Una imagen de un enterramiento en un cementerio común, comparada con una fotografía de unos huesos hacinados en una fosa, ha bastado para explicar el objetivo principal de la exhumación de los 27 represaliados por el franquismo que fueron fusilados tras la Guerra Civil en Almagro y siendo depositados sus cuerpos en el ‘cementerio civil’ de esta localidad. “Una imagen vale más que mil palabras y hay una diferencia muy importante entre un enterramiento normal, donde los familiares pueden llevar flores y visitar a sus seres queridos, y una fosa común, donde los cuerpos están hacinados y sus familiares no tienen derecho a dejar las flores. Es una cuestión de derechos humanos y hay que dar solución a esas familias que todavía están buscando a sus familiares desaparecidos”. Así ha comenzado María Benito, profesora de Ciencias Biomédicas, especialista en Antropología Forense de la Universidad Complutense y directora de la exhumación de Almagro, su intervención sobre cómo se ha desarrollado el desenterramiento de los restos de los 27 represaliados por el franquismo.
El palacio de los Fúcares en Almagro ha sido el lugar escogido este martes para celebrar un emotivo acto tras la culminación de los trabajos de exhumación en la fosa común de Almagro, en el que han estado presentes los familiares de las 27 personas que fueron asesinadas en este lugar. Tras la primera fase, ahora vendrán los trabajos de análisis antropológicos e identificación genética, que se llevarán a cabo desde la Universidad Complutense de Madrid, para identificar uno a uno los huesos y éstos a su vez sean analizados para después ser entregados a sus familias, es decir, conocer a quién pertenecía cada hueso. Unos trabajos que se alargarán hasta finales de año, para después realizar la entrega de los restos a sus familiares.
Tras un arduo trabajo de investigación social y antropológico, llevado a cabo por ‘Mapas de Memoria’, y de investigación forense, realizado por el personal de la Complutense, las 24 personas que han conformado el equipo de exhumación, entre las que también se encontraban voluntarias, no solo han logrado desenterrar los cuerpos de 27 personas que allí se encontraban, sino que también han logrado “sacar” las historias que cada víctima llevaba consigo y que, hasta la fecha, quedaba en lo más profundo de sus familiares.
“La parte más importante y la más difícil ha sido la de encontrar a las familias”, ha reconocido Jorge Moreno, director de ‘Mapas de Memoria’, ya que cuando comenzaron los trabajos tan solo tenían a cuatro familias de las víctimas localizadas y, ahora, tras la culminación de la exhumación, han conseguido dar con total de 24 familias de las 27 personas que habían sido asesinadas.
Para encontrar a los familiares de las víctimas, además de la labor de difusión que se ha hecho desde los medios de comunicación, Moreno ha hecho hincapié en el duro y largo trabajo que se ha hecho en los archivos, ya que han tenido que consultar las partidas de nacimiento de todas estas personas para dar con descendientes vivos, puesto que los restos de las personas que aquí se encontraban procedían de Valenzuela, Pozuelo de Calatrava, Manzanares, Moral de Calatrava y Almagro. “Gracias a las familias localizadas, hemos logrado poner rostro a todas las personas que aquí se encontraban”, ha destacado.
Tras la exhumación en Almagro, el equipo de la Complutense realizará el estudio para la identificación y determinación de las circunstancias de la muerte de cada uno de los individuos en el laboratorio de antropología forense. “Presumiblemente todos fueron ejecutados, pero queremos ver esas lesiones”, para así saber, por ejemplo, si hubo un fusilamiento a discreción o tiro de gracia, ha señalado, por su parte, la directora de la exhumación. De forma paralela llevarán a cabo el análisis genético. Benito ha añadido que van a cotejar “todas las muestras que nos proporcionen los familiares con las muestras óseas que nos encontremos aquí”. Si el cotejo da positivo, los familiares estarán identificados y serán devueltos a las familias para que los entierren donde consideren. Los que no sea posible, serán inhumados en el cementerio dignamente.
Testimonios
El acto también ha contado con la intervención de varios testimonios de familiares de estas víctimas. Uno de ellos, el de José Barrios, sobrino nieto de José Barrios Córdoba, fusilado en octubre de 1939, seis meses después del fin de la Guerra Civil, quien ha celebrado que con esta exhumación se ponga fin a “la injusticia que se cometió cuando se asesinó a estas personas y la injusticia de 40 años de silencio tras el pacto del olvido”. “Nos lo quitaron, pero afortunadamente vamos a poder recuperar sus restos para darle una digna sepultura a nuestras familiares”, ha destacado.
Otro testimonio que ha emocionado al público ha sido el de Pilar de Pradas, nieta de Lucrecio de Pradas, asesinado también en octubre de 1939. La mujer, emocionada, ha mostrado su satisfacción por que su padre, en los últimos años de vida, haya logrado encontrar al suyo. “No conocimos a nuestro abuelo, pero es como si hubiera estado siempre con nosotros, de lo tanto que hablaba mi padre de él”, ha añadido.
Todos ellos han dado las gracias al equipo de investigadores por haber hecho justicia y lograr desenterrar los restos de sus seres queridos para darle una sepultura digna.
“El corral de los desgraciados”
Así llamaban en Almagro a este lugar en el que han exhumado a estas 27 personas, ubicado en un terreno anexo al cementerio, al que eran arrojados los fusilados que no habían confesado, las personas que se habían suicidado y bebés sin bautizar.
Tras el acto de clausura, celebrado en el palacio de los Fúcares, los familiares de las víctimas se han dirigido hacia “el corral de los desgraciados” para depositar en él una rosa por cada asesinado del régimen franquista y que en este lugar se encontraban.
“Respeto y gratitud” a los represaliados por el franquismo asesinados “por defender la igualdad y la libertad”
El acto ha contado con la presencia del presidente de las Cortes de Castilla-La Mancha, Pablo Bellido; del presidente de la Diputación Provincial de Ciudad Real, José Manuel Caballero; del alcalde de Almagro, Daniel Reina, y de un representante de la Secretaría de Estado de Memoria Democrática, Francisco Echevarría.
“Una democracia mejor respeta, dignifica y reivindica a aquellos hombres y mujeres que lucharon por un mundo mejor”, ha asegurado el presidente de las Cortes de Castilla-La Mancha, Pablo Bellido, además de mostrar su “respeto y gratitud” hacia quienes fueron asesinados durante la dictadura franquista “por defender la igualdad y la libertad”.
Por su parte, el presidente de la Diputación, ha celebrado que se de “un enorme paso más para saldar la deuda que tenemos con estos hombres y mujeres que defendieron los ideales de justicia y libertad, y que la pagaron con la muerte”. En este sentido, Caballero ha dicho que la exhumación no consiste solo en recuperar los restos, sino también en hacer pedagogía, especialmente entre los más jóvenes, para que sean conscientes de que lo que se está haciendo “es justicia” con unas personas a las que le fueron arrebatados todos sus derechos y libertades.