Plaza de toros de Almadén. Algo más de media entrada.
Se lidiaron seis toros de Núñez de Tarifa, muy bien presentados, con pitones y remate, pero descastados los cuatro primeros. Más manejables quinto y sexto, ovacionados exageradamente en el arrastre, sobre todo en el caso del sexto.
Manuel Escribano: silencio y ovación con saludos.
David Mora: ovación con saludos y dos,orejas.
Joaquín Galdós: oreja y dos orejas con aviso.
Mora y Galdós salieron a hombros.
Mucho continente pero escaso contenido el mostrado por los cuatro primeros toros de Nuñez de Tarifa lidiados ayer sábado en el precioso coso hexagonal de Almadén. Sin embargo, por fortuna, el balance artístico se enmendó en los dos últimos.
Poco que decir de las faenas de Manuel Escribano, quien se estrelló con un lote de muy escaso juego. Su segundo, no obstante, quiso meter la cara en algún momento del último tercio para, a continuación, echarse sin previo aviso, desluciendo su labor.
David Mora, muy decidido a pesar de venir con dos volteretas sufridas el viernes en Francia, destacó al natural en su primero, con fases de toreo muy lento descolgado de hombros y de regusto. El fallo a espadas le dejó sin tocar pelo.
A su segundo lo condujo con aplomo y riñones hundidos, con más estética que longitud y mando. Mató de una gran estocada al primer intento y el doble trofeo le granjeó la puerta grande.
Joaquín Galdós quiso pero no pudo en su primero en la medida deseada. El burel gaditano embestía, pero rebrincado y sin emplearse. Galdós hizo un esfuerzo y se le concedió una oreja a pesar del muy feo metisaca cobrado en el primer viaje.
Arreado salió el peruano al sexto tras el triunfo de David Mora. El toro arrollaba por el pitón izquierdo pero acometía -aunque punteando- por el derecho, lado por el que basó su trasteo, dejándosela en la cara y tirando con mando de la embestida hasta el final. Una gran estocada a la primera fue el pasaporte para lograr las dos orejas finales.