La Plataforma ‘Alianza por el Clima’ de Ciudad Real ha invitado a la ciudadanía a reflexionar sobre cómo salir de manera ecosocialmente «justa» de la crisis sanitaria, económica y social provocada por la pandemia mundial por el COVID-19.
Al mismo tiempo, ha instado al conjunto de la sociedad a pensar en estrategias que permitan aportar soluciones teniendo en cuenta el impacto ambiental del ser humano sobre la naturaleza.
La plataforma, que aglutina a decenas de colectivos sociales y organizaciones unidas por su preocupación por la conservación de la naturaleza, ha señalado que de esta crisis se pueden «obtener enseñanzas aplicables en la vida cotidiana para cambiar de rumbo hacia una sociedad que esté en sintonía con el respeto a los ecosistemas y la biodiversidad».
La primera enseñanza, ha apuntado, es «la necesidad de tener servicios públicos fuertes para afrontar los retos del futuro» y entre estos aprendizajes colectivos ha reseñado que «uno de los «pocos» hechos positivos reseñables durante esta pandemia es el descenso de la contaminación en las ciudades.
En Ciudad Real capital, tal y como muestran los datos de la red de control y vigilancia de la contaminación atmosférica de Castilla-La Mancha publicados en los medios de comunicación, esa reducción ha sido del 60 % en valores máximos diarios de dióxido de nitrógeno en comparación con datos del año 2013.
La ‘Alianza’ ha apostado por reforzar políticas enfocadas a reducir la emisión de gases contaminantes, previniendo así posibles enfermedades asociadas a la mala calidad del aire y dificultar la propagación de ciertos patógenos.
En ese aspecto, ha advertido que los municipios son los protagonistas «promoviendo políticas de movilidad ciclista en combinación con el impulso del transporte público ferroviario en condiciones que aseguren la seguridad sanitaria y la higiene para todos sus usuarios».
A la hora de imaginar el futuro posterior a la pandemia, la ‘Alianza’ ha apostado por «la agroecología y la soberanía alimentaria» como herramientas para dignificar el trabajo de las personas dedicadas a la agricultura, partiendo de dinámicas que no supongan la sobreexplotación de acuíferos, un problema recurrente en las comarcas del alto Guadiana.
Y han añadido el papel clave de la ciudadanía a través del consumo, pues «con sus decisiones cotidianas en este ámbito puede contribuir a una mayor dinamización de la economía local, premiando a aquellas empresas que se esfuercen por trabajar de forma respetuosa con la naturaleza y tratando de forma digna a su personal laboral».
En cuanto a la necesidad de reindustrializar la provincia para abastecer a la población de productos y materiales básicos, como mascarillas, guantes, equipos de protección individual de calidad entre otros, ha pedido que se tengan en cuenta criterios de sostenibilidad.
«La inversión en ciencia, servicios públicos de calidad y el impulso de las energías renovables son la clave para salir de la dinámica cortoplacista, consumista y perjudicial para los ecosistemas en la que se entiende que el progreso económico es opuesto a la protección del bien común», ha subrayado
En su lugar, han concluido, «el verdadero progreso se basa en el respeto a la naturaleza, la igualdad entre todas las personas y la solidaridad».
