Tres de los ‘padres’ de la Junta de Comunidades de Castilla la Mancha, los parlamentarios autonómicos de la primera legislatura, Francisco Cañizares (AP), Pedro Menchero (UCD) y Javier Martín del Burgo (PSOE), han destacado este martes en Almagro los valores democráticos que inspiraron los principios de la actual comunidad, tanto territorial como administrativamente.
Ha sido en el acto de conmemoración de los 40 años de la constitución del Ente Preautonómico castellano-manchego, el 11 de diciembre de 1978 en la almagreña Iglesia de San Agustín, en la que se nombró a Antonio Fernández-Galiano (UCD) como primer presidente de la Preautonomía.
Ha sido organizado en el Ayuntamiento por la sección de Historia y Patrimonio del Ateneo de la localidad, y ha contado con una exposición política, cronológica e intrahistórica de los tres testigos de excepción, que han reflexionado sobre los retos que hubo que superar con la llegada de la nueva realidad administrativa española hace cuatro décadas, y las amenazas políticas ya territoriales actuales.
Han coincidido en que regiones como la castellano-manchega ha de seguir esforzándose “por seguir encontrando lo que nos une”, por encima “de los intereses partidistas”.
Por los demás
Francisco Cañizares, ha reflexionado sobre los inicios de la comunidad cuando “se impuso lo que no se había perdido”, como fue “el respeto, el reconocimiento, el afecto y el afán de hacer las cosas para los demás”.
Emocionado, ha señalado que más allá de los principios morales como la equidad la buena razón, dar a cada uno lo suyo, la lógica, el buen sentido, el beneficio común, “no se puede construir nada, ni jurídica, ni filosófica, ni sociológica o políticamente sino es teniendo esos valores en el punto de hacer cosas en lo público y en lo privado”.
La autonomía castellano-manchega ha dado, en su opinión, “un salto al futuro y al progreso” porque “partimos de la casi nada”, con presupeustos exiguos y mucha voluntad política.
Aun así, “hicimos un esfuerzo para sopesar las buenas razones que podía haber de los adversarios políticos”, sin necesidad de “juzgar, excluir o descalificar”, una práctica “terrible” que ahora se ha convertido en un “procedimiento natural”.
Cañizares ha apelado a los orígenes de una comunidad “todavía débil” para saber a “dónde queremos llegar en el futuro”, en un camino “común”, en el que se pueda descubrir “a los egoístas, rebeldes y sediciosos”, y con el fin de “no caer en las tentaciones de ciertas promesas”.
Castilla-La Mancha ha de esforzarse, a su juicio, por mantener los niveles de desarrollo que ha alcanzado, frente a “nuevos panoramas” que han aparecido en territorios históricamente privilegiados (en alusión a Cataluña), con actuaciones y “manifestaciones de justificación” presididas “por el egoísmo y el odio a España”, en cuyo juego “no debemos entrar”, sino “dar la partida por terminada”.
Hijos de la libertad
Martín del Burgo, por su parte, ha repasado los hitos de la cronología de los encuentros que derivaron en el acto de constitución de la Junta de Comunidades de Castilla la Mancha, presidido en Almagro por el ministro adjunto para las Regiones, Manuel Clavero Arévalo.
El Estatuto de Autonomía, ha señalado, bebió de una Constitución recién estrenada en España que fue “hija de la libertad”. Como otros textos regionales fue una de sus expresiones y proyectó su espíritu a la hora de articular el Estado de las Autonomías.
La primera reunión de los legisladores preautonómicos, en una “simbiosis” entre diputados provinciales y parlamentarios nacionales y senadores, se celebró en Cuenca, la segunda en el Palacio de Fuensalida, en Toledo, la tercera fue la de Almagro, la siguiente “más tortuosa” en Guadalajara, y la quinta “y más señera” en Alarcón (Cuenca).
Martín del Burgo ha hecho mención a la dotación de contenidos y el traspado de competencias a la autonomía desde 1982, con un presupuesto muy corto de 860 millones de pesetas, frente a los 11.500 millones que en aquella época, siendo él presidente de la Diputación provincial de Ciudad Real, tenía esta institución.
“Fueron momentos de esplendor”, ha sostenido el exparlamentario socialista, a la vez que ha homenajeado a todos los presidentes castellano-manchegos: Fernández-Galiano, Gonzalo Payo, Jesús Fuentes, José Bono, José María Barreda, María Dolores de Cospedal y Emiliano García-Page.
Martín del Burgo ha mencionado el trabajo para consolidar el estado de las autonomías y para evitar duplicidades y solapamientos con los servicios de las diputaciones, así como ha considerado “un ejemplo de éxito democrático” los pactos de la Moncloa.
Como hombre de Estado, ha considerado que los políticos y la política ha de estar al servicio de los intereses de los ciudadanos por encima de los de cada partido”.
¿Madrid castellano-manchega?
Por su parte, Pedro Mechero ha especulado sobre la distribución de las provincias en el nuevo orden autonómico español, y la posibilidad de que Madrid hubiera formado parte de la actual Castilla-La Mancha.
Ha hablado de la “intrahistoria” de los momentos constituyentes del nuevo Parlamento, donde cada bloque “debatía con fuerza y con intensidad”.
Con Madrid, “tendríamos otro nivel de renta, coparíamos el 18% del territorio y seríamos una de las comunidades más grandes en población”, ha comentado al haber un balance imaginario sobre si la actual capital de España “nos habría absorbido con su fuerza centrífuga o nos habría desperdiciado como provincias”.
Lo que sí ha asegurado Menchero es que la voluntad política de los partidos de hace 40 años se centró en “empujar” hacia lka construcción de una comunidad autónoma” en un camino “que no fue de rosas, pero que salió bien”.
“Se ha conseguido el objetivo, ha terminado, de aproximar la administración a los ciudadanos”.
Valores a conservar
El vicepresidente de la Diputación, David Triguero, ha destacado el espíritu de diálogo que se está protagonizando en los últimos días las celebraciones de conmemoraciones como la del 40 aniversario de la Constitución, la del ente autonómico o la de los 125 años del Palacio provincial.
Triguero ha reclamado los valores democráticos que vertebran las autonomías, en un momento “donde los quieren echar por tierra los extremos de un lado y de otro”, así como ha subrayado “el esfuerzo” de los políticos y las políticas constituyentes, a la hora de garantizar “la mejor época de la historia de España”.
Tras la llegada de la Preautonomía, ha destacado otros hechos históricos como la icorporación de España a la Unión Europea, la conformación de la Universidad castellano-manchega y la construcción de infraestructuras como el AVE y los hospitales.
Ahí, estos hitos han de regir, según Triguero, el futuro y han de ser transmitidos a la opinión pública con “una labor pedagógica”.
Esencias del Ateneo
Por su parte, José Antonio Prieto, presidente del Ateneo, ha asegurado que línea de la libertad, la democracia y la paz que inspiraron la Constitución y el nacimiento del propio gobierno castellano-manchego coinciden con “las esencias del Ateneo”.
Así, ha valorado la presencia de quienes fueron testigos “de excepción” del nacimiento de la Comunidad autónoma, que ha permitido a los ciudadanos tener prosperidad y progreso.
Pila de la nueva entidad política
Pedro Torres, concejal de Cultura del Ayuntamiento, ha celebrado que Almagro fuera “la pila del bautismo de una entidad política que no existía y que ahora existe como buena salud”, como es la región de Castilla-La Mancha Junta de Comunidades.
“Conmemoramos un momento fundacional y decisivo para la tierra”, con mayor bienestar y mejor horizonte para sus gentes, ha señalado, a la vez que ha defendido que los últimos 40 años de democracia “han sido sin lugar a dudas los mejores de la historia de España”, y ha invitado a los ciudadanos “de buena voluntad” a afrontar el futuro “con el mismo espíritu”.
Placa
Poseriormente, los exparlamentarios, acompañados de oros representantes institucionales han descubierto una placa en la Iglesia de San Agustín y han firmado en un libro de actas.
