando a las parroquias y recaudando fondos, y unas 10.000, la mayoría jóvenes, dedican el tiempo de sus vacaciones a emprender experiencias misioneras que, en muchos casos, se convierten en un voluntario recurrente y de mayor duración, agregó Díaz, que indicó, en cuanto a la cooperación económica, que el pasado año se recogieron 61,8 millones de euros para las misiones, de los que España aportó 14,2 para 538 proyectos en 32 países, superando los 163.000 euros la aportación de Ciudad Real.
De manera espiritual, con la oración y el ofrecimiento de los sufrimientos por la evangelización en el mundo, también se colabora con las misiones, apreció Díaz, que resaltó que este domingo se celebrarán vigilias de oración, habrá presencia en las eucaristías de los Grupos de Animación Misionera y talleres y actividades después de las misas en muchos lugares de la Diócesis.
Como ejemplos, citó, la oración con exposición al Santísimo en La Solana; las catequesis, charlas misioneras y vigilia de oración en Alcázar de San Juan; un rosario misionero y actividades del Grupo de Animación Misionera en Campo de Criptana; y catequesis en Ciudad Real, donde el grupo scout realizará juegos misioneros con los niños a la salida de misa de 12 el domingo en la zona de entrada de la parroquia de San Pedro.