Hoy los niños, niñas y adolescentes no utilizan cintas de casete para escuchar música, ni ven películas en VHS, ni cargan disquetes en ordenador para jugar, tampoco llaman a sus amistades por teléfonos con cable, ni acuden a las tiendas a revelar carretes de fotos…
Todos estos objetos se han sustituido por tecnología más moderna. Sin embargo, las niñas, niños y adolescentes que quieren denunciar casos de acoso escolar solo disponen de un número de teléfono (900 018 018) al que llamar, un sistema que no utilizan habitualmente.
Así lo denuncia Amnistía Internacional con la campaña #PupitresLibres, que presenta este sábado en Ciudad Real a las 12 de la mañana mediante el acto público ‘Actualiza las denuncias de acoso escolar’, en el que se recogerán objetos desactualizados para mostrar que “es necesario un sistema de denuncias que sea útil de verdad”. La campaña ha llegado ya a más de 50 localidades españolas.
Acoso escolar en España, un problema invisible
En nota de prensa, Amnistía Internacional señala que el acoso escolar es una forma de agresión o de hostigamiento de carácter físico, verbal o relacional, que es deliberado y se repite en el tiempo, y que se basa en un desequilibrio de poder real o percibido que impide que la víctima se defienda. Esta problemática afecta gravemente a los niños y niñas que lo sufren y a sus familias.
El acoso “merma su autoestima, su salud, su rendimiento académico y, en general, su derecho a crecer felices y sin miedo”. En los casos más graves, puede dejar importantes secuelas de por vida, informa la organización.
En España, “miles de casos de acoso escolar permanecen ocultos”. La organización señala que no se registran oficialmente, “ya sea como resultado de errores en la recogida de los datos por parte de la Administración, porque profesorado y padres y madres no saben cómo identificarlo y actuar, o porque las medidas que existen para denunciarlo no están funcionando”.
Hasta el momento, la organización considera que “el Gobierno y las Comunidades Autónomas están fallando a la hora de proteger a estos niños y niñas”, y esto constituye “una violación de derechos humano”. El nuevo gobierno debe situar la lucha contra este problema en una parte central de su política educativa”, añaden.
Un sistema de denuncias complementario
Por ese motivo, la coordinadora de AI Ciudad Real, María Luisa Sánchez, insta a las autoridades públicas, los centros escolares y el profesorado a que transmitan “un mensaje claro de tolerancia cero”, porque el bullying “no es una niñería”. En todos los casos, las personas adultas “tienen que dar una respuesta rápida y efectiva que frene y prevenga este grave problema”.
Amnistía Internacional considera que es necesario implementar un sistema de denuncias complementario al actual, un mecanismo actualizado, que utilicen “habitualmente” los adolescentes y que sea “anónimo”. Además, la organización recomienda confiar en los adolescentes para la prevención del acoso escolar y la identificación de soluciones.
La organización señala que en los lugares donde se implica a los jóvenes, “el apoyo entre iguales ha demostrado ser una herramienta muy eficaz para prevenir el acoso y abordar otras alteraciones de la convivencia escolar”. Además, María Luisa Sánchez insiste en que “proteger a la infancia del acoso escolar es una obligación para las autoridades, para el sistema educativo y para las familias”.
El 5 de junio de 2019 Amnistía Internacional publicó el informe ‘Hacer la vista… ¡gorda!’, con su primera investigación sobre acoso escolar en España y en la que incluye estas y otras recomendaciones para las nuevas autoridades. La organización también recoge firmas en la web: www.pupitreslibres.org para que las nuevas autoridades conviertan la lucha contra este problema en un asunto central de su política educativa.