El escritor, catedrático de Literatura y crítico taurino Andrés Amorós resucitó el “mito” de Ignacio Sánchez Mejías en las jornadas organizadas en torno al ‘Llanto por Ignacio Sánchez Mejías’ por el Centro Regional de Formación del Profesorado en Manzanares. Ante la familia del diestro sevillano que sufrió en la plaza de toros de Manzanares una cornada mortal que lo llevó a la tumba en 1934, destripó algunas de sus facetas.
Acompañado del profesor Jesús Villegas, uno de los impulsores de estas jornadas en las que participaron alrededor de 50 personas, Andrés Amorós reconoció este miércoles que Sánchez Mejías ha inspirado por todo el mundo infinidad de obras literaritas, teatro, pinturas, incluso entre los que no tienen afición taurina. Amorós destacó que en muchas partes del mundo creen que fue una “ficción” de Lorca, aunque más bien fue ha sido “un mito literario a partir de una realidad histórica indudable”.
Dispuesto a contagiar entusiasmo y pasión por la literatura, tan importante para despertar vocaciones en las aulas, Andrés Amorós habló durante más de dos horas de la inquietud permanente del diestro, que fue “periodista, dramaturgo, presidente del Betis y de Cruz Roja, conferenciante, piloto…”. Sánchez Mejías fue una persona “lista, agradable, atractiva, una persona naturalmente inteligente, al que nada se le daba mal”.
El «pegamento» de la Generación del 27
Ante Paloma Recasens, Amorós reconoció que Ignacio Sánchez Mejías fue “básicamente torero”, aunque su personalidad desbordó la tauromaquia, como ocurre en el Archivo Museo Ignacio Sánchez Mejías. Aunque, aparte de dominar la técnica y representar las cualidades del arte, el experto destacó su “valor desmesurado, fuera de lo normal”, que conquistaba a las masas. Solo se le ocurrió a Sánchez Mejías ponerse a secarse la cara con un pañuelo delante de un miura en la Feria de Valencia.
Así era Ignacio Sánchez Mejías, “arrogancia” y “chulería”, un “talento plural”, un personaje “fascinante” y “de novela”, que podría haber sido objeto de numerosas películas si hubiera sido americano. Aunque en el mismo espacio donde se conservan más de 1.000 documentos recopilados durante décadas por la familia, Andrés Amorós también confesó que fue el “pegamento” para la Generación del 27 como mecenas y amigo de algunos de los más importantes literatos de la historia española antes de comentar con el público la elegía de Federico García Lorca.
La familia celebra la actividad cultural en el museo

En la clausura de las jornadas, Paloma Recasens expresó que la celebración de este tipo de actividades, que aúnan cultura, música y literatura, fue uno de los objetivos de la familia al ceder todo el material relacionado con Ignacio Sánchez Mejías para este archivo. La nieta de Sánchez Mejías recordó un consejo que le dio su abuelo a su madre cuando se mudó a Suiza a vivir: «dile a tu madre que, si se aburre, lea y copie a los clásicos como hago yo”. Con estas jornadas, el Archivo de un salto para “compartir y difundir” su obra y la que inspiró.