El yacimiento del castillo de la Estrella se ha convertido en la escuela de arqueología de decenas de alumnos de Historia de la Facultad de Letras de Ciudad Real. Natalia Fernández es una de las últimas contagiadas del encanto de Montiel.
Estudiante del doble grado de Historia con Historia del Arte en la Universidad de Castilla-La Mancha en Ciudad Real, esta joven de Daimiel se ha apuntado a la excavación veraniega “por probar”. El laboratorio se le dio bien, y las explicaciones en clase, pues eso, “teoría pura y dura, nada que ver con venir aquí”, dice. De manera que aunque se imaginaba dando clase en el futuro se había propuesto probar a excavar un verano. Cinco días después, con la ropa y las manos manchadas de la tierra roja de Montiel, reconoce que le gusta bastante. «Hasta el punto que esta excavación me ha abierto un camino que posiblemente voy a tomar, la arqueología es gratificante», asegura.

«Mejor verlo a leerlo o que te lo cuenten»
Del castillo de Montiel sabía lo que habían estudiado en clase, “pero el hecho de venir aquí y aplicar teoría que aprendemos es diferente, mucho mejor verlo a leerlo o que te lo cuenten”.
Tampoco es que la arqueología sea como imaginaba, “parte sí, parte no. Todos decimos arqueología, descubrir cosas, pues no. Tienes que aprender lo que es una cota, fotogrametría, usar la criba que no tenía ni idea de que existía. Yo pensaba que esto era un pico, una pala y excavar, pero es más complejo. Aprendes mucho, sales con mucho conocimiento».
Y eso que el estreno de este grupo de estudiantes en prácticas al que pertenece Natalia se está topando con una terrorífica ola de calor. “Bueno, venimos a las siete de mañana y nos vamos a las doce y media; luego por la tarde practicamos la técnica en el laboratorio. Estamos alojados estos días en Montiel y la verdad la convivencia, muy buena”.
«¡Quiero más arqueología!»
“Aunque acabas cansado sabes que quieres más aún, esto engancha. Dices tengo agujetas, pero me da igual, quiero ir y sacar más cosas”. En apenas cuatro días esta estudiante con ayuda de otros compañeros ha encontrado monedas, cerámica, vidrio, una aguja de bronce, una mandíbula, “¡quiero más arqueología!”, bromea.

Las mujeres del Recual, enganchadas a la arqueología
Plácida Naharro, Mari Carmen Agudo, Antonia Flores y Pilar Arias tienen algunos años más que Natalia, pero el mismo gusanillo por la arqueología. Plácida, de 61 años ahora, recuerda cómo de pequeña «venía aquí con las cabras», a las ruinas del castillo, cuenta mientras recogen para terminar su jornada laboral matutina, en uno de estos calurosos días de julio.
Otro mundo, nada que ver con barrer calles
Este verano las cuatro forman parte de la cuadrilla femenina de peones de arqueología del plan de empleo Recual para desempleados que buscan una recualificación y reciclaje profesional, al tiempo que trabajan seis meses al año. Para ellas, que se habían empleado en barrer calles en planes de empleo similares, esto es otro mundo. «No es que no sea duro, es que es diferente y gratificante», afirman.
“Somos de aquí del pueblo de Montiel, es la primera vez que venimos cuatro mujeres y cuatro hombres. Por las mañanas trabajamos bastante, y luego estudiamos matemáticas, arqueología, ciencias, esas cosas. Como es un programa de recualificación aprendemos de todo”.

Un trabajo «duro» pero «gratificante»
Llevan desde el mes de mayo codo con codo con cuatro compañeros varones y los directores del yacimiento y estarán hasta octubre. El trabajo es duro, “hay que cargar peso, manejar la carretilla”, cuentan, pero también interesante, sobre todo para Plácida que hizo un cursillo de restauración de muebles antiguos.
Llevan ya más de dos meses de intervención en el castillo de la Estrella y han aprendido a hacer un trabajo más “fino”, de búsqueda y separación de restos, algo que no habían hecho nunca y les encanta. Aparte de llevar un sueldo a casa, “nosotras estamos contentas, pero creemos que ellos [el equipo de las excavaciones] también con nuestro trabajo”. Lo más difícil no es el calor, lo peor, tercia también la cuadrilla de hombres: «Estar en el cerro del castillo recién levantados, [solo se puede acceder a pie y hay una cuesta considerable], a las siete de la mañana».

De Puertollano a Montiel de Erasmus Rural
Rubén Alonso (22 años, Puertollano) es otro de los estudiantes de la campaña de excavación arqueológica en el castillo de la Estrella. Su caso es especial porque forma parte de los universitarios que se han acogido al programa Erasmus Rural de la Universidad de Castilla-La Mancha que pretende acercar a jóvenes de la ciudad al pueblo.
Tres meses en Montiel como un vecino más
Alonso ha terminado los estudios de Historia y el máster de profesorado de secundaria en la Facultad de Letras de Ciudad Real. Le falta el trabajo fin de máster (TFM) y preparar su tesis doctoral que según adelanta será sobre la alimentación en las órdenes militares. Excavando en el castillo está los quince días de campaña de estudiantes, pero pasará tres meses en Montiel, todo el verano como un vecino más.
“Estoy aquí de junio a septiembre, ahora en la excavación pero también dando clases a los alumnos-trabajadores del taller de empleo Recual”, comenta.
La experiencia por ahora es buena. “Yo nunca he vivido en un pueblo, los primeros días, no sé si por mi look todo el mundo me iba mirando, ahora que ya me conocen me preguntan, la gente es superagradable”.
“Me gusta la calma”
De la vida en el pueblo, en el que estará hasta primeros de septiembre, le gusta “la calma”, dice, aunque reconoce que solo ahora que vive en Montiel ha sido conscientes de los problemas de falta de servicios de las zonas rurales. “Si quiero ir a un hospital tengo que coger el coche y tardo casi una hora al hospital más cercano. De todas formas en el futuro no me importaría trabajar en un pueblo, pese a la parte negativa de falta de servicios».
Rubén ya conocía Montiel, excavó en el yacimiento en la campaña de 2019 y en la de 2020, más reducida, cuando todavía era estudiante de Historia. Le gusta la arqueología, aunque admite que por muy científico que sea el trabajo también tiene lo suyo, “esto es manual, hace un momento he estado cargando piedras, lo que no quita que también sea gratificante por la información tan interesante y valiosa que conseguimos”.