Trabajadores del Centro de Salud de Bolaños de Calatrava y vecinos de la localidad se han concentrado esta mañana en la entrada del centro para “reclamar seguridad para no trabajar con miedo” y expresar su repulsa por la agresión sufrida por una médica y una enfermera el pasado lunes 19 de junio cuando atendían un aviso domiciliario.
Como explicó la coordinadora del centro, María Rosa Calle, las sanitarias acudieron a un aviso para atender a una mujer mayor que se había desmayado por un posible ictus. Al llegar al lugar, un joven se dirigió hacia ellas con un objeto punzante en la mano gritando: “¿Dónde vais? Yo no he llamado. Si hacéis algo a mi madre os rajo”.
Entonces un vecino abrió la puerta de su casa y dijo a las sanitarias que corrieran hacia su casa, donde se resguardaron. Allí estuvieron dos horas aterrorizadas esperando la llegada de la Policía, mientras esta persona golpeaba la puerta repitiendo “como hagáis algo a mi madre os rajo”.
La coordinadora del centro explicó que las afectadas se encuentran con ansiedad, miedo y estrés. La médico se encuentra en baja laboral y con el propósito de no volver a trabajar en el centro de salud de Bolaños, donde ya antes sufrió otra agresión verbal. Por su parte la enfermera ha decidido no coger la baja para mantenerse ocupada por la mañana y arropada por sus compañeros del centro de salud.
Ante este panorama, desde el centro de salud reclaman más seguridad. En el caso concreto de los avisos domiciliarios, María Rosa Calle explica que nunca saben lo que se van a encontrar. “Casi que nos vamos jugando el tipo porque no sabes lo que hay. Esta vez ha sido así, y en otras ocasiones puedes encontrarte con pacientes agresivos. Es relativamente frecuente y tenemos una profesión, aunque no figure como tal, que es de riesgo”.
En la concentración, a iniciativa del Sindicado Médico CESM, se ha leído un comunicado en el que se expresa el apoyo y cariño a las profesionales ante un hecho que no se puede justificar de ninguna manera.
“Desgraciadamente, en los últimos años se viene observando un incremento exponencial de las agresiones, así como una progresiva falta de respeto hacia el personal sanitario”, apuntan desde el sindicato, que añade que “no concebimos un ambiente laboral en el que esté presente el insulto, la descalificación, el intento de humillación o cualquier otro tipo de agresión física, verbal o psicológica”.
Ante el panorama actual, en la concentración se ha exigido al Sescam “que adopte de una vez por todas las medidas efectivas para prevenir, proteger y combatir la violencia hacia sus trabajadores en cualquiera de sus formas”.
También exige la presencia de vigilancia jurada para dar una respuesta inmediata a estas situaciones, así como que el Sescam se persone como acusación particular ante agresiones en las que se ponga en riesgo la vida de sus trabajadores.
Por último, solicitan a las Fuerzas de Orden Público que acudan a la mayor brevedad posible cuando se requieran servicios de ayuda y protección.