El salón de actos de la Oficina Comarcal Agraria (OCA) de Almodóvar del Campo albergó anoche la segunda charla-coloquio del ciclo de actividades que homenajea este lugar, bajo el título ‘Estación de Olivicultura y Elayotecnia y Construcción del Edificio Los Capataces; 1928-1936‘, es decir, los antecedentes del inmueble y, además, quienes lo hicieron posible.
Centrada en las cruciales figuras de Germán Inza Álvarez y Carlos Morales Antequera, la cita organizada por la Asociación de Amigos de la Historia de Almodóvar del Campo, contó esta vez desde la mesa de oradores con las intervenciones de los agricultores jubilados Lucio Romero Hinojosas y Casto Ruiz Sánchez, así como del exedil Ángel Morena Sánchez.
Javier de la Fuente, presidente del colectivo organizador, moderó un acto que reivindicó ante todo la memoria de quien, además, propició el reparto de las tierras desamortizadas entre los vecinos menos pudientes de la población, cuando el siglo XX contaba apenas tres lustros, por lo que se sugirió a la Corporación municipal dedicarle en justicia una calle.
Y es que, como se puedo escuchar, Germán palió decisivamente las dificultades económicas que vivían tantísimas familias humildes, en una época caracterizada por largas jornadas y medios limitados, con nula mecanización; por eso, aquella repartición solidaria, a menudo pagando precios accesibles por las tierras, revirtió no pocas situaciones vitales críticas.
Algo que bien pudo ser la causa de que en la localidad almodovareña no se desatasen las protestas agrarias, en algunos casos de muy grande conflictividad social, que en esos años se generalizó a la práctica totalidad de municipios de la provincia de Ciudad Real, como bien atestiguan estudios académicos, tal y como así se trasladó durante la mesa redonda.
Porque Germán Inza Álvarez, abogado nacido en 1877 en Almodóvar del Campo, con destacada trayectoria política y profesional, tuvo como iniciativa más determinante la antes referida, con la división y venta de la Dehesa de Navalromo en 1915. Diputado provincial y en Cortes, fue director general de Agricultura y delegado del Gobierno en Telefónica.
Fallecido en Madrid en 1941, su dedicación al bienestar del pueblo fue muy elogiada, por impulsar la cultura o el adoquinado de calles, así como también la construcción de la Escuela de Capataces, en decisiva determinación con el propio Carlos Morales, el alcalde de la época, Laudelino Tello, facilitador de los terrenos o el ministro Cirilo del Río.
Por ello, sin desdeñar el papel trascendental de personajes en el desarrollo de Almodóvar del Campo hasta antes de la Guerra Civil, como así lo fueron Fidenciano Trujillo o Francisco Laso, que sí tienen calles dedicadas, se instó a resolver un agravio histórico en torno a la figura y legado de Germán Inza Álvarez, precisamente por carecer de una a su nombre.
Incluso la tiene el otro nombre propio de la velada divulgativa, Carlos Morales Antequera, que nació en Tomelloso en 1883 y fue un ingeniero agrónomo de destacada relevancia allí donde ejerció su labro y funciones, porque tras estudiar en Madrid, trabajó en Jaén y Sevilla, donde introdujo el cultivo del algodón y mejoró tratamientos en naranjos y olivos.
En 1918 fue nombrado jefe de la Sección Agronómica en Ciudad Real, impulsando acciones como la lucha contra la plaga de langostas y la creación de la Escuela Enológica de Alcázar de San Juan y la Estación de Olivicultura y Elayotecnia de Almodóvar del Campo, ocupando asimismo cargos relevantes en el Ministerio de Agricultura.
Para lo más concerniente al ciclo que estas semanas de octubre protagoniza el edificio de ‘Los Capataces’, cabe destacar que quien también fue un prolífico divulgador, incluso en la radio, ejerció como director desde el primer momento de su puesta en marcha, el 8 de febrero de 1928, de la estación dedicada al estudio y experimentación de olivos y aceites.
Centro que se instaló en un edificio situado en el Jardín Municipal y al cual, en sucesivos años, se adscribirán otras propiedades para ampliar sus fines y medios de experimentación como el que es conocido por ‘El Raso’, la práctica totalidad del ‘Cementerio Viejo’, la ‘Huerta Cuellar’ y la era y pedazo de labor denominada de ‘Santa Teresa’.
Casi todos estos bienes provienen de lo que en su testamento Francisco Laso y Salido lega al pueblo del Almodóvar del Campo, como bien recoge la exposición que alberga la OCA almodovareña y recordó ayer De la Fuente, bienes que el Ayuntamiento cederá al Estado en usufructo con la condición de revertirlos el día en que se clausurase dicha estación.
El caso es que, bajo estos antecedentes y a propuesta de Germán Inza Álvarez, el edificio objeto hoy de homenaje y pretendidamente destinado en un inicio a Escuela de Capataces Agrónomos, se ubicará en ‘la Era y pedazo de Santa Teresa’, poniéndose su primera piedra el 25 de marzo de 1934 con la presencia del ministro de Agricultura Cirilo del Río.
Sus obras finalizaron en junio de 1936 y se dice que las entrega de llaves fue poco después, curiosamente el 18 de julio que tanto determinaría luego los vaivenes funcionales para este edificio «de una sola planta y doblada en uno de sus laterales, donde se instalaron oficinas, laboratorio y aulas de enseñanza, biblioteca, despachos del Ingeniero director y Peritos, sala de visitas, portería, garaje y sala de máquinas…», como relata la muestra.
En el debate a que se dio lugar, hubo tiempo para el acervo folclórico local y las populares ‘gañanás’ que se cantaban durante la labor en el campo y de las cuales aportó su saber el anterior presidente del Grupo ‘Balálita’, Manuel Hipólito, interpelado desde el público.
El próximo sábado 26 de octubre, también a las 20 horas, tendrá lugar la última de las charlas programadas que, titulada ‘Escuela de Capacitación Agraria y Oficina Comarcal Agraria; 1970-2024’, rendirá tributo a Antonio Galán Gil, quien fue su primer director.