En el artículo “El virus del edadismo: el coronavirus y la discriminación de los mayores”, el profesor titular de Literatura norteamericana y Estudios de Género de la Universidad de Castilla-La Mancha, Josep M. Armengol, analiza la discriminación que sufren las personas de mayor edad, un fenómeno que se acentúa con motivo de la pandemia tal y como se recogen las cifras de fallecidos y afectados por esta grave y peligrosa infección que ha paralizado ya a medio planeta.
A juicio del profesor, este es el momento de invertir la solidaridad intergeneracional y empezar a funcionar desde los jóvenes hacia los mayores no a la inversa, como hasta ahora. “Se nos ha repetido hasta la saciedad que debemos quedarnos en casa puesto que todos somos potenciales portadores de un virus que, sin embargo, no ataca a todo el mundo por igual”, explica. A su entender, luchar contra esta pandemia implica hacerlo necesariamente contra otro virus tan extendido y agresivo, letal y extremadamente contagioso, silencioso y peligroso como es el “virus” del edadismo, es decir, la discriminación hacia las personas basada en la edad.
En el artículo, el también miembro de la academia de jóvenes científicos del mundo se refiere a los estereotipos que se han creado conforme ha aumentado la esperanza de vida –“ bien como dementes inofensivos, bien como simpáticos abuelos que viven los mejores momentos de su vida”- y a las imágenes sobre el “envejecimiento activo” que se han abierto paso en la sociedad cuando la realidad es que “ser mayor es socialmente aceptado y aceptable siempre y cuando uno no lo parezca”, sostiene.
Una realidad que perturba
Sin embargo, el profesor hace referencia a la realidad que se ha impuesto en los últimos días una realidad que ofrece la peor cara de esta pesadilla como son las imágenes de residencias de ancianos “que nos sumergen en un indeseado baño de realidad que perturba, indudablemente, nuestras imágenes binarias y estereotipadas de los mayores”.
“Lo que vemos diariamente desde nuestras casas no son a personas mayores sanas y felizmente enamoradas, como en la película de Jack Nicholson, sino solas y asustadas, víctimas de una enfermedad que les ha sido transmitida a menudo por personas jóvenes (…). Por no hablar del abandono sufrido en algunas residencias, donde a las deserciones del personal se unen los macabros hallazgos de algunos cadáveres de ancianos fallecidos durante más de 24 horas”, defiende en su artículo el también coordinador del proyecto “Gendering Age: Representations of Masculinities and Ageing in Contemporary European Literatures and Cinemas” financiado por la red europea Gender-Net Plus.
Es más, el encierro al que estamos sometidos estos días, como sociedad para defendernos de la pandemia es, a su juicio, solo una muestra del confinamiento y discriminación social a la que se ven sometidos de forma habitual, día tras día nuestros mayores
El único sustento de muchas familias y pueden volver a serlo
El profesor de la UCLM también se refiere a las acusaciones que recibe este colectivo sobre aspectos como la monopolización del sistema sanitario y de “robar” el futuro de los jóvenes con sus pensiones, señalándoles como una carga para la sociedad. “Haríamos bien en recordar- señala- que, pese a sus míseras pensiones, los ancianos han representado el único ingreso y sustento de muchas familias durante los peores años de crisis económica” y son uno de los principales “apoyos” para el cuidado de los menores y dependientes de muchos hogares.
Ocurrió con la crisis financiera de 2008 y podría ocurrir nuevamente, -advierte -, si evitamos contagiarlos, con la recesión que, sin duda, se avecina después de esta pandemia. Y, no olvidemos que la forma en que los tratamos determinará, en gran medida, la manera en que nosotros mismos seremos tratados por las generaciones más jóvenes.
Por último, una mención para Platón, según recoge Armengol en su artículo: En La República, el filósofo griego “nos recordaba que es en la vejez cuando el ser humano desarrolla más plenamente sus virtudes morales, tales como la prudencia y la sabiduría, proponiendo pues delegar el gobierno de Atenas en los filósofos más ancianos. ( …) los jóvenes deberán instruirse desde el principio virtuosamente, lo que incluye necesariamente el respeto a la mayor experiencia de los ancianos, quienes, a su vez, confiarán en ellos el futuro gobierno de la polis”.
—————————————————————————————————————————————-
“El virus del edadismo: el coronavirus y la discriminación de los mayores” ha sido publicado en el Huffington Post este miércoles, 25 de marzo.