Con la eucaristía que anoche presidió el nuevo obispo de Ciudad Real, monseñor Abilio Martínez Varea, en la que era además su primera visita a Almodóvar del Campo, concluyó el Congreso Internacional Avilista celebrado desde el viernes en distintos espacios de la localidad donde nació san Juan de Ávila.
Evento que ha sido calificado de hito y que ha contribuido a situar la cuna del también doctor de la Iglesia como centro de referencia en el debate teológico e histórico, dejando como principal conclusión la necesidad de seguir estudiando su figura de manera interdisciplinar y la rotunda actualidad de su mensaje.
Tras 18 ponencias ofrecidas en la Casa Natal y, en su tramo final de ayer tarde en el Teatro Municipal, a cargo de expertos llegados de diversos puntos de España y del extranjero, el comité organizador trasladó sus conclusiones a través de la voz de uno de sus integrantes, el diácono José Manuel Seijas.
Intervención en la que se recordaron las palabras del hispanista Marcel Bataillon, en 1950, sobre la “resurrección” de la figura del Maestro Ávila, afirmando que, hoy, superado el desconocimiento que en torno a su figura y obra existía, el desafío es que su estudio se abra paso definitivamente en los ámbitos teológicos, humanísticos e históricos.
El comité, integrado también por la presidenta de la Hermandad de San Juan de Ávila y San Juan Bautista de la Concepción, Isabel Fernández; el también profesor Julio César Varas; y el sacerdote y párroco almodovareño Juan Carlos Torres, subrayaba que el congreso ha sido “una parada en el camino” para reflexionar sobre “cómo las fuentes hicieron del santo maestro una persona excepcional”.
Se agradeció profundamente a Almodóvar del Campo por haber sabido conservar “como en una pequeña caja de tesoro” los lugares avilistas y mantener vivo “el pulso y el latido” de su legado.
Las gracias se extendieron a todas las instituciones colaboradoras, desde la Diócesis y la Universidad Pontificia Comillas, hasta el Ayuntamiento y la Diputación o Globalcaja, y de manera muy especial a voluntarios de Vocatio, de quienes se dijo que, “con los detalles, habéis hecho realidad las palabras de Ávila: ‘A medida del amor, queremos sufrir los trabajos’”.
El diácono, antes del concierto que a continuación ofrecería la Coral y Escolanía Diocesanas desplazada también ayer a Almodóvar del Campo para la ocasión, articuló otras ideas extraídas del encuentro, entre ellas la convicción de que “sigue siendo más necesario que nunca un enfoque interdisciplinar” para abordar con rigor su vida y obra.
La segunda, la reafirmación de “la actualidad de su mensaje”, que no solo contiene principios teológicos vigentes, sino que “conecta de forma profunda” con debates educativos, sociales y de fraternidad actuales, “tendiendo puentes donde la sociedad opta por barreras”.
En este punto resonaron las palabras de una de las ponentes, María Jesús Cordero, “dejar a Ávila que hable de Ávila”, como llamada a volver a sus fuentes sin distorsiones y se remataron las conclusiones con una reflexión sobre la partida del joven sacerdote de su pueblo, en 1526: “Para algunos, dejó Almodóvar aquella mañana. Nosotros creemos haber demostrado que él se llevó Almodóvar en el corazón”.
El alcalde, un congresista más
Los actos de cierre contaron con la destacada presencia del alcalde, José Lozano, quien no solo encabezó la representación de la Corporación municipal, sino que ha estado asistiendo activamente como uno más de los cerca de 60 inscritos en el congreso.
El regidor expresaba su más profundo agradecimiento a todos los expertos que se han dado cita estos dos días “por el inmenso caudal de conocimiento que han compartido, iluminando la figura de nuestro paisano de manera que enriquecen nuestro patrimonio y nuestra identidad”.
Asimismo, tenía palabras de reconocimiento para el comité organizador que ahora se embarca en un laborioso proceso hasta que puedan ser publicadas las actas del congreso, destacando el “incansable esfuerzo y la pasión de la Hermandad de los Santos y de la Parroquia para hacer realidad este sueño que ha situado a Almodóvar en el mapa internacional del saber”.
Y, en un papel más institucional, Lozano acompañó a Isabel Fernández y Juan Carlos Torres en la visita que monseñor Martínez Varea, llegado de otro acto previo en Valdepeñas, cursó a Almodóvar del Campo, primeramente a la Casa Natal de San Juan de Ávila.
Allí recorrieron sus distintas estancias, realizando una parada especial en la cueva donde el joven Juan de Ávila Gijón se retiraba a orar, el lugar donde recibió su llamada vocacional y decidió entregar su vida a la misión encomendada por el Señor.
Y acto seguido partieron a pie hacia la iglesia de la Virgen del Carmen, no sin hacer antes una parada para admirar la escultura dedicada al santo amodovareño en la Plaza de la Santísima Trinidad, donde estos días han ondeado las banderas de El Vaticano, España y Castilla-La Mancha, para señalar el carácter internacional de este congreso avilista.
Homilía del obispo: Almodóvar como fuente de santidad
Durante la celebración eucarística que presidió monseñor Martínez Varea, concelebrada junto a otros seis sacerdotes, el obispo centró su homilía en la importancia capital de los orígenes de san Juan de Ávila.
Conectando con las conclusiones del Congreso, el prelado enfatizó que “la base humana, moral y espiritual se va generando en los primeros años de la vida” y, por ello, afirmó, la etapa vital del santo en su Almodóvar del Campo natal “determinó su forma de ser presbítero, su teología y su santidad”.
Identificó don Abilio tres hitos clave en su crecimiento, el nacimiento en una familia religiosa, el abandono de sus estudios de leyes en Salamanca para volver a su pueblo y entregarse a tres años de oración y penitencia en la cueva, y la celebración de su primera eucaristía en el templo parroquial en 1526.
Monseñor Martínez Varea desglosó las tres grandes fuentes que nutrieron al maestro y que son válidas para todo cristiano: la Sagrada Escritura, la oración y la inserción en la realidad. “No hizo teología de laboratorio, sino una teología que llegaba a la vida cristiana, a la vida real”, afirmó para explica así por qué gentes de toda condición social acudían a él en busca de consejo.
Recordó asimismo cómo san Juan de Ávila estudiaba de rodillas los sermones que luego predicaba, buscando no solo la erudición, sino, como decía un obispo de la época, para que sus palabras fueran “como el agua que llega al campo y eso es un huerto donde se produce todo tipo de frutos”, moviendo a la conversión.
Con estos y otros muchos y enriquecedores mensajes que se han trasladado durante viernes y sábado, ha tenido lugar el primer Congreso Internacional Avilista vivido en Almodóvar del Campo, localidad que ya pone su mirada en este cercano 2026, cuando se conmemorarán los 500 años de la primera misa que san Juan de Ávila cantó como sacerdote antes de partir hacia tierras andaluzas.
Aquel acto con que daba inicio a su ministerio sacerdotal tuvo lugar en el templo parroquial, hoy dedicado a Nuestra Señora de la Asunción, edificio actualmente clausurado por obras de restauración para reducir humedades y dotarlo de un nuevo suelo, preparándose así para ser epicentro de estos próximos actos conmemorativos.
