El Ayuntamiento de Alcoba de los Montes ha homenajeado a las personas que lucharon por que Cabañeros no fuera un campo de tiro para el Ejército del Aire, dedicándoles una calle en el municipio que lleva el nombre ‘Paseo lucha por Cabañeros».
Urbano Patón Villareal, José Manuel Hernández , Serafín Moreno Muñoz y José Salgado Gómez han sido los encargados, en representación de todas aquellas personas que lucharon y consiguieron el logro histórico de evitar que Cabañeros se convirtiese en campo de tiro, de inaugurar este paseo y un monolito que recuerda a quienes participaron en esta lucha.

Al acto han acudido numerosos vecinos de Alcoba de los Montes, a los que han acompañado los alcaldes de Anchuras, Santiago Martín, y de Los Navalucillos, José Ángel Pérez, además de concejales del resto de municipios de la comarca, la directora del Parque Nacional de Cabañeros, María Jesús Sánchez, y del presidente de la Junta Rectora de este espacio natural protegido Benito Garrido.
El alcalde de Alcoba de los Montes, Pedro José Escudero, ha comentado que con este paseo se homenajea «a quienes se entregaron en cuerpo y alma en contra de una decisión que amenazaba y ponía en riesgo a su territorio, sus propias vidas y el futuro de sus hijos».
El cura de Alcoba en los años ochenta
En este sentido, Urbano Patón, que en aquellos años de lucha era el párroco de Alcoba de los Montes, ha asegurado que sin el esfuerzo colectivo no hubiera sido posible ganar esta lucha tan desigual que enfrentaba a unos pocos vecinos de un pequeño pueblo de Ciudad Real contra todo un Ministerio de Defensa.
Por su parte, José Manuel Hernández, de Ecologistas en Acción, ha asegurado que importante en la lucha contra el campo de tiro fue la movilización popular, pero, también, lo fue el que Cabañeros acogiera la que entonces era la segunda colonia de buitre negro del España, y una de las más importantes del mundo.
Y Serafín Moreno y José Salgado, el primero integrante de la Coordinadora en contra del Campo de Tiro, y el segundo exalcalde de Alcoba de Los Montes, han resaltado cómo esta lucha unió al pueblo, logrando «un triunfo épico» que hizo posible que Cabañeros fuera parque nacional.
1982, el año en el que empezó todo
Todo comenzó en 1982 cuando el Ministerio de Defensa compró parte de la antigua finca de Cabañeros a sus propietarios y un año más tarde, anunciaba el proyecto para instalar allí un campo de tiro para el Ejército del Aire y su posterior uso por las Fuerzas Aéreas de la OTAN.
A propuesta de los vecinos de la zona y de varias organizaciones ecologistas, se promovió un debate social que derivó en uno de los primeros movimientos ciudadanos en defensa de este espacio natural.
Movilizaciones, protestas y encierros que tuvieron una importante repercusión mediática, se sucedieron en defensa de uno de los ecosistemas de bosque y matorral mediterráneos mejor conservados de la península ibérica, amenazado después de que el Gobierno tomara la decisión de trasladar la instalación del campo de tiro de Las Bárdenas Reales, en Navarra, a la finca Cabañeros.
Esta decisión generó rechazo en la zona y en marzo de 1983 fue creado el Comité de Defensa Cabañeros que rechazaba la instalación del campo de tiro, que iba a suponer un mayor deterioro de las condiciones socioeconómicas de los habitantes de la comarca.
Su integrantes mantenían que los habitantes de la comarca quedarían expuestos al peligro de sufrir cualquier accidente, y que la instalación de un polígono de tiro supondría la destrucción ecológica de la zona y la ruina de un importante ecosistema.
Posteriormente, en julio de 1988 el Gobierno de Castilla-La Mancha declaró Cabañeros parque natural y en 1995 el Congreso de los Diputados acordó declararlo parque nacional con la unanimidad de todos los grupos representados en la Cámara Baja, lo que le otorgó la máxima protección a esta zona, que refleja perfectamente el ecosistema de bosque mediterráneo.