El futuro es eso que llega sin que te des cuenta, que te deja mirando de reojo hacia atrás mientras te preguntas “¿cómo hemos llegado hasta aquí?”
Quizás la pandemia ha sido el motor revulsivo más importante de la última década, destruyendo los modelos de sociedad preconcebidos donde las jornadas de trabajo eran presenciales y duraban ocho horas; donde la educación se recibía en las aulas, o donde la medicina era de calidad si el profesional atendía en las consultas.
Pero los aplausos de las ocho cambiaron todo eso y ha permitido que las empresas que venían trabajando desde hace años en la sociedad del futuro hayan dado un paso hacia delante y hoy se coloquen a la vanguardia.
Así lo confirma Aquilino Antuña, CEO de Comitas E-health. “Es cierto que la pandemia nos ha empujado hacia un cambio de modelo más rápido de lo que teníamos planteado. Durante estos dos años nos hemos dado cuenta que estábamos anclados en modelos que siempre han funcionado pero que no siempre han sido efectivos”.

Es el caso de la medicina. “La pandemia nos enseñó que una consulta puede hacerse por teléfono o por ordenador sin ningún problema. La implantación de la telemedicina nos ayudaría a descongestionar la sanidad en muchos casos cuando no se requiere de la presencialidad física. Por ejemplo, podríamos evitar los traslados en ambulancias de personas mayores que se caen en una residencia de ancianos y que finalmente acaba teniendo un simple golpe. Desde Comitas acortamos el tiempo y llevamos al especialista médico a cualquier rincón y sin esperas, en lugar de desplazar a los enfermos hasta los hospitales”.
Sin embargo; para muchas personas, aceptar que la medicina va a dejar de ser presencial supone un paso atrás. “Acabar con esa idea es uno de los retos más importantes para nosotros. Nuestra misión es hacerle comprender a las personas que con la telemedicina se acabarían muchas listas de espera en pruebas diagnósticas, que con la telemedicina un paciente puede tener atención especializada todos los días del año a diferencia de lo que ahora sucede en muchos pueblos pequeños; o que, por ejemplo, con la telemedicina implantada se dejarían de hacer muchos traslados kilométricos que son totalmente evitables”.
En este sentido, destaca que “nuestros equipos pueden usarse con apenas una formación de una hora”. “Son equipos muy intuitivos, fáciles de usar, que están pensados para facilitar todos los procesos”.
25 años por delante
Comitas E-health, que comenzó su andadura siendo una empresa familiar hace veinticinco años, hoy distribuye sus centros de trabajo entre Madrid y Almagro, donde se desarrolla la tecnología de una empresa que no sólo es referente, sino que además es pionera en todo el mundo.
“Nuestro objetivo es seguir trabajando en el crecimiento de la compañía. En Madrid estamos estableciendo numerosos contactos entre los expertos en medicina para ampliar el abanico de negocio y en Almagro nuestra intención es seguir investigando para mejorar los servicios que ya estamos ofreciendo y ampliar nuestra parte de I+D+I”.
Entre sus clientes se encuentran las Fuerzas Armadas, instituciones penitenciarias o grandes barcos pesqueros. Ahora el reto es ampliar el nicho de mercado y llegar a nuevos públicos.
“Estamos en constante crecimiento. Nuestro objetivo es hacer que nuestro producto pueda ser consumido por cualquiera, ya sea una institución pública o privada. En el ámbito público tenemos continuas reuniones con consejerías de sanidad que salen encantadas con lo que ofrecemos, porque estamos poniendo sobre la mesa disponer de servicios que pueden mejorar la calidad de vida de millones de personas, que viven en el medio rural, donde de otra forma no podrían tener acceso a la atención especialista. Tal como se ha concebido la medicina presencial supondría invertir en edificios, en equipos tecnológicos y en personal sanitario, siendo algo inviable para muchas administraciones públicas”.

Hace poco, explica para Lanza, “presentamos nuestra unidad móvil a una consejería y antes de levantarnos, nos dijeron: “dejadnos ya una unidad aquí”, porque son elementos que ayudan a construir sociedades mejores y más seguras, y además acaba con las brechas de acceso a derechos fundamentales como la atención sanitaria”.
Por otro lado, afirma el CEO de la compañía, “también queremos implantarnos en el ámbito privado. Lo bueno de nuestra empresa es que se adapta a las necesidades del cliente y ofrece productos a medida”.
En total, Comitas E-health cuenta con más de 200 médicos de diferentes especialidades trabajando en telemedicina, que ya forman parte de lo que será el futuro de la medicina tradicional a corto y medio plazo.
Almagro, el rincón donde crecen las ideas
Comitas E-health tiene su sede de investigación y producción en Almagro. Allí dos ingenieros técnicos y tres técnicos trabajan a destajo para dar vida a ideas que vienen a revolucionar el futuro de la medicina.
Sobre la mesa de la sala habilitada como taller, la plantilla trabaja para ultimar los equipos que en breve saldrán con direcciones internacionales en su dorso; cada uno diferente, adaptado al tipo del cliente.
En todos ellos lo que sí coincide es el tipo de sistema electrónico pensado para brindar imágenes nítidas de sus futuros pacientes, que en algunos casos ayudarán a salvar vidas y cuyo protocolo de seguridad de datos es uno de los elementos que marcan la diferencia de la compañía.

En la sede manchega las impresoras 3D trabajan a destajo, los embalajes suenan en la parte baja de la nave donde se empaquetan todos los encargos para salir con destino al mundo. En el taller humea la estación de soldadura de pequeños cables que acabarán dando vida a los soportes médicos que vende la compañía.
En Almagro, se palpa la tecnología: o lo que es igual, el futuro más cercano de la medicina.