“Por si en Almagro y comarca no tuviéramos bastante, con albergar uno de los mayores vertederos de España, contar con un vertedero de Amianto en Bolaños y varios proyectos mineros a cielo abierto pendientes de aprobación, nos acabamos de enterar de un proyecto de macrogranja en Almagro, con una capacidad prevista de 5.500 terneros a una distancia del casco urbano inferior a 4.000 metros lindando con la base de helicópteros de Almagro”, informa en nota de prensa la formación política Almagro Sí!.
Al parecer, Ecologistas en Acción en representación de la asociación “Acuífero 23 sin macrogranjas”, de Ciudad Real, ha presentado alegaciones a este proyecto, por entender que ocasionará graves impactos negativos para el medio ambiente, las aguas y para la gente de Almagro y para el turismo de la zona.
Instalación contaminante
“Almagro ya tiene suficientes instalaciones contaminantes como para albergar otra más”, por todo ello el grupo municipal Almagro Si Puede! solicitará información en el próximo pleno y presentará iniciativas para tratar de frenar “este tipo de instalaciones tan rechazadas en todos los municipios de España”.
La instalación de este tipo de explotaciones de ganadería industrial intensiva genera más perjuicios que beneficios en aquellas zonas donde son aceptadas. En el proyecto presentado todos estos impactos se minimizan y no se señalan con claridad : malos olores que se sumarían a los provenientes del vertedero, impacto visual, proliferación de insectos y roedores, contaminación del suelo y aguas subterráneas por el purín, enorme consumo de agua (previsto en unos 90 mil metros cúbicos al año) son algunos de sus inconvenientes, a los que hay que sumar que estas granjas producen gases de efecto invernadero, principalmente metano, que que son evacuados directamente a la atmosfera sin realizar tratamiento alguno, indican en nota de prensa.
Pocos efectos positivos
Por otro lado, Amagro Sí! destaca lo limitado de sus efectos positivos debido a la escasa generación de empleo, ya que son instalaciones prefabricadas, idénticas unas a otras, que se montan para realizar la tarea de engorde de los animales y que apenas necesitan personal para su funcionamiento una vez están en marcha.
El modelo de negocio de estas explotaciones, industrial, intensivo y negativo para la tierra, ha provocado su expulsión, previa protesta de las y los vecinos, de otras zonas de España. De hecho, han generado un movimiento vecinal de rechazo en amplias zonas de la Región de Murcia, Castilla y León, Andalucía, Cataluña, Galicia, Aragón y Castilla-La Mancha.
Desarrollo rural
“Éste no es el modelo de desarrollo rural que deseamos para nuestro pueblo ni para nuestra provincia y por ello solicitamos que se revise este proyecto y se presenten nuevas alegaciones, por las graves consecuencias sociales y ambientales que acarreará en un futuro este tipo de proyectos”, concluyen.