Con alegría y alivio contenidos Almodóvar del Campo vuelve a estar al cobijo de una de las tradiciones más queridas localmente y más singulares en toda la región y posiblemente de todo el país, como son sus candelarias invernales de las respectivas fiestas en barrios.
Tras dos años sin las llamas y el calor de estas luminarias invernales, anoche se prendió la que cada año sirve de apertura a este calendario tan particular, la que se celebra en honor a santa Bárbara y que identifica a esta zona este del casco urbano, el barrio de El Calvario.
Con el operativo de costumbre, es decir, con la presencia de bomberos para velar por que las llamas no fuesen excesivamente vigorosas y la cobertura de la Policía Local, la hoguera ubicada en la confluencia de las calles Cuerda y Huertas, volvió a iluminar la noche.
También hubo testimoniales fuegos artificiales junto a la ermita dedicada a la patrona de los mineros, que se ubica al otro lado, junto al que fuera camino de ida y venida para tantos mineros almodovenses que se ganaban el jornal en el subsuelo de Puertollano.
Dentro, una hora antes de prenderse la leña aportada por vecinos y servicios municipales del Ayuntamiento, daba comienzo la misa de vísperas del día grande y donde, con un aforo ajustado a dimensiones, se completaba el triduo en honor a la patrona del barrio.
De allí ha salido hoy antes de la una de la tarde, tras la última eucaristía de estas fiestas, la imagen de santa Bárbara llevada a hombros por vecinos del barrio, con la comitiva vecinal y de autoridades y escolta musical de la Banda de Cornetas y Tambores ‘Jesús Rescatado’.
Ya anoche, en el desarrollo de los actos centrales previos a esta jornada, organizados por el Ayuntamiento en colaboración con la Hermandad de Santa Bárbara y vecinos del barrio, estuvieron compartiendo tan anhelado momento alcalde y concejala de Asociaciones.
Lidia Paz y José Lozano representaron así al Consistorio primero en la misa, donde departieron con el oficiante de ayer y hoy, el querido vecino del barrio fray Javier de María para, luego, acercarse a la candelaria junto al resto de asistentes allí también presentes.
“Estamos contentos y felices por retomar nuestras tradiciones, tan arraigadas y aunque la pena sea que no pueda ser en su integridad [por razones sanitarias no hubo ofrecimiento de limoná ni aperitivos] al menos podemos volver a celebrarlo”, decía el alcalde.
Y también se congratulaba por ver como “la gente ha salido, está aquí en la calle”, con la esperanza de poder ver completado todo el ciclo de candelarias y fiestas de barrio, en enero las de san Antón y san Sebastián, en febrero la de San Juan Bautista de la Concepción y en marzo la de san José y la también deseada feria ganadera ‘La Cuerda’.
“Eso significará que estamos bien, que la pandemia no avanza, más bien al contrario y no tenemos ningún tipo de restricciones, eso es lo que quiere este alcalde, que podamos celebrar todas nuestras tradiciones y ésta es una de las más arraigadas”, añadía.
Por eso sigue el alcalde “pidiendo a la ciudadanía prudencia evitando contactos multitudinarios, sobre todo aprovechando la presencia de personas que residen en otros puntos y que aprovechan el puente para pasar unos días en Almodóvar del Campo”.
Actuaciones municipales para el barrio
En el intercambio de impresiones con vecindad de El Calvario, los munícipes recogieron el guante de poner el nombre de la plaza en que se asienta la ermita por el de su benefactora, santa Bárbara, algo que se trasladará a la consideración de la Corporación.
También les anunciaba el regidor que el Ayuntamiento ya trabaja en el proyecto por el que el Ayuntamiento va a renovar el año entrante las obsoletas redes de agua de la calle Padre Lobo y de un tramo pendiente de la calle Santa Bárbara.
