La igualdad, el empleo y la independencia económica o el poder aportar a la caja común de la familia, llevan al empoderamiento de la mujer, que se ha visto y se ve infravalorada porque no trabaja fuera, “por no traer dinero a la casa”, afirmó la teniente de alcalde, Noelia Serrano.
Un encuentro donde se habló de igualdad, pero sobre todo de reconocer en la mujer y de ésta asuma sus imprescindibles aportaciones a la sociedad, aseveró Serrano.
Morallón destacaba que es necesario que las propias mujeres “pongamos en valor el trabajo que se hace en el hogar, yo estoy dando educación, valores y tiempo a los hijos, y eso lo debemos reivindicar las mujeres”, que son las que asumen el peso de la integración del trabajo y la familia, “lo que las hace necesariamente personas más completas”.
El “techo de cristal”, que depende más de las instituciones y de la sociedad en general, se empieza a resquebrajar, mientras que el “suelo pegajoso”, más relacionado con el ámbito privado, ata a la mujer a los roles y demandas familiares, dificultando su acceso al mercado laboral, y es en la esfera privada “donde nos lo tenemos que trabajar nosotras”, afirmó la ponente; que además subrayó la falta de conciliación y corresponsabilidad: “Los referentes femeninos nos marcan mucho y debemos analizar si lo que hacemos es deseo nuestro o estamos influenciadas”.
Para avanzar en una sociedad igualitaria, Morallón señalaba la necesidad de aprender a mirar con “las gafas de género”, para tomar conciencia y analizar la realidad, cuestionar los mandatos, identificar las desigualdades, visibilizar lo invisible, a las mujeres en la sociedad, sus talentos, sus aportaciones…; respetar la diversidad social y sexual, así como generar acciones de cambio para re-aprender lo aprendido.
Así mismo, se puso de manifiesto la necesidad de una mayor sororidad, “que no es otra cosa que creer en nosotras mismas y en las demás”, en un apoyo recíproco entre mujeres, es tender la mano desde arriba para ayudar a las demás a subir.