Belén Rodríguez
Ciudad Real
J.E.R.G. podría ser condenado por tráfico de drogas a cuatro años y medio prisión por llevar en su mochilla, en el maletero de su coche, 12 gramos de cocaína de poca pureza, algo de keratina y medio kilo de GBL, una sustancia legal que utiliza la industria química como disolvente y se puede comprar por Internet, pero que consumida por el ser humano se transforma en GHL, la peligrosa droga conocida como ‘éxtasis líquido’ o ‘droga de las violaciones’, por su efecto anestésico, esta sí en la lista de sustancias prohibidas porque que causan grave daño a la salud. Y ahí está el debate jurídico.
El acusado, un granadino sin antecedentes, interceptado por la Guardia Civil en un control de seguridad en Manzanares el 3 de marzo de 2014, en compañía de dos amigos, dijo entonces y mantuvo ayer en el juicio, que la droga era para él, “para que me durara un tiempo”, puesto que es consumidor “de fin de semana”.
Pero la fiscalía no le cree. Y ha hecho cálculos: “Con los hábitos de consumo que nos ha dicho y si no pretendía morir [más de tres gramos puede ser una dosis mortal], el GHL que tenía le habría durado 261 días, cantidad muy excesiva”, recalcó.
Que la cocaína la llevara en diez bolsitas (dosificadas para la venta), es para la fiscal otro indicio de que era para la venta ilegal.
La defensa por su parte pide la libre absolución por la poca pureza de la cocaína y la supuesta legalidad del GBL, y aportó un informe de análisis del cabello del joven que refiere que es “consumidor crónico de cocaína”, “de al menos seis meses antes a la fecha del análisis”, si bien la perito que declaró entiende que el consumo “es bajo o de droga de poca pureza”.
La droga del placer
El GHB, siglas del gammahidroxibutirato, es una droga asociada a las modernas ‘raves’, que también se conoce popularmente como ‘éxtasis líquido’ o ‘droga de las violaciones’, porque se utiliza para cometer agresiones sexuales. Sus efectos sedativos la hacen sumamente peligrosa, e incluso su abuso en la dosis puede acarrear un coma y la muerte.
La perito del Instituto Nacional de Toxicología explicó que el compuesto es un depresor del sistema nervioso central, que no tiene nada que ver con el éxtasis (euforizador), pese al nombre, que genera confusión.
El acusado no llevaba GBL, pero sí un compuesto líquido cuyo efecto es el mismo.