En dicho cuento se explica brevemente el protocolo a seguir para que sus alumnos comiencen a asimilar, interiorizar y entender cómo será el “nuevo” inicio de curso. El video concluye deseando un feliz inicio y comienzo de curso a todos los centros.
Desde este colegio saben que los alumnos echan de menos los abrazos, los besos, el chocar la mano, el compartir sus cosas. Por eso este año se van a convertir en superhéroes y superheroínas con el único plan de derrotar al malvado coronavirus que nos impide hacer todas esas cosas que tanto nos gustan.
“Había una vez un colegio que quería ganar al coronavirus, para ello todos sus alumnos pasaban todos los días de forma escalonada para así evitar aglomeraciones tal y como recomendaban las autoridades de sanitarias. Antes de pasar al recinto debían de tomarse la temperatura y lavarse las manos con un gel mágico y con superpoderes. Y se despedían de sus papas desde la puerta.
Dentro del centro a la hora de aprender y jugar mantenían la distancia de seguridad de 1,5m. Y como Superman, estiraban un brazo hacia adelante y otro hacia atrás. Además, al igual que sus profesores poseían y llevaban unos superescudos protectores convertidos en mascarillas y pantallas. También los maestros llevaban trajes especiales contra la malvada COVID-19 transformados en batas y batines.
Cada alumno tenía su sitio establecido y delimitado para poder trabajar y desayunar. Además, por los pasillos siempre se respetaban la señalización y la dirección.
Durante la mañana cada clase de superhéroes y superheroínas, debían de lavarse mucho las manos y tener sus aulas bien ventiladas. Cuando había que ir al baño cada grupo tenía uno asignado, sólo para ellos; y por supuesto, siempre llevaban su escudo protector, la mascarilla. En el recreo cada aula tenía su espacio marcado para jugar y recordando siempre la distancia de seguridad de Superman.
Pasaron los meses y los niños continuaban aprendiendo y jugando de esta forma tan atípica. Hasta que de pronto llegó la esperada vacuna y con ella el cariño, los abrazos y los besos no dados, las fiestas, las reuniones, los juegos y los partidos con los mayores… es decir la ansiada y verdadera normalidad.
Y recordad que esos superhéroes y superheroínas vienen cargados de cariño, miradas, sonrisas, ingenio y con unas ganas tremendas de querer aprender”.