En esta primera sesión, Manjón marcó las pautas básicas y mínimas para tener unos hábitos saludables, desde la alimentación hasta una actividad física asociada a las tareas diarias, “que no quiere decir practicar un deporte”, sino aprovechar las actividades diarias para introducir en ellas el ejercicio físico, como puede ser subir escaleras y utilizar menos el ascensor, ir a la compra andando o al trabajo en bicicleta.
Muchos de los principales problemas de salud están provocados por la inactividad, sedentarismo y la sobreingesta (comer más de lo que nuestro cuerpo necesita), indicaba Manjón. Por el contrario, entre los beneficios de una vida activa se encuentran un menor riesgo de demencia o depresión, de padecer diabetes, cáncer de colon o de mama, de padecer enfermedades cardiovasculares, así como la disminución de la osteoartritis, la grasa corporal o la reducción de las caídas en el adulto mayor, entre otras muchas.
Así mismo, también señaló que tan importante es la actividad como el descanso nocturno, el cual debe estar adaptado a cada persona, aunque el tiempo recomendado para la mayoría se sitúa entre 7 y 9 horas.
Por todo ello, Alba Manjón animó a tener una vida más activa, creando hábitos saludables que sean motivadores, con un periodo de realización inmediata y no alargar su inicio en el tiempo.
Esta amena e ilustrativa primera jornada se completó con un taller de cómo debe ser una sesión de entrenamiento ideal: calentamiento, parte principal y vuelta a la calma. De tal forma que tanto el inicio como el final deben ser progresivos.
La próxima jornada tendrá lugar el sábado 16 y en ella la ponente hablará sobre los mitos y prejuicios sobre la actividad física y la salud; al siguiente sábado, 23 de noviembre, el tema será el ‘Ejercicio físico terapéutico: prevención de la osteoporosis y la sarcopenia’; las jornadas se cerrarán el 30 de noviembre con la temática: ‘La obesidad y como prevenirla’.
