Más de un centenar de cruces en formato reducido en balcones, ventanas y patios, y otros tantos altares de mayor tamaño en plazas y barrios del Pueblo. Pese a las restricciones marcadas por la pandemia, la tradición de las Cruces y los Mayos ha cogido aún más fuerza en Piedrabuena.
El Covid ha impedido un año más la elaboración de las originales y típicas cruces de brezo: grandes estancias cubiertas por vegetación autóctona, en las que el agua corre por cascadas y chorreras hasta llegar a estanques iluminados por luces del ocaso.
Sin embargo, la llamada del Ayuntamiento a elaborar pequeñas cruces y altares en las casas ha tenido por segundo año consecutivo un éxito tremendo. “Hoy en Piedrabuena hay pocas calles o barrios que no tengan alguna”, señala Ángel Borras, concejal de Turismo y Participación Ciudadana.
Como novedad, el Ayuntamiento además ha colocado cuatro altares en puntos emblemáticos, en la plaza Mayor, en la plaza Evaristo Martín, en el parque del Castillo y en el monumento a la cruz de los ‘jardincillos’.
Asimismo, para el deleite de vecinos y visitantes, Ángel Borras señala que han puesto “una cruz de brezo clásica en un local comercial situado en la calle Rollo”. También, el Consitorio hizo sonar el canto de los mayos el 30 de abril con altavoces colocados en 12 puntos diferentes del pueblo.
“Todo el pueblo está engalanado”
Las tradicionales cruces elaboradas por peñas y asociaciones, que cada año atraen a miles de personas procedentes de la provincia, no han podido elaborarse por la aglomeración de personas que conllevan, sin embargo, este año los vecinos sí pueden disfrutar de la fiesta, reconocida de Interés Turístico Regional, al pasear por las calles.
De hecho, grupos de vecinos han dispuesto altares en el parque de la plaza de toros, en la CEPA Montes Norte y en otras barrios. “Todo el pueblo está engalanado”, insiste Ángel Borrás, que ha salido varios días a repartir ajedrea a los paisanos, hierba que proporciona a las cruces su olor más característico.
El Ayuntamiento ve con “optimismo” el futuro de la fiesta
Frente al temor que tuvo el Ayuntamiento de que la fiesta decayera, tras años de ebullición, Borrás reconoce que “ha ocurrido todo lo contrario”, porque el deseo por perpetuar esta tradición en medio de la crisis sanitaria ha hecho que todo el pueblo se implique.
Las redes sociales de los vecinos del pueblo están llenas de fotografías y el concejal afirma que “la gente está pidiendo que la iniciativa de los balcones mayeros continúe”, porque “ha gustado mucho”.
En estos días, Piedrabuena pide a la Cruz que vuelva cuanto antes la normalidad, que regresen las rutas de cruces de tela y brezo oficiales, y que de nuevo lleguen decenas de autobuses con turistas para recorrer sus travesías en la primera quincena de mayo.
La Concejalía de Turismo y Participación Ciudadana ve “con optimismo el futuro de la fiesta de las Cruces y los Mayos”, y no cabe duda que en los años venideros va a seguir su ascenso pues ha sabido reinventarse y unir a la ciudadanía en tiempos difíciles.