Pilar López, propietaria de una casa en suelo rústico cerca del paraje El Juncal, próxima al filtro verde de depuración residual de Argamasilla de Calatrava, asegura que el incorrecto tratamiento de los vertidos fecales lleva dieciséis años condicionando su vida. “El olor es nauseabundo dentro de mi casa las veinticuatro horas del día”, ha declarado este martes en el juicio por presunto delito medioambiental que sigue contra la alcaldesa y los dos concejales de medio ambiente que ha tenido el Ayuntamiento desde 2011 hasta la actualidad.
López, que reclama por los problemas de salud que sufre por esta situación, es una de las fundadoras de la plataforma vecinal Caleros-La Mata que lleva desde 2007 quejándose de vertidos sin depurar al río Tirteafuera y el incorrecto funcionamiento del filtro verde que hace las veces depuradora, a falta de este servicio todavía en esa localidad de la comarca de Puertollano.
En todo ese tiempo ha testificado que ni el Ayuntamiento, “que nos decía que las competencias eran de la Junta de Comunidades”, ni la Confederación del Guadiana, hicieron mucho por solucionar el problema, que solo se ha reconducido hasta su primera denuncia ante el Seprona en marzo de 2014, que ha dado pie a este juicio penal ante la Audiencia Provincial.
El filtro “de las mierdas”
Otro vecino de la plataforma que ejerce la acusación particular en este caso, Julio Manzanares, con una vivienda a diez metros del filtro verde, ha corroborado las mismas molestias y ha sido más explícito, “eso más que un filtro verde es el filtro de las mierdas”.
“Lo que sale de ahí a escape libre por el aliviadero al río es mierda”. Aunque reconoce que cuando compró su casa en la zona hace veinte años ya existía el filtro verde, asegura que desde al menos 2011 “no hay poda, ni cuidan de los árboles que se caen de las mierdas que les sueltan. Con un poco de aire van al suelo, en diecinueve años que llevo allí he visto arar tres veces”.
“Con la puerta en los hocicos”
Ese perjudicado por los vertidos residuales del polígono El Cabezuelo y la localidad de Argamasilla también ha insistido en que hasta ahora nadie les ha dado ninguna solución, “más bien nos han dado con la puerta en los hocicos”, mientras siguen soportando olores nauseabundos y plagas de mosquitos, insectos “y otros bichos”.
Afirma además que como la acometida que lleva las aguas residuales “está pegada a mi alambrada, a veces revientan las tuberías y el agua pasa a lo mío. Una vez que ocurrió le echaron un poco de grava para taparlo”.