Tras una semana llena de actividades, la XIII Semana de la Infancia de Alcázar de San Juan concluyó con e acto de reconocimiento a los derechos de la infancia, celebrado en la tarde del martes, 20 de noviembre, en el Salón Noble del Ayuntamiento de Alcázar de San Juan. Un acto desarrollado por los niños y niñas del Consejo de Infancia y Juventud, muy activo en la ciudad.
“Es un orgullo tener este consejo que lleva funcionando muchos años y dando resultados”, aseguró la alcaldesa de Alcázar, Rosa Melchor, al tiempo que destacó que desde el Ayuntamiento se tiene “muy en cuenta” su voz y “se les escucha”, atendiendo sus sugerencias para mejorar la ciudad. “Participando en este consejo se forman como ciudadanos y ciudadanas. Es un organismo en el que, desde el Ayuntamiento, se está fomentando la participación infantil, la corresponsabilidad y la formación en valores como la solidaridad”.
La prevención de la violencia infantil
La primera edil aseguró sentirse muy orgullosa del funcionamiento de este consejo que tiene repercusión y presencia, no sólo en Alcázar, sino en otros foros nacionales. Ejemplo de ello es la participación de la ciber-corresponsal alcazareña, Estela Manzaneque Cenjor, en la lectura del manifiesto del Día de la Infancia y la presentación de las conclusiones de la futura Ley Orgánica de Protección Integral Frente a la Violencia contra la Infancia en el Ministerio de Bienestar Social, junto a otros cinco chicos y chicas de toda España.
O la participación estos días en Almería de otros cinco alcazareños: Alejandro Olivares Manzaneque, Ángel Sánchez-Mateos Montealegre, Adrián Cruz García, Javier Hernández Parras y Mario ovejero López; en la confección del manifiesto contra la violencia de género, de la que en demasiadas ocasiones niños y niñas son también víctimas.
Precisamente, la prevención de la violencia y el derecho a la protección que todos los niños y niñas del mundo tienen, fueron el tema central de este 20 de noviembre. Una violencia infantil que se produce en el ámbito doméstico, que se manifiesta a través del acoso escolar, los abusos sexuales o la negación de derechos –como la educación- en países menos desarrollados donde se obliga a niños y niñas a trabajar o a ser soldados.
