Acababa de terminar el Barça-Betis que retransmitía la televisión a última hora del domingo, los dos o tres últimos clientes del bar Los Jóvenes II, en la calle principal del mercadillo de Ciudad Real, se habían marchado, cuando cuatro hombres encapuchados armados con cuchillos
-dos de ellos-, un pico y un hacha, irrumpieron en el establecimiento aprovechando que sólo quedaba el camarero; el dueño, un hombre de edad a punto de jubilarse, y su mujer, contra los que desplegaron tanta violencia que en apenas cinco minutos le arrebataron la cartera al propietario, con la recaudación del sábado (en realidad el negocio lo llevan sus hijos que no estaban), el contenido de las dos máquinas tragaperras que reventaron a golpes, y la caja registradora, “unos cuatro mil euros”, dice Francisco Javier López, titular del negocio que regenta junto con su hermano.
A él no le pilló allí, está de baja, pero ayer lunes con las primeras luces del día fue consciente de la terrible experiencia por la que han pasado sus padres y su empleado. “Lo han destrozado todo, las vitrinas, las máquinas y a ellos se los llevaron a Urgencias y los atendieron por ansiedad, además mi padre tiene unas pequeñas herida por el forcejeo”.
La escena que le han descrito fue parecida a esta: “Estaban los tres recogiendo cuando entraron. Uno, el del hacha, se lió con el camarero, otro con mi padre: le puso un cuchillo en el estómago y los otros dos con las tragaperras. Mi madre se refugió en la cocina y desde allí sintió las voces. No estuvieron más de cinco minutos”, comenta. Suficientes para acometer a los dos hombres con tanta dureza que temieron por su vida. Al chico joven, el camarero, que se metió detrás de la barra, “el del hacha se la tiró y la parte metálica se desprendió al chocar contra el mostrador”. Uno de los que llevaba el cuchillo se lo puso en el estómago a su padre que en principio le dijo que no llevaba cartera. Luego se la dio ante la amenaza de “y si no vas por delante”, dice su hijo.
Francisco Javier López, que intentará reabrir este martes, cree que los cuatro delincuentes “sabían a lo que iban”. “En más de veinte años de negocio nos han robado, sobre todo las tragaperras, pero nunca de esta forma y con violencia”, subraya.
Sabían a lo que iban
El dueño del bar tiene claro que las personas que les asaltaron, “por el acento eran de nacionalidad española”, dice, y a su juicio “sabían a lo que iban”. Su manera de irrumpir en el establecimiento, a última hora, cuando ya no queda nadie, y de dirigirse a su padre, copropietario del negocio en vías de jubilación, demuestran que conocían las costumbres. Esa es al menos la impresión de Francisco Javier Muñoz.
A pocos metros, los dueños de otro de los bares de la calle, que también abren los domingos por la noche, aunque cierran un poco antes, se consideran afortunados, “nos podía haber tocado a nosotros”, dicen.
Ellos confirman que la actuación de los asaltantes fue rápida. Es más, ni se dieron cuenta, “sólo oímos las voces de los dueños con la policía, les decían que habían llegado tarde y que solo habían mandado a un agente. Pero cuando salimos para ver que pasaba ya se habían dado a la fuga”.
La Policía Nacional que se ha hecho cargo de la investigación ha confirmado que busca a cuatro hombres.
A López le consta que en la carretera de salida hacia Puertollano se han encontrado los restos de la caja registradora y al parecer hay un testigo que vio a los asaltantes huir en un coche rojo, pero fue tan rápido que ni se tomó ni la marca ni la matrícula.
El bar Los Jóvenes II es uno de los clásicos del barrio de La Granja y el mercadillo de Ciudad Real. Se trata de un negocio familiar que ahora regentan los hijos del fundador que, a punto de jubilarse (lo hará en primavera), ha sido víctima de este terrible asalto. El domingo los pillaron totalmente desprevenidos. Aunque lograron avisar a la policía enseguida cuando los agentes llegaron los encapuchados ya habían huido. Se les está buscando.