La Consejería de Desarrollo Sostenible ‘tutela’ desde hace un mes a un cachorro de lince ibérico macho, “precioso y fuerte”, aseguran, que perdió a su madre por un atropello en Almuradiel.
Técnicos del programa life LynxConnect en el que participa el Gobierno de Castilla-La Mancha como socio encontraron hace un mes ek cadáver de la madre, Ravenala, en estado de descomposición en la zona de Peñalajo. Uno de los dos cachorros de su camada estaba muerto pero el otro, aún sin nombre, seguía vivo.
En estas duras semanas de agosto, con alimentación (cebo de conejos) y cuidados desde la distancia para interferir lo mínimo en su desarrollo, el ejemplar crece sano y fuera de peligro, según Víctor Díez, jefe de servicio de Vida Silvestre de la delegación provincial de Desarrollo Sostenible, responsable del life del lince en las comarcas linceras de la provincia de Ciudad Real, Sierra Morena Oriental (Campo de Montiel, frontera con Jaén) y Occidental (frontera con Córdoba).
La provincia de Ciudad Real se ha convertido en los últimos años en la que más y mejor avanza la recuperación de la especie en Castilla-La Mancha, que no deja de cosechar éxitos en el camino de la reconquista de los territorios históricos de la Península Ibérica, desde que empezaron las sueltas en esta comunidad en el año 2014.
El cachorro de Ravenala, otro hito en la recuperación
La supervivencia del hijo de Ravenala se suma a la confirmación del asentamiento del lince en Cabañeros por primera vez, con una hembra, Sibila, que lleva meses campeando en libertad por el parque nacional, y en la que está depositada la esperanza de creación de otra zona lincera en Castilla-La Mancha, en este caso conectada a los Montes de Toledo.
Ciudad Real también tiene en su haber el caso de Rinconcillo, un lince que se quedó paralítico por un atropello el año pasado en los Montes de Toledo y que, tras una compleja intervención quirúrgica, sobrevive y camina en el centro de recuperación de fauna silvestre de El Chaparrillo, en el que “se quedará para educación ambiental”, puesto que ya no puede volver al medio natural.
Rinconcillo dispone de un amplio espacio de esparcimiento en El Chaparrillo, centro de referencia veterinario para el lince ibérico en Castilla-La Mancha, por él pasan para radiomarcaje, chequeos, convalecencias y necropsias decenas de ellos cada año.