La población de Manzanares y vecinos llegados de toda la provincia han arropado las jornadas Alma del Vino de Manzanares, que han vuelto a sorprender por la amplia variedad de propuestas, desde visitas a bodegas, a desfiles de moda y catas gastronómicas, fiel reflejo de que el jugo de la uva emana de la cultura popular.
El concurso de maridaje llena los bares

Dispuestos a demostrar el desarrollo culinario que han experimentado los bares y restaurantes de la provincia en las últimas décadas, los hosteleros volvieron este viernes a conquistar paladares con tartaletas de rabo de toro, bacalao con salsa verde y ravioli de calabacín relleno de boletus.
El Castillo de Pilas Bonas, el Mesón del Toro o La Viña del Gran Teatro fueron durante toda la noche un hervidero de gente durante la celebración del concurso de maridaje de las séptimas jornadas, donde los vinos de la Cooperativa Jesús del Perdón, Vinícola de Castilla, Pago Casa del Blanco y Bodegas Isidro Milagro fueron el hilo conductor.
Sabores en tu Casa conquista todos los sentidos

Pero la gastronomía de calidad no sólo quedó reservada a los espacios hosteleros. La chef de Sabores en tu Casa, Mayte Jiménez, acompañada del enólogo Jorge Maldonado, desembocó en el Gran Teatro para ofrecer una “experiencia multisensorial”, donde el gusto, el olfato, el tacto, la vista y hasta el oído tuvieron estímulos.
Sabores en tu Casa brindó un viaje por el mundo, que partió de España con una ensalada de bacalao ahumado, pasó con Italia con una rica lasaña de mejillones con bechamel, siguió con un cassoulet francés y terminó con un browni de chocolate blanco con pistachos típico de Estados Unidos.
Los vinos de las bodegas manzanareñas regaron cada plato, decididos a poner en valor el producto local en este país que es uno de los mayores productores, pero sin embargo está a la cola en consumo. Entre recomendaciones y matices, cada detalle en la cata estuvo meditado, hasta la música, con los ‘Recuerdos de la Alhambra’ de Andrés Segovia o el ‘O sole mío’ de Luciano Pavarotti como marco.
La identidad del vino desde el mundo griego y romano

Pero las jornadas Alma del Vino también han ofrecido a lo largo de toda la semana una oportunidad para la divulgación, para conocer el pasado histórico ligado al mundo del vino. En este caso, la profesora investigadora de la Uned, Yolanda Peña Cervantes, fue el jueves la protagonista de la charla “arqueología y vino”.
El Mito de Icaros de Atenas, al que Dionisos le dio la “fórmula de los dioses” para hacer vino, marcó el comienzo de una charla que destacó las raíces culturales ligadas al vino que existen en todo el Mediterráneo.
Peña señaló que existen restos de uva vinificada en torno al 5500 y 5000 antes de Cristo y de fermentaciones controladas en el segundo milenio antes de Cristo en Mesopotamia o Egipto, pero es que el caldo de la uva llegó a ser “un producto transversal a todas las capas de la sociedad en la antigüedad” y un “valor de identidad” en el mundo griego y romano.
Así, el mosaico romano de Noheda en Cuenca, situado en una sala dedicada al consumo de vino, es una muestra más de la importancia que tuvo el vino en el pasado mediterráneo y en España, donde hay constancia de la aparición del producto en el siglo IX antes de Cristo a través de los fenicios.
El vino fue “fármaco”, una “bebida lúdica”, tuvo “valor dietético” consumido con moderación y hasta “valor religioso”. El vino siempre estuvo ligado al mito de la resurrección, y como no, cuando la cepa pasa de ser un tronco retorcido muerto a una planta de gran exuberancia al calor de la primavera. El cristianismo lo tuvo fácil para identificar el producto con la resurrección de Jesucristo.
Aunque hasta Louis Pasteur no se conoció el proceso químico de la elaboración del vino, Yolanda Peña también resaltó la “continuidad” que ha existido en la producción del vino desde el siglo I después de Cristo hasta la mecanización del campo, como muestran las prensas tradicionales que todavía hoy sobreviven en algunos puntos de la región.