“Bienvenidos, os estábamos esperando”. Un rótulo en grande con los dibujos de un niño y una niña con globos recibió este jueves a los 68 estudiantes en el Centro Rural Agrupado Valle del Bullaque en El Robledo. En la provincia, 754 menores reciben clases en 10 Centros Rurales Agrupados (CRA) con secciones en 28 pueblos.
La procesión de niños cargados con mochilas de dinosaurios y unicornios, acompañados de madres en su mayoría, empezó pasadas las ocho y media de la mañana. También la llegada de las tres furgonetas que cubren las rutas de transporte por aldeas cercanas, como Santa Quiteria, Las Islas, Los Puentes o El Torno.
En el colegio de Pueblo Nuevo del Bullaque, la otra sección de este centro rural agrupado, con el que comparten claustro de profesores y docentes itinerantes de algunas especialidades como música, hay 14 alumnos. Allí van muchos niños de las fincas del entorno de Cabañeros.
Una comunidad educativa que es “como una gran familia”
“Estamos en un centro rural de poquitos niños, pero el colegio de El Robledo es lo que da vida al pueblo”, explica la directora, Mari Paz Gómez. Vecina de Alcoba de los Montes, lleva 17 años como maestra de este centro y dice que está “encantada de la vida”. “Yo vivo en el mundo rural, decidí quedarme aquí, mis hijos están en colegios rurales y estoy muy feliz”, añade.
Mientras que colocan a sus hijos en las filas, las madres comentan que la comunidad educativa “es como una gran familia”, el contacto entre profesores y progenitores es mucho más estrecho, e incluso bromean que con el número tan pequeño que existe de alumnos casi es como recibieran “clases particulares”, hay una formación más individualizada.
Educación pública en igualdad para todos, “vivan donde vivan”
Los números no sirven para entender la importancia de invertir en educación en este tipo de centros. El delegado de Educación, Cultura y Deportes, José Caro destaca en una entrevista para Lanza que “aquí hay una inversión en capital humano” y hay que tener en cuenta que “se trata de garantizar la educación pública en igualdad de condiciones a todos los ciudadanos, vivan donde vivan”.
La creación misma de estos centros agrupados entre localidades cercanas, según explica Caro, “es una forma de crecer a través del aprovechamiento de recursos”. De hecho, solo hay que darse una vuelta por el colegio de El Robledo para comprobar que las instalaciones son modernas, amplias y que han invertido mucho en digitalización.
Los medios tecnológicos llegan “en igualdad de condiciones a todos los centros”. Por ejemplo, en el programa Carmenta de digitalización 2018/2019, “38 centros de los 81 que participaron fueron de localidades de menos de 5.000 habitantes”. En El Robledo y Pueblo Nuevo, todos los alumnos de Primaria disponen de una tableta o un ordenador portátil.
La ratio en localidades de menos de 500 habitantes es de 6,5 alumnos por clase
Pese al Covid, aquí no han existido problemas de distanciamiento en las aulas, aclara Mari Paz Gómez. La directora comenta que, por ejemplo, en la unidad internivelar de primero y segundo de Primaria hay 12 alumnos, y en quinto y sexto hay 14.
Cuando llegó al centro, ella tenía una media de 14 niños por nivel y, en cambio, ahora es tutora de cuarto y tiene tan solo 9. Antes existían niveles diferenciados, pero la tendencia es a la baja. En Pueblo Nuevo, solo hay 3 aulas, todas internivelares.
A este respecto, José Caro señala que “en los centros de localidades con menos de 500 habitantes tenemos una ratio de alumnos por unidad de 6,5 alumnos”, y en localidades de entre 1.000 y 2.000 apenas llega la ratio a 10 por unidad. En esta provincia, insiste el delegado de Educación, “existen colegios abiertos con tan solo 4 alumnos”.
Consolación y Navas de Estena tienen los colegios con menos alumnos de la provincia
Asegurar la educación en cada pueblo en el que vivan al menos 4 niños fue uno de los compromisos del Gobierno de Emiliano García-Page al llegar al frente de la Administración regional en 2015. Antes, con María Dolores de Cospedal, “colegio que no llegaba a los 11 alumnos, cerraba”.
En la actualidad, el colegio de Consolación tiene 4 alumnos y el de Navas de Estena, que pertenece al centro rural agrupado Montes de Toledo, solo cuenta con 5. José Caro resalta que “excepto en 6, en todas las localidades de la provincia existe un centro educativo abierto”. Hay 102 pueblos.
En los últimos seis años, tan solo ha cerrado un centro educativo en Ciudad Real, el de Valdemanco del Esteras. “El centro lo volvimos a abrir, pero se cerró por falta de alumnado y a petición de las familias. Por iniciativa de la Administración no se ha cerrado ningún centro”, señala Caro. En la actualidad, esos alumnos van a Agudo.
Las comarcas de los CREA: Montes Norte, el Valle de Alcudia y Campo de Montiel
Con 183 estudiantes, el centro rural agrupado Miguel de Cervantes, que comprende los colegios de Arenas de San Juan, Las Labores y Puerto Lápice, es el que más afluencia tiene de Ciudad Real. Su localización es puntual, porque la mayoría están situados en las zonas que sufren más despoblación de la provincia, como el entorno de Cabañeros, el Valle de Alcudia y el Campo de Montiel.
Este tipo de gestión educativa es predominante en la zona de los montes. El centro San Isidro, que comprende Horcajo de los Montes, Navalpino y Anchuras, tiene 90 alumnos. Aparte de los 84 estudiantes del colegio de El Robledo, hay 52 en el centro que incluye Retuerta del Bullaque y Navas de Estena. También quedan 16 menores en el centro Río San Marcos, el más pequeño de la provincia, que comparten Arroba de los Montes y Fontanarejo.
En el Valle de Alcudia, asisten a clases 52 niños en los centros de Hinojosas de Calatrava, Cabezarrubias del Puerto y Mestanza, A ellos se suman los 18 del centro Sierra Morena, que incluye San Lorenzo de Calatrava y Solana del Pino.
Contextualizados en el Campo de Montiel, el centro Entre Jaras de Alamillo, Almadenejos, Guadalmez y San Benito acoge a 66 alumnos, mientras que 81 lo hacen en el grupo Orden de Santiago, que tiene secciones en Albaladejo, Santa Cruz de los Cáñamos y Almedina. Por último, 112 personas se forman en Alciares, que unifica las aulas de Alameda de Cervera, Cinco Casas y Arenales de San Gregorio.
Los profesores dicen a los alumnos “que disfruten y aprendan mucho”
Al igual que en las grandes ciudades, en estos primeros días los niños y niñas de los pueblos recordarán las normas Covid, “que tienen ya muy interiorizadas” y algo muy importante, “contarán sus experiencias estivales”. “Me están contando que se lo han pasado pipa este verano”, comenta una profesora de El Robledo. La directora del colegio les desea a los pequeños “que disfruten y aprendan mucho”.