Cuatro guardias civiles del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de Ciudad Real, entre ellos el oficial al mando durante la investigación por posible delito medioambiental en Argamasilla de Calatrava, han declarado que constataron vertidos directos de aguas residuales sin depurar al río Tirteafuera de esta localidad de 5.900 habitantes, en al menos seis ocasiones, en vez de en el filtro verde que tiene el municipio, a modo de depuradora.
La “falta de mantenimiento” y el “descuido” general del filtro verde, es otro dato que han aportado los agentes, que según han declarado en la segunda sesión del juicio que se sigue contra la alcaldesa Jacinta Monroy y varios concejales, en ninguna de las ocasiones que fueron a tomar muestras por denuncias, diligencias judiciales o iniciativa propia encontraron funcionando las bombas de distribución de las aguas en el filtro verde antes de llegar al cauce del Tirteafuera.
Primera inspección, en marzo de 2014
La primera inspección del Seprona con toma de muestras es del 27 de marzo de 2014 a raíz de la denuncia de una vecina de la zona del Juncal, P.L., al equipo del Seprona de Puertollano. “Sabíamos que allí no había depuradora, solo filtro verde, cuando fuimos a verificar nos encontramos que existe un colector o tubería grande con los residuos que van a una arqueta, desde la que se distribuían a la estación de bombeo que lanza el agua a otro pozo para ‘regar’ el filtro. En esa misma arqueta comprobamos que había otra manguera, un emisario que estaba vertiendo aguas residuales brutas directamente al río”, ha declarado este agente.
Nuevo vertido directo en noviembre de 2014
Este aliviadero, que existe incluso en depuradoras en buenas condiciones para situaciones excepcionales, como avenidas de aguas por lluvia, según he explicado, lo vio vertiendo aguas fecales directamente al río ese mismo año en noviembre, en otra inspección con el juez de Puertollano que empezó a investigar el caso, y en presencia de la alcaldesa y personal del Ayuntamiento.
Las bombas tampoco funcionaban en 2016, 2017 y 2018
La explicación que les dieron los responsables municipales -este guardia no recuerda que fuera directamente la alcaldesa- es que el sistema de bombeo del agua al filtro estaba averiado. También participó en inspecciones en septiembre de 2016, noviembre de ese año, enero de 2017 y en enero de 2018, “en ninguna de esa media docena de veces que fui allí vi las bombas funcionando o personal municipal haciendo algún tipo de mantenimiento”.
Se recomendó limpiar el cauce
En esas inspecciones este guardia ha explicado que se informó al Ayuntamiento e incluso se le hicieron recomendaciones de mantenimiento y mejora. También ha admitido que no vio afectación directa a la fauna con peces muertos o algo así en el cauce, “pero entiendo que en futuro si eso no se limpia esa contaminación no desaparece, por eso en ese informe recomiendo limpiar el cauce”.
“Descuido” general en el filtro verde
A este guardia se le ha preguntado por el estado general del filtro verde y las conducciones de aguas residuales y ha manifestado que se veía “descuido”, con “mangueras picadas que no se reponían, árboles secos que no se retiraban en la zona del pinar del filtro, ni instrumentos de medición ”, en este caso para comprobar que niveles de contaminación y en qué cantidad se filtraban las aguas residuales en este punto autorizado vertido.
De los sabotajes a los que se refirió el lunes en su declaración la alcaldesa ni este agente ni los otros tres guardias del Seprona tienen constancia de que se hubieran producido. Sólo uno de ellos ha hecho mención a que una ocasión encontraron pintadas en la estación de bombeo del filtro verde.
Deficiencias en el colector de El Cabezuelo
Las inspecciones del Seprona compraron también deficiencias en otro punto de las instalaciones de las aguas residuales, en la estación de bombeo al lado de las vías del AVE que recoge las aguas residuales del polígono industrial El Cabezuelo y parte de las del caso urbano. Según han explicado comprobaron que las dimensiones de este emisario eran “insuficientes para el polígono y un sector del casco urbano”.
Los miembros del Seprona que han declarado este martes han concluido a preguntas de las acusaciones que el filtro verde de Argamasilla de Calatrava, que hace las veces de depuradora hasta que se estrene la que está en construcción (este año), “está muy degradado y hace tiempo que dejó de cumplir su misión”.
La alcaldesa y dos concejales acusados de delito ambiental
El juicio que se sigue ante la sección primera de la Audiencia de Ciudad Real por presunto delito medioambiental continuará este miércoles con más pruebas documentales. La fiscalía acusa a la alcaldesa de Argamasilla de Calatrava, la socialista Jacinta Monroy (alcaldesa desde 2011) y los concejales que han ocupado el área de medio ambiente Antonio Gil (2011-2015) y Jesús Manuel Ruiz (2015-2019).
La fiscal de Medio Ambiente Arantxa Vinuesa los responsabiliza de incumplir de forma sistemática durante años la normativa de vertidos de aguas residuales y no hacer lo posible por corregirlo, en un proceso penal que podría sentar un precedente en la provincia.
El Ayuntamiento aparece como responsable civil subsidiario por las consecuencias ambientales en el río, si bien la cantidad se tendrá que establecer en una pieza separada, en caso de que los acusados sean declarados culpables.
Una de las vecinas afectadas por los vertidos también reclama por los daños físicos que ha sufrido.
En la causa están personados como acusación particular los vecinos de la plataforma Caleros-La Mata y como acusación particular Ecologistas en Acción, que elevan hasta 5 años los 3 años y medio de prisión que solicita la fiscalía para los responsables municipales.