Los agricultores de la provincia y la región podrán sembrar las variedades de los cereales de invierno que mejor se adapten al clima y al territorio desde el punto de vista agronómico, y que además resulten más rentables como cultivos extensivos.
En concreto, los cerealistas tienen la oportunidad de conocer datos “precisos y prácticos” sobre las características de las nuevas variedades, la adaptación agroclimática, y su influencia en la producción, en base a los resultados de los ensayos del Departamento de Experimentación Agraria realizados en distintas comarcas por técnicos del centro de investigación agraria El Chaparrillo.
Así, si en los cultivos de verano, según explica José Antonio Calero, responsable del área, estudiaron, en el caso de Ciudad Real, especies de maíz en el entorno del pantano del Vicario y en la aldea malagonera de Piedralá, de cara a la actual campaña de otoño-invierno analizaron trigos, cebadas, avenas y triticales en fincas de comarcas de gran tradición cerealística, como La Mancha y Campo de Calatrava.
Según Calero, observaron el comportamiento de los cultivos en la pedanía alcazareña de Alameda de Cervera y en dos fincas de Ciudad Real capital, para conocer las dosis de grano más adecuadas en la sementera, las necesidades de fertilización en el fondo y en la cobertera del cultivo, los periodos de espigado, además de otros aspectos edafológicos (sobre el suelo) antes y después de la plantación (“mejor sobre barbecho que sobre rastrojo”).
Así, los productores pueden conocer con más exactitud las relaciones y comportamientos de las variedades en todo el proceso productivo, en función, por ejemplo, de las proporciones de productos y semillas que apliquen, como por ejemplo los herbicidas en la eliminación de las malas hierbas.
“El objetivo es ofrecer a los agricultores y a la industria información sobre la calidad de las nuevas variedades en las distintas áreas agroclimáticas de Castilla-La Mancha”, explica Calero.
Para los cultivos de la provincia realizaron las experimentaciones en campo sobre los cultivos sembrados en otoño de 2016 y cosechados en primavera de 2017, y publicaron las conclusiones en los boletines informativos en verano, con el fin de ofrecer “datos prácticos para la presente campaña”.
Con retraso
Sobre la nueva campaña de los cultivos herbáceos se ha retrasado por la sequía, al igual que el año pasado influyó la falta de agua en la preparación de la tierra, aunque “quien sembró antes, ha tenido más rendimiento porque han cogido más agua”.
Calero recuerda que esta labor de indagación teórico-práctica forma parte de los protocolos de la red de experimentación del Instituto Regional de Investigación y Desarrollo Agroalimentario (Iriaf) en las provincias de Cuenca, Guadalajara, Toledo y Ciudad Real, cuyos corolarios se publican cada seis meses en sendos boletines anuales.
Igualmente, los trabajos del departamento dependiente de la Consejería de Agricultura y Medio Ambiente, se integran en la actividad del Grupo nacional de Evaluación de Nuevas Variedades de Cultivos Extensivos (Genvce), a través de ensayos con las últimas variedades para evaluar su comportamiento en diferentes regiones de España y en distintas condiciones de cultivo.
Estas investigaciones, en opinión del técnico, “son muy útiles para planificar las campañas de cereales y para que los productores conozcan las particularidades sobre el desarrollo vegetativo de la planta, de su crecimiento y su rendimiento”.
Cada estudio contempla ensayos estadísticos en microparcelas, con una superficie entre 15 y 25 metros cuadrados, donde se comparan variedades más recientes con producciones más habituales para valorar la influencia de las distintas variables en las producciones obtenidas, así como también se realizan ensayos demostrativos en bandas (parcelas) de entre 300 y 2.000 metros cuadrados.
Las parcelas son de agricultores colaboradores o fincas de los centros públicos como La Entresierra en Ciudad Real.
Variedades analizadas
En cuanto a las variedades estudiadas, ‘Albufera’ y ‘Rosendo’ en trigos blandos, y’Artur Nick’ y ‘Trafalgar’ en trigo blando de primavera, encabezan las valoraciones en parámetros como potencial productivo y calidad la zona agroclimáticas de Ciudad Real, al igual que ‘Monasti’ y ‘Confianza’ en trigo duro.
En Alameda de Cervera han sido ‘Camargo’ y ‘Basmati’ los trigos blandos de invierno con más producción al 9% de humedad.
En cebadas de primavera, las mejor valoradas fueron ‘Planet’ y ‘Sydney’ en Ciudad Real, ‘M-77’ y ‘Chiguita’ en avena y ‘Vivacio’ y ‘Villarac’, en triticale.
En la pedanía alcazareña ‘Hispanic’ y ‘Luzia’ estaban arriba de los resultados sobre las medidas valoradas en cebada de invierno, y ‘Vivacio’ y ‘Bondadoso’, en triticale.
