Los bolañegos se sitúan a la cabeza en la producción de cebolla a nivel nacional con “los mejores rendimientos de kilos por hectárea” gracias a que se han alcanzado unos niveles de tecnificación del cultivo “muy altos”, indica Ramón Martín, vicepresidente de la Cooperativa Coovimag, que en la segunda jornada de la I Feria de la Cebolla del Campo de Calatrava valora de forma positiva su celebración con una buena participación, charlas técnicas “muy interesantes” y “mucho ánimo por parte de los organizadores de dar continuidad y potenciar” este encuentro.
Una decena de semilleros y quince empresas multinacionales de semillas participan en esta Feria de un cultivo estrechamente ligado a un municipio que se erige, como ocurre en Las Pedroñeras con el ajo, en una de las principales capitales de la cebolla a nivel nacional, con explotaciones que han apostado por la modernización en las técnicas de producción y que en cerca del 90 por ciento de los casos utilizan riego por goteo que localiza en la zona del bulbo el agua, favoreciendo un importante ahorro de este recurso, señala, por su parte, Moisés González, técnico asesor de Coovimag.
Hace unas décadas, Bolaños era “más patatero que cebollero”, pero con la patata “los precios eran muy desiguales, las campañas eran complicadas respecto a los distintos períodos de siembra” y la gente empezó a apostar más fuerte con la cebolla, producto al que le va muy bien tanto el clima como el suelo de la comarca, resalta Martín. Además, los nuevos sistemas de siembra, riego y recolección hacen que sea “un cultivo bastante mecanizable”, por lo que en años de precios bajos “nos permite pelear y salvar un poco los muebles respecto a la inversión”, aprecia Martín, que también destaca que se trata de un cultivo que posibilita la conservación. La cebolla tardía que se recoge ahora, por ejemplo, se puede guardar en almacenes naturales hasta marzo o abril, lo que permite sacarla poco a poco y, de esa forma, regular los precios.
Además, en relación con las potencialidades de este cultivo, hay muchas variedades diferentes de forma y color y cebolla de tres tipos -de día corto, medio y largo-, de manera que hay producción escalonada prácticamente desde abril hasta octubre.
Los bolañegos, con una localidad cuyo término municipal es de 8.700 hectáreas, cultivan en propiedad o arrendamiento entre 60.000 y 70.000 hectáreas situadas en próximos términos municipales del Campo de Calatrava. De ahí el carácter comarcal de esta Feria donde se pueden degustar exquisiteces culinarias con la cebolla como ingrediente primordial y se exhiben múltiples variedades de este producto, siendo la tipo ‘Reca’ la ‘estrella’ en una zona en la que, así mismo, se sacan las cebollas “más grandes y gordas, algunas de kilo y medio o dos kilos”, que son las preferidas por la industria agroalimentaria. Para el consumo en fresco, el ama de casa prefiere una cebolla de tamaño más reducido, más fácil de manejar, consumir y que no se floree, mientras que “la industria prefiere cebolla de grande calibre y los mayores calibres se hacen en la zona del Campo de Calatrava”, subraya Martín.
Con muchos agricultores que apuestan por este cultivo y siendo “pioneros en técnicas de producción”, la celebración de esa primera edición de la Feria de la Cebolla contribuye a poner en valor este producto, en torno al cual ha habido una gran profesionalización en Bolaños, agrega González, que confía en la continuidad y consolidación de esa feria que, en su primera edición, propone tapas y menús degustación, talleres de cocina creativa, concursos de dibujo y gastronómicos, catas maridadas y actuaciones musicales, además de charlas técnicas. La Feria, impulsada por Amfar, Asaja, la cooperativa Coovimag y el Ayuntamiento bolañego, culminará este domingo, a las 13 horas, con una comida popular en la que se prepararán para los asistentes cien docenas de huevos con cebolla.